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Una de cal y otra de arena para Ximo Puig

Al jefe del Consell le favorece el refuerzo de líderes moderados y solventes pero al PSOE le lastra no sumar de la sangría de Podemos

Una de cal y otra de arena para Ximo Puig

El resultado de las elecciones vascas y gallegas deja una de cal y otra de arena para el PSPV y para el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Es cierto que no son dos territorios en los que los socialistas hayan obtenido casi nunca grandes cosechas en las urnas. Pero, al margen de eso, en esta primera cita tras la epidemia del coronavirus, las candidaturas del puño y la rosa salen justas de los dos procesos. Con avances mínimos en ambos casos y dejando paso con claridad al Bloque para liderar la oposición en el parlamento de Galicia. Así y todo, para el escenario en el que se maneja Puig con las próximas elecciones valencianas aún a tres años vista, los comicios le dejaron un indicio positivo. Los electores respaldaron a dos presidentes -Alberto Núñez Feijóo e Íñigo Urkullu- de perfil moderado y que han manejado con cierta solvencia la epidemia, en la línea del jefe del Consell. Y eso puede ser un punto a su favor.

En esa vía incidió Ximo Puig en unas declaraciones que realizó durante un acto en València. Aseguró que en las elecciones vascas y gallegas de este domingo se ha generado «estabilidad respecto de los gobiernos», algo que ve «positivo» en este momento, a la vez que consideró que los socialistas han obtenido «un resultado aceptable». A preguntas de los periodistas y tras la presentación del nuevo equipo de diagnóstico de coronavirus para hacer pruebas PCR de forma masiva, Puig destacó que vascos y gallegos han apostado por «la estabilidad», algo que, en su opinión, es lo que «de alguna manera se demanda». «Creo que eso es positivo», aseguró Puig, quien afirmó que en estas elecciones se demuestra «la fortaleza del sistema autonómico». «Debe afianzarlo y consolidarlo», apuntó a la vez que felicitó tanto al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, como al lehendakari, Íñigo Urkullu, por sus victorias.

Con ambos dirigentes, Puig ha mantenido contactos durante esta pandemia y, a la vista del escenario en el que se encuentra Cataluña, constituyen, sin duda, un eje territorial diferente al que hasta ahora había ahormado el modelo autonómico en España. Sobre la situación del PSOE, el secretario general del PSPV consideró que tanto sus compañeros gallegos como vascos «han sacado un resultado aceptable» con «un esfuerzo grande en estas circunstancias». «Toda la política debe ser una acción en favor de la estabilidad y la moderación, algo que ahora es prioritario para el ejercicio de la enorme responsabilidad que tenemos todos», concluyó.

Es evidente que la apuesta por la estabilidad y por los liderazgos consolidados tanto en Galicia como en Euskadi es un punto a favor de Puig. Pero, sin embargo, la situación deja un punto de incertidumbre para los socialistas ante su incapacidad, al menos en el caso gallego y vasco, de recuperar ni un sólo voto de la bolsa de electores que va perdiendo Podemos para engrosar el espacio de otras fuerzas de izquierda territorial. El espacio morado sigue existiendo pero sus votantes ya no votan a Podemos pero tampoco al PSOE.

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