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Análisis

El doble viaje de Mónica Oltra

La estrategia de la vicepresidenta y líder de Compromís para hacerse más visible en Alicante encierra dos movimientos de fondo: socorrer a una organización que sigue con problemas en la provincia y volver al discurso de más éxito para su partido

Una de las grandes incógnitas que la política autonómica tiene pendiente de despejar a lo largo de este ciclo electoral es el futuro destino de Mónica Oltra, vicepresidenta del Consell y hasta aquí, sin duda, indiscutible líder de Compromís. Dirigentes de la coalición consideran que Oltra, por la importancia de su figura para el valencianismo político de izquierdas, se ha ganado el derecho a tomar la salida que más le ilusione. Pero todo apunta a que sólo tiene dos alternativas. O jugar de nuevo la carta de las elecciones autonómicas como aspirante al Consell por tercera vez. O lanzar su candidatura a la Alcaldía de València como relevo de Joan Ribó, lo que acabaría dejando vía libre al líder que salga del próximo congreso del Bloc -hay pocas dudas de que será el conseller Vicent Marzà- para convertirse en número uno de Compromís a la Generalitat. Pero todo eso queda lejos. Muy lejos. Y un minuto en política es una eternidad.

Con apenas un cuarto de este periodo electoral consumido, Compromís sigue lastrada por carencias organizativas que convierten la novedosa fórmula de la «cooperativa política estable» que se gestó como vía de emergencia hace una década, en una estructura que hoy es muy poco operativa. Y, a la vez, continúa arrastrando un grave problema de actualización de su relato político, algo que parece difícil de resolver a corto o medio plazo. Pero a la espera de que alguien abra esos dos melones determinantes para el futuro de la marca y mientras Oltra toma su decisión después de un inicio de esta segunda legislatura del Botànic de perfil bajo en un escenario de catástrofes de todo tipo, la vicepresidenta del Consell ha optado en las últimas semanas por emprender un doble viaje que, sin duda, tiene gran calado.

El primero tiene que ver con Alicante. A nadie le puede pasar desapercibida la agenda que viene desplegando Oltra en la capital provincial para intentar poner en valor la política social del Consell en barrios con una situación muy complicada tras la emergencia. No será la última visita, apuntan desde Compromís. Es un refuerzo territorial para una formación que, en estos momentos, navega sin referentes de alcance provincial. La consellera Mireia Mollà sigue desaparecida, Rafa Climent nunca ha jugado ese papel, Gerard Fullana está en sus guerras y de los diputados en las Cortes, la única que intenta ejercer en solitario es Aitana Mas. Por eso, el papel de Oltra, que sigue teniendo su público a pesar de todo, es un toque de atención más para esa debilidad de Compromís en la provincia. Y el segundo se corresponde con el mensaje que la vicepresidenta quiere trasladar: centrarse al máximo en las competencias sociales de su conselleria. Recuperar, en medio de esta crisis sanitaria, el #RescatemPersones. Ese discurso alejado de dogmatismos que más éxito le facilitó a Compromís.

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