La predicción para hoy es de día soleado. Sin embargo, a eso del mediodía sonarán truenos (verbales) en la mayoría de territorios de España. El augurio es casi infalible, porque el Gobierno tiene previsto dar luz verde en el consejo de ministros de hoy al decreto ley del fondo no reembolsable de 16.000 millones de euros a distribuir entre las autonomías para hacer frente al gasto extraordinario por la pandemia.
Lo previsible es que haya cantidad de territorios damnificados, después de semanas en las que todos los gobiernos autonómicos han reivindicado sus argumentos para justificar un reparto que les beneficie. Incluso es lógico (y positivo) que sea así, argumentaba ayer una voz próxima al Ejecutivo de Pedro Sánchez, porque lo contrario significaría que unas comunidades salen muy beneficiadas con respecto a otras.
El jefe del Ejecutivo evitó un foco de discusión en la última conferencia de presidentes autonómicos, el pasado domingo, y pasó de largo por la cuestión del fondo covid-19, que genera enfrentamientos entre mandatarios de distintas regiones.
El Consell ha mejorado algo su posición tras los últimos cambios que han trascendido en los criterios de reparto: los 2.000 millones que se han redirigido a gasto educativo y que se distribuirán en función de la población de cada territorio (la C. Valenciana es más del 10 % del censo de España).
No obstante, el Gobierno de Ximo Puig confía en obtener alguna mejora adicional en el criterio de reparto final. Los primeros 9.000 millones están pensados para sufragar gasto sanitario. El plan inicial era dividir esta parte en dos bloques, de 6.000 y 3.000 millones (en principo, eran 10.000 en total), donde se primaba la incidencia de la epidemia, en especial en la primera franja. Ese criterio prima a las comunidades con tasas más altas de contagios: Madrid y Cataluña lideran. Puig no se ha opuesto. Ha defendido que era justo. Con todo, el Consell intenta hacer valer ante el Ministerio de Hacienda su elevado gasto sanitario: es la comunidad que más dedica a salud (73,7 %) de lo que recibe del sistema de financiación. La media española es del 57,4 %. Madrid, por ejemplo, destina el 64,3 %. La Generalitat espera que se tenga en cuenta en la fórmula final, al menos en el último tramo del fondo para gasto sanitario.
Clave en los 5.000 millones
La bolsa se completa, además de los 2.000 millones educativos, con 5.000 para compensar la caída de ingresos. Está por ver qué línea marca el ministerio en esta parte, donde han surgido incluso divergencias entre socios del Consell. Compromís ha sido muy beligerante frente al Gobierno de izquierdas, al insistir en que se respete el peso poblacional en el cómputo global. El PSPV, sin embargo, cree que el criterio poblacional perjudica a la C. Valenciana en la distribución de estos 5.000 millones frente a Madrid. Entiende que se ha de tener en cuenta los sectores más afectados y que, de esta manera, la valenciana sería una de las autonomías más beneficiadas. Incluso por encima de lo que representa su población.
La ecuación puede empezar a tener solución hoy. Cuando se anunció el fondo, el Ejecutivo valenciano asumió que no alcanzaría el 10 % del total (serían 1.600 millones). Semanas después, tras idas y venidas con los criterios, habrá que ver si se aproxima más a esa barrera.
