Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arcadi España: «Esta crisis pone en valor a las autonomías. Hay que reforzar su estructura y la coordinación institucional»

Conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad. Arcadi España (Carcaixent, 1974) es algo más que un miembro del Consell

El conseller Arcadi España, trabajando en su despacho de la administración autonómica. INFORMACIÓN

P ¿Cuando entró hace un año en el Consell, pensó que en un plazo tan breve gestionaría dos catástrofes naturales -gota fría en la Vega Baja y borrasca Gloria- además de esta alerta sanitaria?

R Pensé en incendios forestales, gotas frías, inundaciones... Pero nunca en una pandemia de esta magnitud. Ha desbordado todas las expectativas. La DANA, por ejemplo, afectó a comarcas concretas como la Vega Baja. Pero el resto del territorio continuaba con una cierta normalidad y podía ayudar. El problema de esta epidemia es que tiene un impacto global. Va a suponer, desde luego, un antes y un después en la gestión de las catástrofes.

P ¿Hasta que punto es complicado pasar de ser el jefe de gabinete del presidente de la Generalitat a formar parte de su Consell?

R Sigo teniendo la misma actitud, las mismas ganas... La diferencia es la exposición pública. Es verdad que antes sólo actuaba como guionista. Y ahora lo hago a veces como guionista y también a veces de actor.

P Es cierto eso de su doble vertiente. ¿A veces usted parece titular de Obras Públicas y también conseller de Presidencia? Es de los más próximos a Ximo Puig

R Llevo trabajando a su lado desde que llegó a la secretaría del PSPV. Nos conocemos. Hemos trabajado durante estos años siempre juntos. Cuando nadie nos hacía caso. Y luego cuando nos lo empezaron a hacer. Estoy dentro de su equipo, ahora como miembro del Consell. Es normal que tengamos esa relación de colaboración tan cercana.

P ¿Hace usted autocrítica de la gestión del Consell en esta crisis?

R Es fundamental hacerla. Los gobiernos que han afrontado esta crisis con más humildad son los que están impulsando una gestión más razonable. Hemos cometido errores. Como todo el mundo. No estábamos preparados para una pandemia de esta magnitud. Ni nosotros, ni nadie. Nos ha superado. Pero la reacción ha sido buena. Siempre hemos ido un poco por delante de la ola. No hemos llegado a una situación crítica en los hospitales gracias, sobre todo, a nuestro personal sanitario. Hemos tomado todas las medidas que estaban a nuestro alcance. Lo hemos visto, por ejemplo, con el corredor con China para garantizar el abastecimiento sanitario. Y siempre desde el diálogo y la humildad. Sin medallas, ni triunfalismos. Desgraciadamente hay muchas víctimas y aún tenemos que seguir luchando contra la epidemia. Pero el comportamiento de la Comunidad Valenciana es ejemplar. Hemos sido espejo de otras autonomías con un ámbito de gestión dialogado, consensuado y moderado.

P ¿No considera que se pudo haber actuado con más previsión?

R Siempre. Cuando surgieron las primeras alertas sobre el coronavirus, en Europa se pensó que podía ser algo similar a la gripe aviar. Pero luego nos hemos visto todos superados. Lo importante ahora es analizar el pasado para poder trabajar en el presente y que si en el futuro se repite una epidemia así, hayamos aprendido la lección de estos días.

P De esta crisis sale reforzado el modelo de autogobierno de las autonomías. ¿Pero a ese sistema le han podido faltar instrumentos de cooperación institucional?

R Esta crisis también ha puesto en valor la importancia de las comunidades autónomas que gestionan la Sanidad y los pilares básicos de la política social. Hay que reforzar esa estructura y asumir de una vez por todas que las comunidades son Estado. Me parece fundamental. Es verdad que se ha avanzado. Pero también se han puesto al descubierto las debilidades del modelo. Hay asignaturas pendientes como la financiación autonómica o la mejora de la coordinación entre las diferentes administraciones. La clave es la gobernanza: gestionar el interés público desde varias administraciones. Hay mecanismos que se han reforzado ahora como la conferencia de presidentes autonómicos. Hasta ahora era una convocatoria casi estética. Ahora hemos visto la necesidad de esa coordinación directa de todos los presidentes autonómicos con el Gobierno. Están en la mesa los principales responsables políticos. Los que gestionan. Y eso obliga siempre a moderación, pragmatismo y a buscar soluciones.

P ¿No considera que el Gobierno desconfió de las autonomías con un «mando único» que luego tuvo poco a poco que enmendar?

R El Gobierno, sobre todo el Ministerio de Sanidad, se dio cuenta de que su estructura administrativa no estaba pensada para gestionar este tipo de epidemias. Era una administración de cuestiones generales pero no para ejercer una cogestión sanitaria con las autonomías. Lo hemos visto con los problemas del ministerio para las compras de material. Debe tener una estructura de coordinación con las autonomías.

P ¿Cuál debe ser la hoja de ruta de una conselleria como la suya en la reconstrucción poscovid?

R Tres objetivos generales. Primero. Una nueva movilidad. Factor clave para seguir luchando contra la pandemia. Tanto en el control como en la reactivación económica. Segundo. Luchar contra el cambio climático con la ordenación del territorio y limitando las emisiones que genera la movilidad. Y tercero: empleo. El urbanismo, el territorio, las obras públicas... Son competencias de esta conselleria fundamentales para recuperarnos. Son tres objetivos que deben ir cogidos de la mano para que podamos avanzar.

P ¿Qué medidas concretas se tienen que tomar para poder cambiar toda la movilidad urbana?

R La movilidad urbana ya se estaba transformando. Y ahora tenemos que acelerar el proceso con un elemento nuevo: el virus. Hay que evitar a toda costa una vuelta masiva al vehículo privado. Tendríamos de nuevo un problema de saturación y de contaminación. Es verdad que se puede tender a pensar a corto plazo que es más seguro. Por eso el desafío del transporte público es que el riesgo de contagio sea mínimo y que se pueda usar con facilidad. Pero, además, hay que potenciar otro tipo de medios sostenibles y seguros frente al virus como caminar, la bicicleta o el patinete. Hay que ponerlo fácil a los ciudadanos. Mejorar los carriles-bici, abrir líneas sólo para autobuses, seguridad en el TRAM... Esa debe ser nuestra apuesta de futuro.

P Pero eso en los municipios más grandes requiere de una actuación decidida de peatonalización de todos los centros urbanos...

R Es lo que ya están haciendo muchas administraciones locales de toda Europa. Ganar espacio para esos medios de transporte más sostenibles y seguros. Carriles que eran para coches, ahora dedicados al transporte público. Ampliación de aceras. Peatonalizar las plazas. Ir al trabajo a pie o en bicicleta. No vivimos en ciudades gigantescas. El coche debe tener su papel pero tenemos que racionalizar mucho su uso.

P Cuando la gota fría impactó en la Vega Baja, se abrió el debate sobre el impacto en esa catástrofe del descontrol urbanístico de la etapa del PP

R El modelo urbanístico tiene que ser ágil y sencillo. El actual es muy complejo. Muchas normas y trámites largos. Todo eso retrasa muchísimo los expedientes administrativos, lo que dificulta la acción de los municipios y de las propias empresas que quieran desarrollar algún tipo de actuación o de obra. Es compatible garantizar una ordenación territorial adecuada con una agilidad en el tramite. Ya estamos trabajando en algunas medidas en esa dirección con los municipios.

P ¿Con toda esta nueva situación, ha pasado el tiempo de las grandes obras públicas? ¿Cómo debe ser la inversión en infraestructuras?

R Alineada con los objetivos del pacto verde y de la Comisión Europea, que es la que nos va a dar financiación para finalizar, por ejemplo, el Corredor Mediterráneo. La nueva dinámica de las infraestructuras la tenemos que adaptar a esas prioridades: movilidad sostenible y actuaciones que se adapten a la protección del territorio. Es una perspectiva diferente. El mundo ha cambiado con la covid-19 y, previamente, con la emergencia climática. Eso no significa frenar la inversión. Pero tenemos que hacerla mejor de la mano del sector. Al final de este mes tendremos en Alicante la constitución, junto a las patronales de obra pública, de un observatorio sobre las infraestructuras de la Comunidad Valenciana para adaptarnos a este nuevo escenario y trabajar para la reactivación de la economía.

P ¿Le faltó al Gobierno de España sensibilidad para haber mantenido de primeras el aeropuerto de Alicante-Elche

R Hicieron un planteamiento conforme a los medios con los que cuenta Sanidad Exterior. Y aplicaron los protocolos que tenían, por ejemplo, con la crisis del ébola. Pero luego vieron que, efectivamente, era necesario abrir más puntos. Y eso permitió, tras la oferta de ayuda de la Generalitat, que se incorporaran al dispositivo los aeropuertos de la Comunidad. La crisis es de tal magnitud y las decisiones son tan seguidas que necesitamos de más gobernanza con las autonomías. Cuando más diálogo ha existido entre el Gobierno y las comunidades, menos errores se han cometido y más rápido hemos conseguido avanzar.

P Hablando del aeropuerto. ¿Cómo debe ser nuestro sistema productivo después de la epidemia y el futuro modelo turístico?

R Nuestro modelo productivo tiene que repensarse. Tiene que haber diversificación y reindustrialización. Depender de terceros tiene consecuencias. Y luego el sector turístico tiene que mejorar para adaptarse. No es igual Benidorm que Castellón. En la Comunidad Valenciana hay distintos mundos turísticos que deben caminar hacia la sostenibilidad pero sin perder ni un ápice de la importancia que tienen para nuestro modelo económico.

P Hay en marcha una comisión de reconstrucción en las Cortes y las mesas de diálogo que impulsa la Generalitat. ¿Cuáles deben ser las líneas de la recuperación?

R Sostener el estado del bienestar para luchar contra la pobreza y el desempleo que se está generando. Pero tenemos que activar el motor económico. Si queremos seguir contando con recursos para hacer frente a esa inversión social, necesitamos poner en marcha la economía cuanto antes porque, de lo contrario, las cuentas no van a cuadrar.

P ¿Hay en la Comunidad Valenciana espacio para el consenso político teniendo en cuenta las tensiones que hay en Madrid?

R Pienso que sí. Hemos pasado a ser un reflejo en positivo para otras comunidades autónomas e, incluso, para el parlamento español. Hay críticas y tensiones pero no hemos llegado a lo que ocurre en Madrid. Ni de lejos. Y con una línea que va más allá de la política y que se ha trasladado a los agentes sociales. Sólo si trabajamos juntos podremos salir rápido de esta crisis.

P Pero sin cambiar en Madrid la financiación autonómica tampoco vamos a poder salir de esta crisis en las mismas condiciones...

R Es inaplazable. Hay asuntos que, aún con una pandemia, se tienen que resolver. Y uno de ellos es este.

P ¿No es la evidencia de que sigue sin haber un trato justo para esta Comunidad desde el Estado?

R No es justo el sistema. Lo decimos en la Comunidad y todos los expertos. Hasta los del Ministerio de Hacienda. Pero yo sí veo un avance. Se han dado cuenta de que el modelo no funciona. Este Consell siempre va a defender a los valencianos. Cuando nos tengamos que plantar, lo haremos como hicimos con el pase a la fase 1 en la desescalada. Y lo mismo ocurre con este tema. Pedimos una reforma cuanto antes y un modelo de financiación justo.

P ¿Y eso no significa que hay autonomías que siguen «pintando» mucho más que nosotros?

R Es verdad que hay una especie de tradición en España desde hace muchos años según la cual hay tres autonomías -Madrid, Cataluña y el País Vasco- que están en los grandes debates. Viene pasando desde los 80. Al resto nos metían dentro de los tópicos. Sólo se hablaba de nuestro clima. Y somo mucho más. Somos trabajadores, queremos opinar de las cosas que nos afectan y preferimos el diálogo antes de que se nos impongan cosas. El efecto «M-30» continúa existiendo. Por eso, necesitamos una arquitectura con espacios de diálogo y gobernanza

P Esperemos, como primer paso, que el Gobierno cumpla con el porcentaje de inversiones para la Comunidad Valenciana en el próximo presupuesto del Estado...

R Tenemos un buen precedente con el primer proyecto de Pedro Sánchez. Espero que haya apoyos suficientes en el Congreso. Ya toca.

«Lo digo con rotundidad. El sucesor de Ximo Puig se llama Ximo Puig»

«Me llevo bien con Carlos Mazón, con el que pienso que podemos trabajar juntos. Y me llevo muy bien con los socios del Botànic, a los que conozco mucho más»

P El Consell del Botànic cumple ahora cinco años entre el primer mandato y lo que llevamos del actual. Es el más estable de los gobiernos de coalición del Estado. Pero Compromís se muestra muy crítico con el trato de Pedro Sánchez a la Comunidad. ¿Afecta todo eso al día a día de la gestión?

R Somos tres partidos diferentes cada uno con su sensibilidad sobre los temas. Pero hay una cosa que está funcionando muy bien. Somos tres partidos diferentes. Y cada uno sabe separar sus posiciones políticas de las que debe tomar la Generalitat como una institución. Hasta en los gobiernos de un único partido, surgen voces discrepantes. Sucede siempre. Dicho esto. El Botànic ha sabido hacer siempre muy bien la tarea de integración entre las políticas departamento y sabe separar las opiniones de los partidos de las de la institución.

P ¿Pero esa reivindicación de Compromís a Pedro Sánchez en Madrid afectará al Botànic?

R Es la posición que han tomado como partido y la que están manifestando con Joan Baldoví en el Congreso. Son ellos los que tienen que ver si esa estrategia les va bien o mal. Creo que hay que diferenciar entre lo que dicen los partidos y la posición de la Generalitat. Y eso es sano. La institución debe gobernar para todos. No sólo para los que votaron a los partidos que lo sustentan. Cuando actuamos en modo institución somos una sola voz.

P En Alicante se dice que tiene usted mejor relación con el presidente de la Diputación y aspirante a liderar el PP

R Me llevo bien con todo el mundo. Intento trabajar con todos y tener empatía. Considero que esa es una de las características fundamentales de un buen gestor público. De la colaboración se saca más en beneficio de los ciudadanos que del enfrentamiento. Mi forma de entender la política, quizá, no sea la que proporcione más titulares. Pero me parece la más efectiva. Por eso me llevo bien con el presidente de la Diputación, que siempre ha sido muy amable y con el que creo que podemos trabajar juntos. Y me llevo muy bien con los socios del Consell del Botànic, a los que, desde luego, conozco mucho más.

P ¿Sigue siendo el encaje de Alicante en la Comunidad un asunto pendiente?¿Es más fácil abordar esa colaboración con Carlos Mazón que con César Sánchez como ocurrió con el primer Botànic?

R Son dos dirigentes del PP con personalidades diferentes. Mi relación institucional como conseller ya ha sido con Carlos Mazón. Es muy buena y nos permite, sin duda, seguir trabajando. Dicho esto, ha habido durante muchos años un centralismo desde València. Eso se ha ido revirtiendo poco a poco. Hemos acelerado para que Alicante pueda recibir un trato en pie de igualdad con el resto de la Comunidad. Y eso tiene que ver con la acción del Consell del Botànic liderado por Ximo Puig. Ahí están los proyectos que ha puesto encima de la mesa contando con todo el mundo. Y sólo hay que mirar su agenda para ver que su despacho de presidente podría estar perfectamente en Alicante. Hay que reconocer que esta provincia arrastra un déficit inversor desde hace mucho tiempo y lo estamos intentando corregir.

P ¿El sucesor de Ximo Puig en el PSPV y en la candidatura a la Generalitat se llama Ximo Puig?

R Sería lo adecuado. La respuesta sólo puede ser un sí rotundo.

P ¿Cómo ha llevado que le situaran en su día en todas las «quinielas» para suceder en un futuro al presidente de la Generalitat?

R Mi única ambición tanto personal como política es que cuando ya no sea conseller, deje las cosas un poco mejor que como las encontré.

P Quedan aún tres años de legislatura autonómica. Pero pocos gobiernos salen indemnes de una situación de esta magnitud...

R Tenemos estabilidad parlamentaria y, por tanto es el momento de gobernar. Nuestra única preocupación es atender a los valencianos y salir cuanto antes de esta situación.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats