El respaldo que ha recibido sin fisuras de la dirección nacional y, a su vez, la posibilidad de unir el poder institucional con el orgánico serán los dos motores del proyecto político de Carlos Mazón, quien, de cumplirse las previsiones, el próximo 18 de julio se convertirá en el nuevo presidente provincial del PP en el congreso que se celebrará en el ADDA. Un año después de ser nombrado presidente de la Diputación, en sucesión de César Sánchez, el dirigente provincial será también oficialmente el líder del partido . Un año que sin duda no olvidará, no solo por subir ese peldaño político, sino por las inesperadas dificultades que se ha encontrado como la grave gota fría que asoló la Vega Baja durante el pasado mes de septiembre o la actual pandemia del coronavirus que ha obligado a dejar sus prioridades a un lado para centrarse en la emergencia sanitaria, económica y social. Solo hay que ver su presentación como aspirante del pasado viernes. Mascarillas y distancia social junto a su equipo de campaña para evidenciar el largo camino que queda por recorrer para recuperar la anhelada normalidad. Pero, a la vez, estos movimientos son la prueba de que la clase política va dando pasos hacia adelante para relanzar sus organizaciones y acercarse a las preocupaciones poscovid. De hecho, el coronavirus y la necesaria recuperación de la provincia es uno de los motivos que Carlos Mazón esgrime para «fortalecer el partido».
Hasta ser nombrado líder del PP todavía restan cinco intensas semanas para tomar el pulso a su militancia con una firme defensa de las provincias y de las diputaciones. Esa es una de las máximas que Mazón ha establecido como emblema de su relato. De hecho, el modelo que le guía es el de tres provincias fuertes para fortalecer el poder autonómico de la Comunidad. Es la combinación perfecta, según admite. Una estrategia política que también tiene recorrido autonómico. Mazón anunció este viernes su candidatura junto a las nueve personas que integran su comité de campaña, que coordinará el diputado provincial y alcalde de Finestrat, Juan Francisco Pérez Llorca. Lo hizo con un proyecto que pivotará sobre cinco ejes: reforzar el partido en toda la provincia; la organización como herramienta para la recuperación, con prioridad en las políticas sociales; confianza en los sectores productivos de la economía con especial atención al turismo, la agricultura, el comercio y las exportaciones; ganar peso e influencia en Valencia y Madrid; y en último lugar abrir las puertas a los jóvenes, a aquellos que nunca han militado y a los que dejaron el partido, que vive una situación complicada.
Tras la etapa transitoria en la que Eduardo Dolón y Toni Pérez han asumido el mando del partido, el primer objetivo del candidato es dejar atrás esa interinidad para dar impulso y fortalecer el proyecto comarca a comarca. De ahí, las visitas que comenzará a realizar a diferentes municipios para desplegar su agenda y marcar posición política propia. «Vamos a ensanchar el PP a toda la provincia, a todas sus capas y rincones», apunta el titular de la Diputación. En segundo lugar, su meta es generar ideas para apostar por la recuperación económica y social tras esta pandemia, sobre todo con políticas que favorezcan el empleo. La tercera clave es la defensa a ultranza del turismo, el trasvase, el pequeño comercio y la digitalización. Es uno de sus señuelos propagandísticos. «El PP debe tener una voz clara y firme cuando habla de turismo, de la defensa del agua y de las infraestructuras hídricas, del modelo económico y del apoyo a los sectores económicos y a los autónomos y profesionales», asegura Mazón.
También ha convertido en una de sus banderas la importancia de ganar peso en Valencia y en Madrid a través de una voz provincial más reivindicativa que haga valer su posición en cuestiones como la financiación autonómica, la necesidad de trasvases o la importancia de infraestructuras como el Corredor Mediterráneo. A través de la presidencia provincial del PP, Mazón propone trasladar esas demandas a Pablo Casado y aumentar la capacidad de ejercer presión desde esta provincia. «Las influencias alicantinas son muy positivas. Es bueno que tengamos esa sana ambición de influir cada vez más, con voz propia y con voz sumatoria», añade el dirigente popular.
Carlos Mazón se afilió al PP en 1992, siendo representante de los alumnos en la Universidad de Alicante, y realizó toda la trayectoria en Nuevas Generaciones. Y de ahí procede su quinto eje de acción: ilusionar a la cantera del PP y recuperar a los militantes que se han alejado. En este sentido, el candidato ha anunciado que hará una campaña intensa, de mucho contacto con los afiliados y de refuerzo del papel de las Nuevas Generaciones. En ese empeño por dar voz a los militantes y ofrecer una imagen de cohesión, el primer paso que ha dado el futuro presidente provincial es visibilizar, con actitud persistente y pasando de puntillas por los puntos débiles, la estabilidad que ha logrado con Ciudadanos en el gobierno de la Diputación y reforzar la ciudad de Alicante. El primer aval que recogió Mazón para su candidatura, como se puede ver en la imagen, fue el de Luis Barcala. No cabe duda que el PP ha comenzado su particular desescalada.
