Como dice una popular locución valenciana, «tu content, jo pagat». Si los dos están satisfechos, la alegría es doble. Cada uno tratando de barrer para casa pero ninguno mirando al prójimo por encima del hombro. El PSPV-PSOE y Compromís han tratado de capitalizar el mérito de la decisión del Gobierno, que ha cambiado el criterio para el reparto del fondo no reembolsable de 16.000 millones para luchar contra los efectos de la covid-19 o, al tener más en cuenta la variable poblacional. Una opción que ambos partidos se han encargado de defender este último mes, cada uno con su estilo personal. Entre el 4 de mayo y el 7 de junio hay 35 días en el calendario y muchos mensajes cruzados entre Madrid y València. Horas de gestiones entre el Consell y el Gobierno central para que la Comunidad Valenciana pase de ser uno de los territorios más perjudicados por el fondo de ayuda no reembolsable anunciado a ser la segunda comunidad más beneficiada. Un giro de 180 grados por el que los últimos han pasado a ser los primeros. Un éxito que tiene dos padrinos que han reivindicado a la vez su logro.
Los socialistas defienden que fueron los primeros en mostrar su disconformidad, cuando el conseller Vicent Soler fue el primero en abrir la boca para protestar el mismo día que la ministra María Jesús Montero presentó el fondo no reembolsable en un consejo interterritorial de Hacienda. Aquella vez, el porcentaje de salida del reparto era del 80% de los recursos vinculados a los ingresos en UCIs, las hospitalizaciones y los positivos confirmados por PCR y el 20% a la población afectada. Este criterio no tenía en cuenta la inversión preventiva que el Consell ha realizado en Sanidad, con la compra de material transportado en aviones y barcos, con la contratación de profesionales sanitarios o con los hospitales de campaña. Un 80/20 que se ha convertido en un 50/50, al contemplar a partes iguales el impacto sanitario y la población, porque «desde la Conselleria de Hacienda no se ha dejado de presionar». Como prueba de ello, aseguran fuentes de la conselleria es el contacto continuo con la secretaria de Estado de Hacienda, Inés Bardón, gestiones realizadas por el conseller Vicent Soler, que optó por no pegar un «golpe en la mesa» como hizo Compromís en el Congreso, con su negativa a a seguir apoyando las prórrogas del estado de alarma pedidas por el PSOE.
Para el diputado Joan Baldoví es evidente, por contra, que la presión de Compromís ha tenido su fruto en esa rectificación, en ese cambio de criterio a la hora de repartir los 16.000 millones, donde el criterio poblacional debía tener mas peso». Baldoví considera que «el margen de mejora todavía es mucho mas grande». La portavoz adjunta en las Cortes, Aitana Mas, reconoció que su coalición había arriesgado con una posición política que «podía no entenderse pero al final ha tenido el resultado esperado». Contrarios a que se elimine la ayuda para políticas sociales , pero satisfechos de que haya más recursos para educación, gestión promovida por el conseller Vicent Marzà de la que ahora se alegran Compromís y el PSPV. Lo dicho: «Tu content, jo pagat».
