Después de una semana en la que el Gobierno y Compromís volvieron a escenificar sus diferencias con el trato que recibe la Comunidad desde el Estado como principal punto de fricción, Pedro Sánchez y el diputado Joan Baldoví abrieron una vía para recomponer la relación en Madrid. Una confianza resquebrajada en estas dos últimas votaciones del estado de alarma que han acabado con los valencianistas oponiéndose a la prórroga. Casi en el último minuto de sus intervenciones, tanto Baldoví como el presidente del Gobierno dejaron una puerta más que abierta. Alivio para el Botànic, que vivía con desazón un tenso conflicto entre Compromís y la Moncloa que ademá se amplificaba en las redes sociales.
Y eso que la jornada había empezado con desencuentro. Baldoví había llegada la votación del Congreso con la idea clara, como así ocurrió, de rechazar la que podría ser la última renovación del periodo de alarma. Entre la noche del martes y ayer mismo antes del pleno, había mantenido contactos con dos ministras del Gobierno -la vicepresidenta Teresa Ribera y la titular de Trabajo, Yolanda Díaz- pero sin ninguna oferta concreta. Compromís pedía aprovechar una parte del fondo europeo de reconstruccion para inyectar unos 2.400 millones en cinco autonomías -entre ellas la Comunidad junto a Murcia o Andalucía, entre otras- que arrastran mayores problemas con el actual modelo de financiación. No hubo respuesta clara más allá de filosofía y generalidades. Desdén y recelo del Gobierno que Compromís atribuye, sobre todo, al papel del ministro y número tres del PSOE, José Luis Ábalos.
El diputado Baldoví informó el martes a última hora de la situación a la cúpula de su formación. En Compromís se ha extendido un profundo malestar por la posición del Gobierno de llegar a acuerdos con los nacionalistas vascos o catalanes además de con Ciudadanos sin tener en cuenta a los valencianistas, que hasta ahora habían votado siempre con los socialistas desde la moción de censura que acabó con el mandato de Mariano Rajoy. La intervención de Baldoví fue dura. Reprochó al Gobierno el trato a la Comunidad y le echó en cara a Pedro Sánchez que hace ahora justo dos años Compromís respaldó esa moción de censura sin que, desde entonces, se haya empezado ni tan siquiera a resover el problema de la financiación autonómica. Y, en ese sentido, alertó de que a partir de octubre, el sistema sanitario valenciano se tendrá que pagar con un préstamo por la discriminación que sufre la autonomía en el reparto, a la cola del sistema junto a Murcia. «Votamos un no obligados. Escuchan y habla con todos menos con los valencianos», subrayó el parlamentario que. en cualquier caso, mantuvo la línea de interlocución para seguir hablando en el futuro con el Ejecutivo. «Siempre, siempre, siempre... mi puerta estará abierta», concluyó.
A Pedro Sánchez, mientras escuchaba a Baldoví desde el escaño, le extrañó el tono del mensaje y preguntó por el contenido de los contactos con Compromís. Desde la tribuna , el presidente del Gobierno no fue nada duro. Al contrario. Fue muy comedido Consideró que el Ejecutivo ha dotado de liquidez a las autonomías y dijo que, en su opinión, el voto en contra no lo entienden los votantes de Compromís. «Le respeto. No le voy a reprochar que coincida con la derecha. Y espero poder recomponer la relación en futuros debates con asuntos importantes para su tierra y también para el conjunto de España», cerró Sánchez.
Un primer gesto de cercanía en la votación del ingreso mínimo vital
Con la puerta abierta a los acuerdos en las próximas semanas, la siguiente votación del decreto que regulará el ingreso mínimo vital podría facilitar un primer «gesto» de acercamiento entre ambas partes. Compromís impulsó desde el Botànic, con Mónica Oltra como gestora, la Renta Valenciana de Inclusión, la fórmula que ya se aplicaba en la Comunidad de lo que ahora aprueba el Gobierno de España. Sería sólo una primera piedra de toque porque el verdadero objetivo para Compromís son los presupuestos del Estado, que el Gobierno parece en condiciones de tramitar.
Un interesante papel de mediación para Íñigo Errejón
Íñigo Errejón, uno de los socios electorales de Compromís, ha jugado un papel de mediación entre los socialistas y Compromís para evitar una fractura. Errejón mantiene una relación personal muy cercana a Joan Baldoví y ha facilitado que el contacto se pueda reconducir. La formación del exdirigente de Podemos no tiene el mismo problema que los valencianistas. Sus prioridades son otras. Errejón necesita notoriedad y que los debates le vayan ahormando un espacio político. Por eso, aunque con críticas, ha optado por votar a favor todas las prórrogas del estado de alarma y, además, ha favorecido este acercamiento que aún debe culminar.
