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Nada es igual un año después de las elecciones municipales

Con tres años por delante de mandato, los ayuntamiento afrontan la gestión condicionados por los efectos de la epidemia y necesitados de más recursos

Una mujer y dos niños caminan con mascarillas en un municipio del interior de la provincia. axel álvarez

La noche del 26 de mayo de 2019, todos los municipios se acostaban analizando el resultado electoral, con un nuevo alcalde, con el mismo primer edil o haciendo cábalas para tratar de cerrar un pacto de gobierno. Un año después, el 27 de mayo de 2020, esos mismos ayuntamientos celebraban minutos de silencio a las puertas de sus consistorios. En poblaciones donde, con gran seguridad, han padecido alguna víctima mortal por la pandemia de la covid-19. Un año después de las elecciones municipales de 2019, los tres años que tienen por delante las corporaciones locales está totalmente condicionadas por el coronavirus. Nuevos retos ante un nuevo horizonte poco alentador. Nuevos desafíos al que se suma un situación de partida poco recomendable.

Escasos de recursos, faltos de financiación, hartos de tanta maquinaria burocrática, el último eslabón de la administración es el más cercano a la ciudadanía. Una incongruencia que resta operatividad y eficacia pero no es excusa para actuar ante mayores cifras de desempleados, negocios que no levantan la persiana, fábricas a medio gas, atractivos turísticos cerrados y playas con restricciones. Desde esta línea de salida, los alcaldes que asumieron el poder local hace un año tiene claro que las prioridades son otras. Gobiernan municipios a los que hay que seguir dotando de infraestructuras y servicios, pero asumen que la covid-19 ha marcado un antes y un después. Son dos escenarios que son distintos pero con un elemento común.

Como indica el alcalde de Xàbia, José Chulvi (PSPV), «o se nos devuelven competencias a los ayuntamientos, o va a ser muy difícil poder gestionar dando respuesta a nuestros ciudadanos». Y en esa devolución de competencias, hay dos demandas, una más teórica, como defiende Chulvi. «No podemos seguir con esta rigidez normativa que tiene encorsetada la acción política hasta prácticamente hacerla inviable. En mi opinión, no podemos retrasar más los cambios necesarios para recuperar agilidad y capacidad de gestión», apunta. Y otra más económica, como no se cansa en repetir el alcade de Elda y presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Rubén Alfaro, del PSPV. Desde su posición de «alcalde de los alcaldes», Alfaro considera que es prioritario «mejorar la financiación municipal consiguiendo que podamos recurrir a los remanentes de tesorería para afrontar nuevas inversiones».

La demanda local de gestionar la «hucha» de sus ahorros, con superávits millonarios que se acumulan en los bancos, de los que el Gobierno de España tan solo ha consentido liberar un 20%, es constante. Sin ese empujón de ingresos -o, al menos, sin la posibilidad de gastar lo que cada ayuntamiento ha ahorrado-, la odisea postcovid será mucho mayor. «Ni en la peor de las pesadillas podíamos haber imaginado algo así». La frase es de Joaquín Hernández, alcalde de Dolores, municipio de la Vega Baja que en menos de un año le ha tocado gestionar las dos peores crisis de su historia reciente. Tras el mazazo del temporal de septiembre, llega otra tragedia en forma de coronavirus que te obliga a plantear «las políticas medioambientales y contra el cambio climático, causas principales tanto de la DANA como del covid como apuntan los expertos», asegura Hernández.

Máster en catástrofes

Otro municipio con «máster en gestión de catástrofes» es Xàbia, que en los últimos años ha sufrido incendios, inundaciones, temporales. Retos provocados por el cambio climático al que su alcalde, José Chulvi, quiere responder con una diversificación de la economía local, «demasiado dependiente del turismo y la construcción». En el primer caso, se considera fundamental aprobar de forma definitiva un Plan General que reduce el suelo urbanizable, y en el segundo, fomentar «un turismo basado en la sostenibilidad, buscando el equilibrio entre el uso y disfrute del litoral y la protección medioambiental», afirma Chulvi.

Para otro municipio turístico, Altea, gobernado por Jaume Llinares (Compromís), y también sacudido por la borrasca Gloria su objetivo es lograr la calificación como destino turístico inteligente (DTI), algo «indispensable para la nueva situación para dar una mejor calidad al turista y a nuestros comerciantes y ciudadanos».Otra localidad con alcalde de Compromís, Crevillent, que dirige José Manuel Penalva, es partidaria de modificar normas urbanísticas para «agilizar aquellos proyectos viables para el municipio y actualmente bloqueados por el Plan General».

Todos los municipios consultados comparten el criterio de potenciar el comercio local y ninguno quiere renunciar a proyectos de obras que ya estaban sobre plano o en ejecución, ya sean teatros, pabellones o reformas del casco antiguo. Ahora estas infraestructuras debe funcionar como resortes de empleo. Antonio Bernabéu (Ciudadanos), alcalde de Castalla, es de esta opinión, al igual que apoya otro «modelo productivo de la industria de la comarca, relacionado con las nuevas necesidades de fabricación de productos sanitarios de protección y tecnologías de la información». Otro objetivo es compensar la merma de ingresos al cerrarse hitos básicos como, por ejemplo, las Cuevas de Canelobre. El alcalde de Busot, Alejandro Morant (PP) calcula que la pérdida de visitantes al enclave «supone un 10% de reducción de ingresos sobre el presupuesto global». Y pensando a largo plazo, otro alcalde del PP, Juanjo Berenguer, primer edil de El Campello, va más allá de 2021: «Ya trabajamos en medidas excepcionales para apoyar a empresas, autónomos y familias por mucho tiempo. Esta crisis no finalizará cuando alcancemos la fase 3 o la 4». Es un reto para una década.

Retos postcovid del municipalismo alicantino

Retos postcovid del municipalismo alicantinoSalud pública

Salvaguardar y reforzar el sistema de salud pública, con planes de contingencia y de sanidad municipal que velen por servicios locales e infraestructuras.

Movilidad sostenible

Apuesta por el incremento del uso del transporte público urbano con protocolos de seguridad e higiene, creación de itinerarios peatonales y carriles bici.

Consumo y comercio

Campañas de apoyo al comercio local y a su digitalización. Reactivación de polígonos industriales.

Turismo

Impulsar políticas de recuperación del turismo de playas, así como de destinos culturales y gastronómicos, espacios naturales y turismo rural. Campañas de concienciación para la buena acogida de turistas.

Despoblación

Seguir trabajando para dotar a los municipios de los recursos suficientes para luchar contra el gran reto demográfico. Garantizar su total conectividad.

Desarrollo económico

Impulsar planes extraordinarios de empleo municipal. Potenciar la industria de cada comarca para crear trabajo y revitalizar los circuitos tecnológicos, eliminando trabas administrativas y agilizando trámites.

Desarrollo rural y pesca

Facilitar el desarrollo de nuevas actividades económicas y el fomento del emprendimiento. Estrategia para la reactivación económica de estos sectores.

Cultura

Actualizar el conocimiento del capital cultural local. Planes de choque por el aplazamientos de eventos, garantía de la liquidez a los profesionales y la digitalización en los servicios culturales municipales.

Igualdad

Promover la dimensión de género e incorporarla de forma transversal a todas las políticas locales.

Medio ambiente

Revisión y elaboración de los planes de limpieza viaria. Reducir la contaminación. Pacto Verde Europeo.

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