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El primer «no» de Compromís al Gobierno de Pedro Sánchez abre grietas en el Consell

Baldoví se posiciona en contra de la prórroga del estado de alarma ante la negativa del Ejecutivo a atender su petición de mejorar la financiación de la Comunidad

El primer «no» de Compromís al Gobierno de Pedro Sánchez abre grietas en el Consell

Un «no» rotundo... Por ahora. Aunque todos dejaron la puerta abierta para el futuro, la negativa de Compromís a dar su apoyo al Gobierno en una nueva prórroga del estado de alarma escenificó ayer la primera gran fractura de la izquierda en el Congreso y el enfado entre los socios de la investidura por el pacto con Ciudadanos. De las fuerzas progresistas que respaldaron al Ejecutivo en su arranque sólo Más País, la formación de Íñigo Errejón, se mantuvo en el «sí» aunque muy crítico. La decisión de Joan Baldoví abre, en todo caso, tiene réplica valenciana: brecha en el Botànic. Cargos del PSPV y de Podemos le reprocharon que votara lo mismo que el PP, Vox y Esquerra Republicana de Catalunya en una jornada con tensión en las redes sociales entre militantes de las tres fuerzas del Consell. Eso sí, todos dejaron claro que el Botànic continúa blindado.

Los valencianistas insisten. Reiteran el maltrato de la Comunidad en materia de financiación por un sistema caducado desde hace seis años y denuncian el «centralismo» que emana el Gobierno de España. Es un conflicto antiguo que la coalición quiere sacar ahora a la superficie para visibilizar su papel en el Congreso. Compromís ha decidido romper ciertos lazos con el Gobierno con un duro ataque que salpicó al Consell. En Compromís quieren estar en la mayoría que respalda al Ejecutivo pero reclaman un trato justo a cambio en la distribución de la financiación para la Comunidad Valenciana. Se quejan de que a los nacionalistas vascos les han facilitado hasta la última cifra del dinero que recibirán para la emergencia sanitaria mientras que a Baldoví, socio fiel hasta ahora del Gobierno, le niegan un gesto.

Tras anunciar su posición en un vídeo en redes sociales a primera hora de la mañana y después de remitir una carta a todos los militantes de Compromís, durante su intervención en el Congreso, Baldoví fue tajante. Aseguró que no puede apoyar una entrega de fondos que perpetúa «la injusticia y el maltrato al pueblo valenciano». Evidenció así sus diferencias en un encontronazo con Pedro Sánchez, al que acusó de faltar al respeto a los valencianos tras no haber atendido sus dos peticiones. Dar prioridad al peso poblacional a la hora de repartir el fondo de urgencia de 16.000 millones entre las autonomías y, a la vez, compensar el déficit de financiación mientras cambia el modelo. No le dieron nada. Y el diputado cumplió con la amenaza que había formulado días atrás y elevó el tono hacia esa diana con un tema muy sensible como campo de batalla contra el Gobierno. «Lealtad no es sumisión». Esa fue la máxima que viene repitiendo como emblema.

En su relato, Joan Baldoví vinculó la exigencia de más financiación a la lucha sanitaria contra la pandemia y afirmó con contundencia que: «Nuestros hospitales no se pagan con el aire». Tras acusar Gabriel Rufián al Gobierno de que salvar el estado de alarma puede suponer «llevarse por delante quizá de forma irremediable el espíritu de la investidura», es decir, la supervivencia del bloque progresista que le permitió volver a la Moncloa, el diputado valencianista siguió en esa misma línea y criticó el cambio de actitud tras el acuerdo con Inés Arrimadas: «Han preferido pactar con los que niegan el pan y la sal». A los pocos minutos, Pedro Sánchez, desde la tribuna, aseguró no estar de acuerdo con criterio y le pidió que pensara el mensaje que trasladaba a la Comunidad. «No le entiendo», le dijo reconociendo, eso sí, el problema valenciano con la financiación.

La estrategia resultó irrelevante por el apoyo que Pedro Sánchez negoció con Ciudadanos -otro foco de conflicto con la izquierda-, PNV y Coalición Canaria. Mayoría que le garantiza sacar adelante la alarma pero que agrieta el bloque de la investidura. Se abre una brecha que habrá que seguir por el recorrido que pueda tener. La brega se extendió a la Comunidad. No solo en las redes sociales donde la coalición se convirtió en tendencia con mensajes a a favor y en contra. Los dos socios de Compromís en el Consell, a su vez las fuerzas que sustentan el Gobierno de Madrid, evidenciaron su malestar en público. Dieron por sentado, eso sí, que el Botànic está blindado. Pero tanto el PSPV como Podemos le echaron en cara el movimiento a Baldoví. Los socialistas advirtieron a Compromís que su propuesta sobre el reparto de los fondos de emergencia perjudica a la Comunidad. «Es un error», dijo Manolo Mata. Podemos defendió la unidad y mandó mensaje a Baldoví. «Más autogobierno sí, pero más responsabilidad también», zanjó Naiara Davó. No hubo entendimiento pero, a la vez, ninguno de los dos se cerró puertas y continuarán las conversaciones. Hoy mismo, Baldoví se reunirá con el ministro José Luis Escrivá para encajar el ingreso vital mínimo con la renta valenciana de inclusión. Habrá que ver la próxima votación.

El cara a cara más duro entre ambos en el Congreso

Tras el cara a cara dialéctico en el Congreso de los Diputados, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió recapacitar al diputado de Compromís, Joan Baldoví. Fue el debate más duro que han mantenido ambos dirigentes que ya llevan una larga carrera en el Congreso de los Diputados. «¿Por esto va a votar que no», se quejó Sánchez antes de reconocer el trabajo de Compromís tanto en el Congreso como en el Consell junto al PSPV en un intento de Pedro Sánchez de no cortar la relación para el futuro. Su Ejecutivo va a necesitar geometría variable para tener la estabilidad. Y ambas fuerzas, seguro, volverán a negociar en el futuro.

El exconseller Alcaraz, crítico con su partido: «No se puede elegir esta crisis para sacar cabeza»

El exconseller de Transparencia y militante de Compromís, Manuel Alcaraz, se mostró crítico con la decisión tomada por la coalición y aseguró que el «no» de Baldoví «no tocaba en estos momentos». En su opinión, este movimiento va a alterar las relaciones en el Botànic y provocará una fragmentación de la izquierda. «Hemos entrado en un campo peligroso e irrelevante al meternos en determinados alineamientos políticos. No podemos jugar a fragmentar nada ni a que se pierda la cohesión. Quedarnos en un bloque con Vox, PP y ERC nos sitúa en una cierta marginalidad que no merecemos», según Alcaraz, quien defendió que en estos momentos tenemos que «unificar» el conjunto del bloque progresista.

«Si no hemos sido capaces de poner el problema valenciano sobre la mesa en los últimos años, ahora es complicado hacerlo». Según manifestó, «no va a gustar que se elija esta crisis para sacar cabeza. No nos pueden entrar las prisas porque esto se mezcla con los problemas sanitarios, la angustia económica y la desafección política». Alcaraz lanzó una pregunta: «¿Si hubiéramos ganado en la votación, hubiese mejorado España o hubiésemos recuperado el fondo que pedimos? La respuesta es no y por lo tanto esta es la primera lectura que debemos hacer». El exconseller añadió que aunque habrá un gran esfuerzo por mantener la estabilidad del Consell «esto abre una brecha donde la oposición va a meter el dedo. Es evidente que esta decisión no mejora el clima del Botànic»,y precisó que los militantes de las distintas fuerzas ya han tenido desavenencias a través de las redes sociales.

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