Puertas abiertas desde el 11 de mayo, dos sesiones de la Diputación Permanente para que comparezcan miembros del Consell y se aprueben decretos en el mes de mayo y la creación de una comisión delegada de la Diputación Permanente, que funcionará del 11 al 24 de mayo, en la que podrán comparecer conselleres o secretarios autonómicos en unas sesiones presenciales o telemáticas en las que habrá un diputado de cada grupo. Y todo eso si el estado de alarma no se prolonga desde el 10 de mayo o las condiciones del confinamiento no se acaban suavizando. Punto. Las Cortes seguirán a medio gas.
Estos acuerdos de la Junta de Síndics vinieron acompañados del rechazo a la petición del PP, apoyada por Ciudadanos y Vox, de reactivar ya los plenos y la actividad parlamentaria bajo medidas de seguridad. La Junta de Síndics, con representación de todos los grupos y mayoría el Botànic tan solo convocó reuniones de la Diputación Permanente (el órgano equivalente al pleno en los periodos inhábiles) la semana que viene -el 5, 6 y 7 de mayo- y a finales de mayo -el 27 y 28-, y en esta última se incluiría una comparecencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig.
Como novedad, según explicó el síndic del PSPV, Manolo Mata, se van a reabrir las comisiones parlamentarias «como una especie de subcomisiones de la diputación permanente». De esa forma se pretende que el parlamento valenciano «normalice su vida». Como ejemplo de ese regreso a al «normalidad», a partir del 11 de mayo está previsto un proceso gradual en el funcionamiento de las Cortes. Desde ese día la Cámara abrirá por las mañanas (de 10 a 14 horas) con servicios mínimos, y podrán acceder diputados y personal de los grupos si se garantice la distancia de seguridad. Para la portavoz adjunta del PP, Eva Ortiz, sin embargo, tras 45 días en estado de alarma y con la Diputación Permanente activada, «ya es suficiente» para empezar una actividad parlamentaria «normal», dentro de los parámetros de salud pues se «están coartando los derechos fundamentales de los diputados».