Los municipios están en primera línea de combate contra el coronavirus. Son las instituciones más cercanas al ciudadano y uno de los frentes más efectivos para contener esta pandemia. La primera puerta a la que tocan los vecinos. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en su empeño por planear el ya denominado «día después», ha comenzado a sondear a los alcaldes de la Comunidad para trazar un plan de desescalada por municipios que tenga en cuenta la singularidad de cada territorio, analizando segmentos, actividad, incidencia del virus y, en definitiva, situación general. Todo ello en la línea que ya marcó el pasado domingo en la conferencia autonómica cuando puso encima de la mesa una salida del confinamiento en función de la situación por la que atraviesa cada territorio.
El jefe del Consell mantuvo ayer una reunión con el presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y alcalde de Elda, Rubén Alfaro, para poner en común las aportaciones que pueden hacer las entidades locales a esta reconstrucción. La primera fase para conseguir material y atender la emergencia sanitaria más prioritaria empieza a estar superada. Y ahora el Consell da otro paso para iniciar una segunda etapa y planear una salida con los menores riesgos posibles pero también que permita volver a la actividad lo antes posible. El presidente considera que la Generalitat comienza a contener la curva del virus. Y por eso abre esta vía con los alcaldes, cuya posición es estratégica para salir del desconfinamiento. El flanco municipalista era uno de los que, hasta ahora, menos había tocado el jefe del Consell en su agenda de esta grave crisis.
Con ese objetivo, la ejecutiva al completo de la Federación de Municipios, con representación de todas las formaciones políticas, volverá a reunirse el sábado con Ximo Puig para poner en común de una forma más detallada las posibles etapas de esta desescalada y testear la opinión de los alcaldes a la hora de hacer frente a sus principales dificultades. La idea es aportar una visión común que respete la pluralidad geográfica y los equilibrios territoriales. El director general de Administración Local, Toni Such, explicó ayer a este diario que «Ximo Puig tiene una especial sensibilidad con los ayuntamientos y quiere contar con todos ellos en el proceso de reconstrucción». Rubén Alfaro, por su parte, aseguró que durante las primeras semanas tanto el Consell como los propios ayuntamientos se dedicaron a la gestión de la crisis sanitaria y social, además de temas educativos o coordinación de las fuerzas de seguridad, pero en su opinión «ahora toca ir más allá y mantener la comunicación constante entre la Generalitat y las entidades locales que somos quienes conocemos el tejido productivo y podemos asesorar y desarrollar una labor pedagógica fundamental para trazar la salida de esta crisis».
Ademas, el jefe del Consell trasladó a Alfaro su apoyo a la hora de exigir al Gobierno que se desbloquee el superávit local para dedicarlo al gasto social urgente y a los imprevistos que está ocasionando esta pandemia, además de flexibilizar la regla de gasto. Ximo Puig se suma así a la principal reivindicación de las administraciones locales para disponer en sus arcas del remanente económico. Los alcaldes defienden que este dinero es una de las pocas armas que tienen para luchar contra el coronavirus por lo que piden que no solo puedan disponer del 20 % del superávit sino del 100%. También estuvo de acuerdo con este criterio el director general de Administración Local, Toni Such. El objetivo, según coinciden, es que los ayuntamientos sean participantes activos en la toma de decisiones a la hora de gestionar los recursos. Por otro lado, Rubén Alfaro mantuvo ayer una reunión con la consellera Rosa Pérez para reforzar la transparencia, facilitar la información y combatir bulos sobre la Covid-19.
