La dirección general de Medio Natural y Evaluación Ambiental ha emitido una resolución por la que se regulan determinados controles de fauna cinegética durante el estado de alarma del coronavirus. Es decir, desde hoy se permite la caza, en determinadas circunstancias y cumpliendo estrictos requisitos, para evitar los graves daños que el conejo y el jabalí, fundamentalmente, están ocasionando en los cultivos.

Los técnicos de la Conselleria de Agricultura y Desarrollo Rural han advertido un incremento de los daños por conejo de monte, jabalí y otras especies de caza mayor en las fincas destinadas a productos de primera necesidad. Estos perjuicios están alcanzando niveles incompatibles con la rentabilidad de la actividad y requieren de una actuación urgente. También se ha detectado un aumento de los riesgos asociados a fauna salvaje en el entorno de infraestructuras de comunicación, especialmente en aeropuertos y líneas de alta velocidad. Todo ello ha llevado al Consell a activar medidas concretas que, pese a seguir vigente el estado de alarma y contar con los servicios de emergencia y departamentos competentes en velar por la seguridad frente a incidencias puntuales, permitan, de forma justificada, bien sea a los agricultores por relación directa con su trabajo, bien sea a los titulares de las infraestructuras de transporte o a las personas designadas al efecto para controles de rumiantes silvestres por cuestiones sanitarias, efectuar las cacerías estrictamente necesarias de aquellas especies cinegéticas causantes del problema.

Por lo tanto, para que los cazadores obtengan la oportuna autorización de la autoridad cinegética será necesario que los agricultores o entidades afectadas realicen una solicitud previa y debidamente justificada. En caso de concederse el permiso, solo podrá intervenir un cazador, sin apoyo de huroneros u otros auxiliares. Ahora bien, en cultivos que superen las tres hectáreas se podrá ampliar la actividad a más de un cazador. Concretamente uno por hectárea o fracción. En cualquier caso, los participantes deberán guardar en todo momento una distancia mínima dos metros. El cazador responsable de la actuación, en caso de no ser el propio agricultor que ha sufrido los daños, tendrá que residir en el municipio en que se ubique el cultivo y deberá ser socio del coto o contar con el permiso del titular. Pero si se trata de cultivos en zona común de caza, hay negativa del titular del coto a la recepción de las solicitudes de actuación o de la emisión de permisos de control, se deberá contactar con el agente medioambiental para que levante acta de tal circunstancia y, en su caso, emita un permiso de control ordinario o subsidiario.

También se establece la obligación de que los desplazamientos se hagan con una única persona por vehículo. La justificación para el desplazamiento será el permiso del titular, acompañado de copia de la resolución emitida por el director general de Medio Natural y de Evaluación Ambiental, Francisco Javier Quesada Ferre. Las fechas de control serán tres jornadas concretas por permiso. Asimismo, se deberá extremar la higiene personal mediante el lavado frecuente de manos, el uso de equipos de trabajo y de aquellas medidas de protección individual necesarias, siguiendo siempre las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

En la decisión que acaba de adoptar la Conselleria de Agricultura han influido decididamente las gestiones llevadas a cabo en los últimos días por la alcaldesa de Monforte, María Dolores Berenguer, que ha salido en defensa de los agricultores de la localidad por los graves daños que la plaga de conejos está ocasionando en las fincas de uva de mesa.