La Generalitat Valenciana cerró el ejercicio 2019 con un saldo final de tesorería de 453,8 millones de euros, según consta en la resolución de la Conselleria de Hacienda que publicó ayer el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) sobre la situación de tesorería a 31 de diciembre pasado. Los cobros ascendieron a una cifra global de 37.864 millones de euros y los pagos a 37.707 millones, lo que arroja un flujo neto de tesorería del ejercicio de de 157,6 millones. El saldo inicial de tesorería era de 296,2 millones al principio del año 2019.

Este cierre de ejercicio de 2019 mejora notablemente el resultado final del año anterior, el 2018, en el que los pagos, con 34.697 millones, superaron a los cobros con un total de 34.226 millones de euros, por lo que se produjo un flujo neto de tesorería negativo 471,14 millones. Este déficit solo se pudo salvar gracias a que el saldo inicial de tesorería era de 767,34 millones.

En cuanto al gasto por capítulos, resulta significativo que la mayor parte fue a pasivos financieros (6.269 millones), que supera a los gastos de personal (6.091 millones), las transferencias corrientes (4.930 millones) y la compra de bienes corrientes y gastos de funcionamiento (3.310 millones).

Respecto a los cobros, la mayor parte de ingresos se produjeron por pasivos financieros (8.089 millones), seguido de los impuestos indirectos (6.897 millones), y los impuestos directos (4.557 millones).