Los militantes alicantinos de Ciudadanos siguen acumulando méritos para que su nueva líder, Inés Arrimadas, ya ratificada de forma mayoritaria en primarias, cuente con su presencia en la ejecutiva que debe acabar de completar el próximo fin de semana en la V Asamblea General del partido. Si el apoyo recibido por la dirigente catalana en toda España ha rozado el 77%, de los 483 afiliados alicantinos que emitieron su voto, 405 fueron para Arrimadas, un 84% del total (frente a un 15% que votó a Francisco Igea y menos de un 1% que apoyó a Ximo Aparici). La horquilla de distancia entre Arrimadas e Igea se amplía 14 puntos más en esta provincia, pero todos estos datos, por muchas evidencias que salten a la vista, no han ocasionado todavía que la nueva máxima responsable de la formación naranja quiera reconocer el peso electoral, político e institucional que aún conserva Ciudadanos en la provincia.
Si esa muestra de reconocimiento de la labor de la militancia alicantina se debe personificar en alguien, todas las miradas se siguen dirigiendo a la diputada Marta Martín, excluida contra pronóstico del primer equipo propuesto por Arrimadas y que en las últimas semanas se quiso quedar en una situación de «neutralidad» que a lo único que ha ayudado es a desmarcase, más aún, de Arrimadas. Entre desprecios y desplantes por no ofrecerle un puesto en la ejecutiva -fuentes internas de Cs defienden que la relación entre Martín y Arrimadas está «rota» desde hace tiempo-, en estas últimas horas no se ha visto mucho interés por encauzar la situación a pesar de que la diputada ganó con claridad la elección de compromisarios alicantinos para la asamblea del próximo fin de semana.
Marta Martín reconocía ayer que no había hablado en persona con Inés Arrimadas, a la que felicitaba «de corazón» y a la que le enviaba el mensaje de que se ponía «a disposición del partido». Si la diputada por Alicante tiene algún encaje en el comité ejecutivo al que le queda algún hueco por cubrir, hasta completar sus 50 plazas máximas, es en Educación. Martín es la portavoz de Cs en el Congreso en esa área. Ya lo era con Albert Rivera y lo sigue siendo con Inés Arrimadas, que ha delegado en ella la tramitación de Ley Orgánica de la nueva Ley de Educación. Para Ciudadanos, los asuntos educativos y universitarios han sido -y son- uno de los pilares de su estrategia política pero no parece ahora que la asamblea de refundación del partido naranja gire en torno a estas materias.
Gran parte del debate pendiente sigue siendo si se van a aceptar las enmiendas que la militancia ha presentado a la reforma de estatutos. Además de una enmienda a la totalidad de Francisco Igea, donde se pide que sea la militancia la que elija los cargos orgánicos y no la cúpula de la formación, hay otras agrupaciones, algunas de ellas de la provincia de Alicante que abogan, por ejemplo, porque el futuro coordinador autonómico sea ratificado por la militancia después de haber sido nombrado por la ejecutiva nacional. En todo caso, estas enmiendas que los compromisarios votarán en la asamblea general, van camino de ser rechazadas en la misma medida que el partido prefiere por mayoría a Arrimadas y no a Igea.
Y por esa regla de tres, quien se va despejando su camino para convertirse en coordinador autonómico de Cs en la Comunidad es Toni Cantó. Votar a Arrimadas es votar a Cantó, por lo que el síndic parlamentario en las Cortes no ha dudado ni un minuto en agradecer el apoyo de los 12.000 afiliados que participaron en la elección de la nueva ejecutiva «de la que tengo el honor de formar parte». Cantó refuerza su posición mientras nadie le hace de contrapeso.
