La crisis del coronavirus se ha convertido en el síntoma de que el Consell, ahora que se cumple justo un año desde que Ximo Puig adelantara las autonómicas que dieron paso a la segunda versión del Botànic, transmite evidentes señales de agotamiento y necesitará, en un control de los tiempos que tendrá que manejar el presidente de la Generalitat, de una remodelación que le permita coger aire e iniciativa política de cara a la segunda mitad de este mandato. Y, precisamente, la expansión de la epidemia en la Comunidad Valenciana -acrecentada, en mi opinión, por un punto de psicosis que va más allá de la realidad- vuelve a poner en una situación muy complicada a la conselleria de Sanidad que dirige Ana Barceló. Uno de los departamentos más golpeados no sólo por la gestión sino por la mala relación que reina entre sus altos cargos sean del color que sean, un escenario que ahora aún se ha vuelto más complejo por el impacto mediático y social de los efectos del coronavirus.

A Puig le ha venido fatal la decisión de Pedro Sánchez de retrasar los congresos socialistas. Gran parte del diseño de su Ejecutivo y de sus cargos tiene que ver con la necesidad de agrupar bajo el manto de la Generalitat a todos aquellos que tienen algo que aportar dentro del PSPV para hacer frente a la presión del sanchismo. Es muy posible, por tanto, que Puig tenga que esperar a renovar la secretaría general de los socialistas valencianos para retocar el Consell. Pero parece obvio que tendrá que hacerlo. Y la conselleria de Sanidad, la que controla más presupuesto de la Generalitat, es una de las que, sin duda, tendrá más focos apuntando.

Pero no será la única. ¿Continuará Vicent Soler hasta final del mandato? ¿Mantendrá Puig a Carolina Pascual en Innovación pese al envite que le ha lanzado la Diputación impulsando un centro digital que dirigirá Manuel Palomar; o buscará más peso político para la conselleria? Y la incógnita no sólo es para los socialistas. ¿Seguirá Vicent Marzà en Educación después del congreso del Bloc o pasará a dirigir el grupo en las Cortes para reducir la erosión y cuadrar su liderazgo? ¿Pasará Fran Ferri al Consell? ¿ Por Marzá o para suplir a Rafa Climent en Economía? Y una de las grandes preguntas: ¿Dejará Mónica Oltra alguna competencia como piensan en privado cargos de Compromís para aliviar su desgaste? Por ahora, coronavirus.