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Romper con el pasado de la Diputación para repartir 71 millones en inversiones

Más de 150 cargos locales acuden a la presentación de un nuevo plan de obras que intenta acabar con el debate sobre la arbitrariedad en la distribución - Aplicará criterios técnicos y permitirá a los municipios planificar ayudas de todo el mandato

Mazón: «Después de 40 años no habrá un dedo caprichoso que decida»

Diálogo, objetividad, agilidad, corresponsabilidad y, sobre todo, transparencia. Planifica, además de incluir las siglas que resumen el farragoso concepto del Plan de Inversiones y Financiación en Infraestructuras de la Provincia de Alicante 2020-2023, nace con vocación de ser un punto y a parte en cuatro décadas de discusión política sobre la arbitrariedad en el reparto de las obras de la Diputación. Una de las apuestas inversoras más importantes de la historia de la institución pone en juego 71 millones para los ayuntamientos y quiere romper con un pasado que ha tenido durante décadas a los 141 municipios alicantinos pendientes de un hilo cada vez que solicitaban una subvención a la corporación provincial. En ocasiones, la bobina se convertía en una soga que garantizaba millones en obras, y otras veces, el carrete se rompía dejando al pueblo sin ayuda o, al menos sin la inversión que tanto ansiaban.

En función de criterios siempre discutibles, con gobiernos de uno y otro color, el reparto de ayudas siempre generaba polémica y una legión de agraviados. Por eso, esta Diputación, con el gobierno a dos bandas que comparten el PP y Ciudadanos, este gobierno de coalición que quería cambiar los «cimientos en el reparto de las subvenciones» -expresión muy repetida estos días-, estaba obligada a otro sistema. Un giro de 180 grados que, después de escuchar ayer al presidente de la Diputación, Carlos Mazón, viene a retomar lo que deberían ser las tres obligaciones de la institución: «Un plan de obras permanente, que apoya de manera prioritaria a los pequeños municipios y les facilita la asistencia técnica y jurídica que necesitan», proclamó durante la convocatoria.

Con ese espíritu de «vuelta al origen», unos 150 cargos municipales acudieron ayer a la sede del Consejo Regulador de Xixona, de donde todos salieron con turrones y chocolates. La afluencia fue bastante numerosa. No en balde, era un día donde los alcaldes y concejales, tanto de grandes ciudades como de pueblos de 500 habitantes se iban a enterar del dinero que la Diputación les iba a conceder, no solo durante 2020, sino hasta el año 2023. Para lo que resta de mandato. Para llegar a la reválida de las próximas elecciones municipales con varias asignaturas aprobadas. Por eso, los cargos municipales se apresuraban a buscar el nombre de su pueblo en la carpeta entregada por la organización al inicio del acto.

Allí podían comprobar la subvención que le corresponde a cada municipio, una cantidad calculada con base en unos criterios técnicos como la población, la superficie, la densidad y el número de pedanías. También se detallaba el porcentaje de ayuda que debe aportar cada localidad en función de sus habitantes -desde el 5% hasta el 55%-, y por último, las renuncias temporales que esa localidad debe afrontar con base en tratos favorables en anteriores planes de obras o subvenciones «a dedo» Ayudas de otra época, concedidas con otro «método», hoy aparcado, que seguirán condicionando el arranque de Planifica a lo largo de sus primeros meses.

A propuesta del diputado de Infraestructuras y portavoz de Ciudadanos, Javier Gutiérrez, el plan se presentó en su pueblo, Xixona, donde es concejal y en el que tuvo un destacado papel en la construcción del edificio que albergó el evento. El principal responsable del plan de inversiones destacó que este proyecto «parte del diálogo» y quiere «recuperar el espíritu de la Diputación de favorecer a los municipios pequeños que carecen de recursos, sin olvidar a las grandes poblaciones» y siempre bajo «la transparencia que queremos que impere y las facilidades para planificar mejor las obras», concluyó.

Alcaldes y ediles de todos los colores políticos en un acto aperturista inédito

Uno de los objetivos de este nuevo plan de inversiones de la Diputación es contar con el mayor consenso posible entre las diferentes fuerzas políticas y, ayer, en la presentación del proyecto a alcaldes y concejales de toda la provincia ya se vio, en buena medida, ese aperturismo con la asistencia al acto de cargos municipales del Partido Popular, del Partido Socialista, de Ciudadanos y de Compromís. Los populares fueron mayoría, con primeros ediles de grandes ciudades como Torrevieja y Orihuela, pero también se vio a varios alcaldes socialistas, comenzando por la alcaldesa de Xixona, Isabel López, que hizo las labores de anfitriona del evento. No obstante, la convocatoria, además de tener un carácter inédito al tratarse de un plan de inversiones donde todo parece nuevo -incluida la presentación a los alcaldes-, pudo haber tenido una mayor afluencia si no hubiera coincidido con diversos actos conmemorativos del Día de la Mujer, que se celebraban en ese momento por pueblos de la provincia.

Carlos Mazón: «Después de 40 años no habrá un dedo caprichoso que decida»

El presidente admite que este programa es más objetivo que cuando era diputado de Obras hace ya más de una década

Carlos Mazón habló ayer de pasado y de presente. Por un lado recordó su época anterior como diputado provincial donde dirigió el área de Obras, unos años en los que «ya hubiera deseado yo presentar algo». Y por otro lado, el actual presidente de la Diputación destacó los beneficios de este nuevo plan de inversiones que desde el primer día muestra «un papel donde pone lo que le toca a cada municipio». Desde ese punto de partida, Mazón aseguró a los cargos locales presentes que, después de 40 años funcionando «de una manera», ahora «no habrá un dedo caprichoso que decida» como será el reparto de obras en la corporación provincial. Un dedo que, ayer, no señaló a nadie.

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