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El perfil de la cuota alicantina de Podemos en Madrid

Dos exdiputadas por Alicante de la coalición, María Teresa Pérez y Rita Bosaho, con una gestión muy dispar, son las únicas elegidas en el organigrama del Ejecutivo

Rita Bosaho y María Teresa Pérez.

Después de un mes de reuniones celebradas por el Consejo de Ministro del Gobierno de coalición, formado por el PSOE y Unidas Podemos, tan solo hay dos alicantinas que han pasado a formar parte del organigrama del Ejecutivo, ambas por la cuota morada. Dos exdiputadas, que consiguieron su escaño por la provincia de Alicante en convocatorias diferentes, que no llegaron a coincidir en el Congreso y que llegan a dos puestos de alta responsabilidad con un bagaje previo muy diferente. La periodista de 26 años María Teresa Pérez es desde esta semana la directora general del Injuve, el Instituto de la Juventud, y la licenciada en Historia de 54 años, Rita Bosaho se ha convertido en la directora general para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial. Pérez se quedó fuera de la Cámara Baja por un puñado de votos en las pasadas elecciones, unos comicios en los que Bosaho ya no figuraba ni en la candidatura de Unidas Podemos. En abril de 2019 se quedó sin escaño al ser la tres de la lista, superada en las primarias, precisamente, por María Teresa Pérez. Ahí acabó su trayectoria política de la autodenominada «primera diputada afrodescendiente de la democracia».

Al margen del periodo de tiempo que estuvieron en el Congreso -cuatro meses María Teresa Pérez y casi tres años Rita Bosaho-, las dos «repescadas» por Pablo IglesiasLa primera se mantiene a la primera línea con un amplio reconocimiento por parte de sus compañeros de hemiciclo (y no solo de su partido) y la segunda ocupa una cargo de relevancia después de protagonizar episodios que, como mínimo, se ganaron la etiqueta de ridículos. María Teresa Pérez Díaz (Petrer, 1993), «Mari Tere» para sus más cercanos, estudió periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid «gracias a los esfuerzos de una familia de clase obrera», como relata ella misma en su biografía. Le gusta mucho decir que es hija de una aparadora de calzado y de un trabajador de una cantera de piedra, que hizo labores de camarera y cuidadora de niños para costearse dos másters. Ese hilo directo con la clase obrera fue su plataforma de salida en las campañas electorales que vivió intensamente, hablando de precarización y feminismo. En el Congreso se le recuerda por dos temas. Al mes de ser elegida, publicó un escrito que comenzaba diciendo «La rubia es retrasada, pero la verdad es que yo le daba». Un consistente relato en primera persona de su debut como diputada que causó un gran revuelo. Y antes de sus despedida, defendió una PNL solicitando la declaración de zona catastrófica para paliar los daños producidos en septiembre por la gota fría en Alicante y Murcia. Aquel día hizo una alegato contra las empresas contaminantes que «están firmando la sentencia de muerte de la Tierra».

Por contra, la polémica más vehemente de la primera diputada negra en el Congreso, Rita Bosaho Gori (nacida en Guinea Ecuatorial en 1965 y afincada en Alicante desde joven) fue tachar de movimiento «racista» a los pajes negros de la Cabalgata de Reyes Magos de Alcoy. En menos de 24 horas se recogieron 9.000 firmas en contra de esta acusación de «discriminación y racismo institucional». Bosaho fue desautorizada por todos los partidos, incluso por el suyo, y tuvo que retirar el apoyo explícito en contra del «blackface». La podemita será más recordada por este «logro» que por su ínfima actividad en el Congreso, sobre todo en defensa de los intereses alicantinos. En año y medio solo hizo dos preguntas sobre Alicante y fue la única parlamentaria que no ofreció valoración alguna sobre las escasas inversiones del Gobierno en la provincia para 2017, las más bajas de toda la historia. La cara y la cruz de la cuota alicantina de Podemos en Madrid.

Héctor Illueca, un inspector valenciano para Trabajo y Seguridad Social

La cuota valenciana de Unidas Podemos en el Gobierno central la completa, de momento, Héctor Illueca (València, 1975), nombrado director general de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Considerado el «sheriff» de Podemos, especialista en derechos sociales y miembros de movimientos sindicales, destacó como gran opositor de la reforma laboral de Rajoy. De profesión, inspector de Trabajo, será la punta de lanza de los morados en la batalla laboral que pretende emprender Pablo Iglesias. Diputado en el Congreso por València ya ha dejado su escaño al convertirse en uno de los principales referentes del Ministerio de Trabajo y Economía Social que dirige su compañera de partido, la gallega Yolanda Díaz.

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