Visión de conjunto, huir de la distorsión grosera del populismo, conseguir que la ciudadanía comprenda que el mundo en el que se dirime su futuro no acaba en los límites de su ciudad, aprender a entender a los demás; incluir, no separar, saber que la desunión continental nos condena al ostracismo en un marco global. Maite Pagazaurtundúa habla de la Unión Europea con rigor porque integra sus cimientos. La eurodiputada, ahora en Ciudadanos como independiente, articuló ayer una ponencia en el Club INFORMACIÓN centrada en la urgencia de aprobar una estrategia común para la Unión.

El primer desafío del continente es combatir las amenazas que ponen en peligro la hegemonía comercial que aún conserva. Para la activista de Hernani, Europa «es una potencia económica, pero tiene que aspirar a ser una potencia tecnológica». Como explicó en su presentación del acto Marta Martín, diputada de Cs por Alicante en el Congreso, «Pagaza es un símbolo de la lucha por las libertades. La política alicantina destacó la valentía de su compañera de partido, «la menor de tres hermanos que vio como, en 2003, ETA asesinó a uno de ellos (Joseba, militante socialista y jefe de la Policía Local de Andoain, a los 45 años», recordó.

«Los fanatismos y las ideologías excluyentes son una amenaza para la UE. Europa es nuestra palanca, necesitamos agarrarnos a ella para crecer. Europa no puede ser algo externo que sucede fuera de nuestro país», enfatiza la política vasca que tiene muy claro qué hace falta para que la UE no se autodestruya.

«Necesitamos políticas comunes, crear una gran comisión geopolítica porque los problemas no tienen fronteras, son globales. La Guerra Fría antes se localizaba en un frente muy definido, ahora es abierta y tiene que ver con las nuevas tecnologías. La batalla tecnológica es una prioridad para el futuro de nuestro continente. Europa no puede limitarse a observar la guerra que libran Estados Unidos y China por la supremacía tecnológica sin tomar parte. La batalla tecnológica es prioritaria para el futuro del continente», reitera Pagaza.

El veneno de las redes sociales

«La desinformación puede desintegrar la democracia, y esto es algo que saben aprovechar a su favor los populismos. Las redes sociales potencian los sesgos, refuerzan las ideologías adversas. Se está creando toda una cultura de la irresponsabilidad. Los líderes no asumen responsabilidades, las rehúyen», enfatizó la eurodiputada de Cs antes de agregar: «establecer el orden de lo que jerárquicamente es más importante es clave y es responsabilidad de todos, de los políticos y de quienes les votan. Los nacionalismos no proponen soluciones, más bien es al revés. La identidad nacional hay que vivirla de manera sana, no patológica. El egoísmo de los estados (nacionalismo) no construye nada, Europa debe ser flexible, ya no valen los argumentos burócratas del siglo XIX, debe poder tomar decisiones sin trabas sobre los temas globales... y la migración es un claro ejemplo», reiteró.

Respaldada por la principales figuras de su partido, la eurodiputada esta convencida de que si no se actúa, «corren peligro las sociedades abiertas». «La democracia debe ser militante, huir de las trincheras. La migración legal es necesaria, pero hay que pensar en ella a largo plazo porque es imparable y la protagonizan seres humanos, no árboles. El modelo canadiense (que controla los flujos de migrantes desde el origen y los reparte en función de las necesidades estatales) muestra el camino», propone la que fuera activista de la plataforma ¡Basta Ya!

«Hay mucho en juego y no podemos mirar para otro lado o dejarnos arrastrar por la ola populista o nacionalista. Las razones cruzadas que han acabado cancelando el Mobile World Congress nos afectan y no podemos perder el tiempo mirando a los microestaditos», abundando los infinitos campos en los que se libra la batalla tecnológica para fijar el orden mundial.

Soluciones

Maite Pagazaurtundúa no se limitó a radiografiar las amenazas, también abogó por las soluciones que las combatan eficazmente. La eurodiputada lamenta la culminación del Brexit, pero la entiende como una oportunidad para que los 27 Estados de la Unión refuercen su estrategia común «para resolver lo más difícil» de la fuga de Reino Unido, «que es el marco económico». «La UE no puede tener un Singapur en su entorno, no lo puede permitir».

Lo sufrido tras la fuga de Puigdemont a Bélgica después de comprobar la ineficacia de la euroorden dictada por la justicia española es un ejemplo de las debilidades que ha de combatir Europa. «Son los propios estados quienes más trabas ponen a la armonización de la euroorden. No puede haber puntos ciegos policiales o jurídicos. Se trata de arreglar lo que no funciona, no de aprovechar esa disfunción para convertirse en euroescéptico», avisó. En su argumentario, bien hilvanado, Pagaza explicó al auditorio que lo primero que hay que hacer es no considerar a Europa como algo externo, ajeno, porque las grandes cuestiones universales son trasnacionales. «Necesitamos visibilidad, pero los temas relativos a la UE se tratan en los medios de comunicación de forma secundaria. La política, la efectiva, la que mejora la vida de los ciudadanos, de los países, lleva tiempo y no se puede rebajar a responder tuits al minuto. Los consensos no se logran en un día y mucha de la política de comunicación actual está reducida a las redes sociales, y eso es un suicidio», denunció.

Pagazaurtundua cerró su ponencia abogando por una legislación común dentro de la UE, una acción diplomática común que arrincone los populismos y los nacionalismos políticos antes de recordar que ella integra Cs en calidad de independiente. «Hay que aislar a los populistas y ultras de cualquier signo».

La peligrosa irrelevancia de los «microestaditos»

«El futuro de las sociedades no pasa por lo que ocurre en nuestra ciudad, es el mundo exterior quien nos condiciona»

Mirar más allá de la propia nariz, abrirse, avanzar, ser consciente de que en un mundo global no tiene sentido dejarse atrapar por las mentiras del populismo. «Nací en un entorno lleno de fanatismos e ideologías excluyentes muy similares a los que ahora amenazan a la Unión Europea. El futuro no pasa únicamente por lo que ocurre en nuestro municipio o nuestra región, el futuro se decide fuera, es el mundo exterior el que nos condiciona en el día a día y si no tomamos conciencia, estamos perdidos porque quedaremos en manos de terceros. Las grandes cuestiones son trasnacionales».

Maite Pagazaurtundúa está convencida de que los nacionalismos con vocación independentista como los que bullen en España son un lastre para el continente y para los estados que los soportan. «Están en peligro las sociedades abiertas por culpa del racismo y la xenofobia. Los populistas creen en el divide y vencerás, en ciudadanos buenos y malos, son hostiles con quienes piensan diferente», expone la integrante del grupo parlamentario Renovar Europa.

«Tratan de erradicar el pensamiento crítico, pero para que eso no ocurra hay que potenciar políticas educativas que apuesten por la inclusión y la tolerancia. Nuestra única oportunidad de futuro pasa por disponer de grandes estructuras económicas como la Unión Europea. Las identidades no necesitan estados nación. La cultura, la tradición, el lenguaje pueden conservarse igual, protegerse y disfrutarse de igual manera dentro de la UE. Los microestaditos te condenan a la irrelevancia en un mundo global y eso es muy peligroso», advierte la eurodiputada de Ciudadanos, actualmente vicepresidenta de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior de la UE.

«Generar políticas lingüísticas para que sean tomadas como religiones y perseguir a quienes no las profesan, a quienes se oponen a esta aberración democrática es anticonstitucional, hay que frenarlo», recuerda la activista vasca, que se rebeló en Hernani contra el yugo terrorista de ETA. «Europa no es ajena a nosotros, y si no somos capaces de entenderlo, de aprovecharlo, España se quedará atrás».