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El sanchismo copa los escaños en el Congreso del socialismo alicantino

El ministro renuncia al hemiciclo para centrarse en la gestión y cede su puesto a Lázaro Azorín, alcalde de El Pinós y fiel a Pedro Sánchez

El ministro Pedro Duque y el alcalde de Pinoso, Lázaro Azorín, en un acto de la campaña del 10-N. información

Campo abierto al «sanchismo» alicantino en las dos instituciones del poder legislativo en Madrid. La renuncia a su acta de diputado por Alicante del ministro Pedro Duque, cabeza de lista por la provincia en las dos últimas convocatorias de elecciones generales, anunciada ayer por fuentes del Gobierno para centrarse en la gestión, deja en bandeja de plata que con su sustituto previsto, el alcalde de El Pinós, Lázaro Azorín, los militantes socialistas partidarios de Pedro Sánchez copen casi por completo toda la representación parlamentaria, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado. Con este cambio que se hará efectivo en unos días, de los cuatro diputados en la Cámara Baja, tres de ellos, el ilicitano Alejandro Soler, la santapolera Yolanda Seva y el pinosero Lázaro Azorín son destacados dirigentes del sanchismo en la provincia, al igual que pertenecen a esta corriente socialista los senadores Jose Asensi, de Alicante y Ana Martínez, de Guardamar.

Tan solo la diputada alcoyana Patricia Blanquer, la más veterana de todos los parlamentarios alicantinos, seguirá en la Carrera de San Jerónimo sin que deba su puesto a una vinculación estrecha con Pedro Sánchez. Se benefició, eso sí, de la paridad de género que reina en las listas electorales de los socialistas. Cinco de los seis parlamentarios en Madrid que ocuparon las primeras posiciones en las siempre controvertidas las candidaturas del PSPV y que tan solo se vieron relegados por la imposición desde Ferraz del «fichaje» de Pedro Sánchez, el astronauta madrileño, afincado en Xàbia, Pedro Duque. Primero como ministro y después como número uno al Congreso, Duque llevó la voz cantante en las dos campañas electorales, arropado en todos los actos por los representantes del «sanchismo» que controlaron ambos procesos electorales hasta el último detalle.

Sin cargos de representación ni en la provincia ni en la Comunidad Valenciana, de manera muy significativa, tanto Alejandro Soler como José Asensi y Lázaro Azorín fueron cabezas visibles de la corriente partidaria a Pedro Sánchez, especialmente cuando intentaban sumar apoyos en tierras alicantinas. Alejandro Soler, exalcalde de Elche, hizo de principal contacto con Madrid ya que ocupó durante una época la dirección general del SEPES, la Entidad Pública Empresarial de Suelo, alto cargo para el que fue nombrado por el ministro José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y «mano derecha» de Pedro Sánchez.

José Asensi aspiró a la Alcaldía de Alicante en unas primarias locales socialistas a la que también aspiraron la exconcejala Eva Montesinos -número dos de Gabriel Echávarri- y el independiente Francesc Sanguino, finalmente elegido, dejando al catedrático Asensi sin posibilidad de cargo público hasta que le colocaron en el Senado. Y por su parte Lázaro Azorín fue la opción que barajaron los afines a «sanchismo» para rivalizar por la secretaria provincial del PSPV, que quedó en manos del José Chulvi. Además, Azorín, que no formó parte de la candidatura del 28-A, entró directamente en la quinta posición de la lista de la repetición electoral del 10-N, en lugar de Herick Campos, nombrado director general de Turismo.

En clave interna de los socialistas valencianos, el sanchismo, por tanto, coloca a todos sus peones en Madrid de cara a los congresos de la formación, previstos en un principio para 2021. Estas renuncias planteadas por el PSOE, que dejarán sin escaño a todos sus ministros menos a Carmen Calvo, María Jesús Montero y José Luis Ábalos, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pretenden que los componentes del Ejecutivo se dediquen a la gestión y que las agendas ministeriales no condicionen la justa mayoría en el Congreso.

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