Corrupción en mayúsculas. La apertura del secreto de sumario de la pieza separada del caso Erial que continuaba secreta ha sacado a la luz el sofisticado entramado societario al que recurrió Eduardo Zaplana para ocultar una presunta actividad delictiva que se extendió durante 20 años a la sombra del PP. Según los datos incluidos en el sumario, a los que ha tenido acceso INFORMACIÓN, el expresidente de la Generalitat Valenciana y sus colaboradores llegaron a mover más de 19 millones de euros a través de 14 países distintos para ocultar el presunto cobro de comisiones a cambio de la privatización del servicio de las ITV y la adjudicación de los parques eólicos.

La mayoría de las sociedades que forman parte del entramado estaban radicadas en países de Latinoamérica, pero en realidad el dinero nunca salió de Europa. Los lugares escogidos por la presunta organización criminal que lideraba el exministro de Trabajo para depositar las comisiones fueron Suiza, Luxemburgo y Andorra. El dinero se lo habrían repartido el propio Zaplana; Joaquín Barceló, amigo personal del político y exdirectivo de Terra Mítica; Francisco Grau, artífice de la ingeniería financiera; y Juan Francisco García, ex jefe de Gabinete de Zaplana.

Según ha acreditado la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en varios informes, la piedra angular de todas las empresas era Imison Internacional SA, con sede en Luxemburgo. Se constituye con 607.022 euros que el dirigente del PP valenciano Juan Cotino llevó al país en metálico en 2001. Así lo declaró a los agentes Beatriz García Paesa, sobrina de Francisco Paesa, el espía que ayudó en su fuga a Luis Roldán.

Cotino, quien por esas fechas era el director general de la Policía del Gobierno de José María Aznar, logró pasar los controles de aduanas sin levantar sospechas. Según el sumario, entre los años 2005 y 2009, mientras Zaplana era el portavoz del PP en el Congreso, se ingresan desde España y Andorra a esta empresa 11,2 millones de euros, de los que 6,2 corresponderían al pago de comisiones por parte de Sedesa, la empresa familiar de los Cotino. A partir del año 2009, el sumario recoge que el dinero se mueve a sociedades radicadas en Holanda, Uruguay, Dubai, Hong Kong, Panamá, Reino Unido o el principado de Liechtenstein.

Por otro lado, se ha localizado en Andorra otra cuenta corriente que llegó a sumar 9,1 millones en «operaciones asociadas a dinero en efectivo» entre 2004 y 2007». El retorno del dinero fue posible a través de inversiones inmobiliarias o en el puerto deportivo de Campomanes en Altea. La Agencia Tributaria no detectó ninguna irregularidad en la financiación. Eduardo Zaplana también dispuso de dinero en efectivo, alrededor de dos millones de euros, que recogía a través de su chófer o secretaria con agentes de cambio.