Los socialistas valencianos ya se han decidido a meter el bisturí en una de sus agrupaciones clave en la comarca de la Vega Baja: Torrevieja. En las últimas horas se han intensificado los contactos entre la cúpula del PSPV y la dirección federal para cerrar el nombramiento de una gestora. Esta ejecutiva provisional, a perfilar entre esta semana o como mucho la que viene, será la encargada de tratar de frenar la sangría que sufre la agrupación e intentar arbitrar una posible solución a la grave crisis en la que está sumida la organización. Ferraz acepta que el único camino, en estos momentos, pasa por nombrar una gestora que pilote la agrupación de Torrevieja en los próximos meses para que la elección del próximo secretario general, sin fecha, pueda celebrarse en unas condiciones que sean más favorables.
Cuando el pasado 20 de enero se produjo la dimisión de Javier Manzanares como secretario general junto al resto de la ejecutiva cabían dos opciones. Nombrar una gestora que, de inmediato, convocara a su vez la asamblea para elegir al nuevo responsable del partido en Torrevieja. O diseñar una dirección provisional con un periodo más largo de mandato, pacificar una agrupación muy convulsa y tratar de poner orden en la situación como paso previo a la elección de un nuevo secretario general a medio o largo plazo. Finalmente y ante la complejidad de la situación política en Torrevieja, el PSPV ha optado por esta segunda opción. Esa es la alternativa que, en esos contactos de las últimas horas, ha trasladado a Madrid Jose Muñoz, secretario de Organización de los socialistas valencianos para tratar de normalizar la situación de la agrupación.
En Ferraz ya han aceptado la opción que han puesto encima de la mesa los socialistas valencianos. En gran medida como consecuencia de las señales de alarma que les llegan desde Torrevieja. La situación de la agrupación socialista salinera, desde el punto de vista político, es insostenible con una enorme fractura interna y con un grupo municipal en el que se ha enquistado esa crisis. Pero además, como organización, el colectivo del PSPV en Torrevieja se está desangrando poco a poco. En las últimas semanas, según confirmaron fuentes socialistas, se han registrado cerca de medio centenar de bajas. Ese escenario tan complejo y tenso obligaba a una intervención inmediata. Y en esa dirección se ha movido el PSPV para que Ferraz acepte. El nombramiento definitivo de la gestora se consumará de forma inminente. A lo sumo, antes de una semana. Esa es la intención que tiene la cúpula socialista.
Así las cosas, una vez que la decisión está tomada, solo falta, en estos momentos, que se produzca el visto bueno oficial y definitivo de Ferraz. Y eso se tiene que producir una vez que se puedan concretar los nombres de los miembros de la gestora. Casi con total seguridad, aunque la nómina de componentes de la dirección provisional aún tenga que perfilarse al detalle, la gestora estará encabezada por un dirigente de una cierta relevancia pero de fuera de Torrevieja. El objetivo pasa por evitar el ambiente contaminado entre familias que se vive en la agrupación. Según estas mismas fuentes, la gestora, como primera misión, tratará de atajar la batalla en el grupo municipal con el relevo del portavoz y, con posterioridad, intentará relanzar la acción del partido antes de la designación de un nuevo secretario general que, como apuntaron desde la cúpula del PSPV, se tendría que desarrollar dentro de un escenario en el que se evidencie una rebaja del termómetro de la tensión.
Para la dirección de los socialistas valencianos, el futuro de la agrupación de Torrevieja y, en general, de su estructura en toda la comarca de la Vega Baja es muy importante. Es el territorio en el que el bloque de la derecha está concentrando sus movimientos para desgastar al Consell del Botànic. Y la principal capacidad de respuesta del PSPV, teniendo en cuenta la desconexión institucional de la comarca, reside en sus agrupaciones locales. Así que meter el bisturí en Torrevieja y hacerlo bien es clave para los socialistas.
