El anuncio que ayer hizo Quim Torra sobre el adelanto electoral en Cataluña abre un clima de incertidumbre en el panorama político de toda España que tiene una repercusión directa sobre la Comunidad Valenciana. La aritmética parlamentaria en el Congreso y la necesidad que tiene Pedro Sánchez de contar con el apoyo de ERC puede condicionar el nuevo sistema de financiación autonómica o la aprobación de unos nuevos presupuestos que solventen la marginación que en estos momentos, con las cuentas de 2018, sufren la Comunidad y la provincia de Alicante, la cuarta circunscripción del Estado con menos inversiones por habitante y con los peores datos de inversión de toda su historia.
Este avance electoral abre la posibilidad de un cambio de estrategia de ERC que, en su empeño por retener a su electorado, evite acercamientos con el Gobierno Central en Madrid. La convocatoria, por tanto, podría abocar a una paralización y ralentización de cualquier decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez que dependa de los apoyos en el Congreso. Ayer, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, defendió en la Marina Alta el diálogo como una obligación de los políticos, en relación con la reunión prevista entre Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, para el próximo día 6 de febrero. Iglesias manifestó que si hay elecciones en Cataluña «los partidos políticos se presentarán y muy pronto habrá otro gobierno catalán». Preguntado también sobre el hecho de que sin Torra en la presidencia de la Generalitat catalana sería más fácil dialogar, respondió que «el Gobierno tiene que dialogar con quien haya» y no «a la carta».
Representantes provinciales y autonómicos de los distintos partidos mostraron ayer su confianza en que el conflicto catalán no aporte inestabilidad a la Comunidad Valenciana ni condicione la aprobación de los presupuestos del Estado. Todos coincidieron en admitir que las inversiones a la provincia y el nuevo modelo de financiación son cuestiones prioritarias y que este territorio «no puede esperar más». Los socialistas manifestaron que se abre un nuevo escenario para reconducir la situación en Cataluña y recordaron que los primeros presupuestos de Pedro Sánchez, que finalmente no consiguió sacar adelante, cumplían con la Comunidad y también reflejaban un incremento de 63 millones para la provincia de Alicante. Por su parte, los populares defendieron que las luchas internas entre los independentistas están arrastrando a Cataluña hacia el desastre «y pretenden que España vaya detrás».
En una declaración institucional convocada sin avisar a sus socios de Gobierno (ERC), Quim Torra constató ayer que no hay más margen para seguir con la legislatura, por lo que esperará a aprobar sus presupuestos, que siguen prorrogados desde 2017, para adelantar los comicios. Todo apunta a que la escalada de conflicto irá en aumento y que las pocas garantías políticas que en estos momentos ofrecen Junts per Catalunya y ERC volverán a jugar un papel clave en la fragilidad del Gobierno y en su política territorial.
