La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, se mostró ayer confiada en que el futuro Gobierno central en ciernes tome nota de las reivindicaciones de la Comunitat y que una vez conformado aborde «en sintonía» con el Consell del Botànic la agenda valenciana, la agenda ambiental y la agenda social, lo que debe hacerse, advirtió, con «tranquilidad, serenidad, sin prisa, pero sin pausa a comenzar a abordar las reformas que necesita este país, todas las asignaturas pendientes». Oltra apeló a impedir que se repita la situación de interinidad que, a su juicio, ha llevado a España a «una parálisis» que no se puede «permitir». «No podemos esperar más, la vida de la gente de este país no puede esperar más», añadió, al tiempo que reclamaba «valentía» al nuevo Ejecutivo. La vicepresidenta reiteró la necesidad de una regularización de la deuda por la infrafinanciación, así como la inversión en infraestructuras. Reinvidicó, además, que haya ministros valencianos y que ejerzan también de valencianos, «que no siempre estemos en el furgón de cola».

Bonig ve falta de credibilidad

El panorama es muy distinto para la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, que vaticinó ayer que la Comunitat será «moneda de cambio» en los pactos entre el PSOE y ERC. «El nuevo Gobierno afectará mal a la Comunitat», al tiempo que criticó su falta de «credibilidad». La lideresa popular cree que no se cumplirán los plazos para que en ocho meses haya una propuesta para cambiar el modelo de financiación autonómica porque, según advirtió, el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tiene que «pagar» el voto de formaciones como Teruel Existe. Por otro lado, Ciudadanos anunció que pedirá en todos los ayuntamientos valencianos en los que el partido tiene representación, reprobar a Bildu por su intervención en el Congreso de los Diputados durante el debate de investidura.