Menos manos para cubrir las mismas labores en una legislatura en el Congreso que debe ser más que decisiva para Ciudadanos. La diputada alicantina Marta Martín ha duplicado ampliamente sus competencias en la Cámara Baja al designarle su partido como portavoz de cinco comisiones legislativas, tres de caracter educativo, a las que ya pertenecía (Educación y FP, Universidad, y Ciencia e Innovación), a las que ahora añade la portavocía de su partido en Asuntos Exteriores y Sanidad, la portavocía adjunta en Igualdad, y su posible pertenencia a las comisiones de Infancia y Consejo Europeo, todavía por concretar.
La debacle sufrida por Cs, que después del 10-N ha formado grupo parlamentario unicamente con 10 diputados, y la cercanía personal de Marta Martín a la portavoz parlamentaria, Inés Arrimadas, llamada a ser la sucesora de Albert Rivera al frente del partido, ha supuesto que la diputada alicantina -«superviviente» en la Cámara Baja dese 2016-, multiplique sus tareas, labores institucionales a las que puede añadir responsabilidades orgánicas a raiz de la renovación de la dirección de la agrupación naranja. Con una gestora dirigiendo Cs hasta al celebración en marzo del congreso nacional que encumbre a Arrimadas, Marta Martín se perfila como su voz en la Comunidad Valenciana, también pendiente de una profunda renovación, con peticiones cruzadas de dimisiones entre partidarios de Toni Cantó y Emilio Argüeso, y con una interinidad evidente donde la tensión domina a la toma de decisiones.
En todo caso, Cs debe definir qué espacio político quiere ocupar después de tantas idas y venidas. Ayer, Marta Martin se mostró partidaria de que Cs se instale «en el centro, donde quepan todos los españoles que quieren defender la equidad y la igualdad, un centro que ha quedado huérfano con la radicalización del PSOE». Para Martín, «el Partido Socialista constitucionalista ha muerto».
