Por cuarto año consecutivo los municipios de la provincia de Alicante se quedarán sin recibir la mitad del dinero del Fondo de Cooperación Municipal... por culpa de la Diputación. El primer presupuesto de Carlos Mazón al frente del equipo de gobierno formado por el PP y Ciudadanos no incluirá en sus presupuestos para el año 2020 los 13,7 millones a repartir con criterios objetivos para los 141 consistorio alicantinos. Mazón mantiene así al boicot que inició el expresidente César Sánchez a este programa inversor y, una vez más, va a permitir que la Diputación sea la única gran institución de la Comunidad Valenciana que rechaza el proyecto. El buen rollo entre Carlos Mazón y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, sufre así otro golpe más.
La versión del ejecutivo provincial apunta que ha estudiado la manera de incluir este montante económico en las cuentas de 2020 o incluso alcanzar un compromiso de habilitar una partida similar de los remanentes de tesorería. Sin embargo, estas mismas fuentes confirmaron ayer a este medio que «técnicamente es imposible cargarlo al remanente y no ha habido manera de encajarlo porque tenemos compromisos adquiridos de planes de obras y servicios que no están ejecutados y que pasan de un año a otro, además de las inversiones financieramente sostenibles». La sintonía entre Mazón y Puig pasaba por consensuar el mencionado reparto de ayudas del Fondo de Cooperación Municipal que la Diputación ha rechazado aplicar y que, a partir de ahora, deteriorará las relaciones entre los dos dirigentes tras el anuncio del Consell de convertirlo en una ley que está en sus últimos trámites antes de ser remitida a las Cortes para su aprobación definitiva.
La propuesta de la Generalitat persigue que el plan se aplique con agilidad para mejorar la financiación de las administraciones locales y que pueda ser utilizado, sin condicionantes, en cualquier tipo de obra, proyecto, servicio y gasto, sin tener que presentarse a convocatorias y sin trabas administrativas. El proyecto prevé el reparto de más de 27 millones de euros para los municipios alicantinos, de los que la mitad, 13,7 millones, tenían que ser asumidos por la Diputación. La negativa de César Sánchez a sumarse al fondo vía presupuestos ocasionó constantes desencuentros con Ximo Puig que ahora, de esta manera, pueden tener continuidad con Carlos Mazón y se sumarán a las últimas discrepancias que los dos dirigentes tuvieron el Día de la Constitución por la defensa que el jefe del Consell hizo sobre el federalismo.
El programa de ayudas también puede acabar convirtiéndose en un nuevo conflicto con los grupos de la oposición, cuyos líderes han presionado en multitud de ocasiones al equipo de gobierno para que incluyera el plan y han recordado la discriminación que han sufrido los pueblos de la provincia respecto al resto de la Comunidad. De hecho, la Diputación de Valencia ha decidido inyectar, ademas de lo ya previsto, otros 20 millones adicionales a este sistema, lo que acentúa todavía más las desigualdades con las comarcas alicantinas por la falta de apoyo de la institución que ahora preside el popular Carlos Mazón.
Para el socialista Toni Francés «una cosa son las palabras de Mazón y otra son las realidades. Lleva meses asegurando que íbamos a dejar de estar discriminados. No hay justificación. Es una reivindicación de todos los pueblos». «Si la Diputación no acepta es por decisión política, porque no quiere. La ineficacia la pagan los pueblos», zanjó. El portavoz de Compromís, Gerard Fullana, indicó que «otra vez los municipios de Alicante van a ser los perjudicados frente a los de Valencia y Castellón por culpa del frentismo de la Diputación». En su opinión «el fracaso del bipartito de derechas en los primeros seis meses de gobieno es innegable». Ahora se aleja un posible consenso en las cuentas.
