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Presión en Ciudadanos para forzar la dimisión de Argüeso

El diputado Emigdio Tormo, afín a Toni Cantó, reclama al secretario de Organización que abandone su cargo

Presión en Ciudadanos para forzar la dimisión de Argüeso

La ronda de reuniones organizada por el comité electoral de Ciudadanos para conocer las impresiones de la militancia después de la debacle electoral del 10 de noviembre ha acabado en la petición directa de dimisiones, exigidas cara a cara entre los propios afectados. La ruta de «encuentros ciudadanos» que comenzó en Novelda y pasó por Calpe, Mutxamel y Orihuela, donde se celebró la última reunión a finales de noviembre, ha servido para que salga a relucir el fuego cruzado que mantienen dos sectores de partido, con formas distintas de ver la agrupación y con puntos de mira diferentes a la hora de buscar responsables de la pérdida tremenda de votos que la formación naranja ha cosechado en tan solo unos meses.

En Orihuela, el pasado 28 de noviembre, en presencia del síndic en las Cortes, Toni Cantó, de los candidatos al Congreso Marta Martín y Juan Ignacio López-Bas (que no consiguió revalidar su acta de diputado el 10-N) y de varios miembros del comité de campaña provincial, el diputado autonómico, Emigdio Tormo, después de oír las numerosas quejas de la militancia, solicitó las dimisiones de los secretarios de Organización autonómico y provincial, Emilio Argüeso y Luis Crisol, respectivamente, y de los secretarios de Política Institucional, también a nivel autonómico y provincial, Jesús Gimeno y Cesar Martínez. Como aseguró ayer el propio Emigdio Tormo a este periódico, «tomé la palabra y pedí renovación en el partido, porque si el gran jefe del grupo (Albert Rivera) hizo un acto de responsabilidad y se fue, de ahí para abajo todos se deben ir. No conozco a ningún partido donde se haya ido la cabeza y no se haya ido el resto».

Baja ese hilo argumental, Tormo mantuvo que sus palabras no deben sorprender a nadie, y que «primero lo hablé en privado, con ellos, que son mis amigos, y luego lo dije en público». Al diputado en las Cortes, que fue coordinador provincial hasta hace dos años, se puso como ejemplo y no le dolieron prendas al asegurar que «nadie se debe eternizar en el cargo, debe entrar sabia nueva y sangre nueva», añadió.

Según otros asistentes a la reunión de Orihuela, Emigdio Tormo intervino de «forma elegante» y con un «tono conciliador», remarcando su amistad con sus compañeros Emilio Argüeso y Luis Crisol, con quienes fundó Ciudadanos en Alicante. De remar en el mismo barco, ahora Tormo era partidario de invitar a sus compañeros a dejar sus cargos alegando que «hay vida política» después de ejercer como cargo orgánico del partido.

Estructura territorial

Las críticas de Emigdio Tormo no se quedaron solo en la exigencia de responsabilidades a dirigentes actuales, ya que fue más allá y se planteó incluso modificar la estructura territorial de Cs, basada en una dirección autonómica colegiada, con cinco cabezas y sin ningún líder concreto. En la actualidad, cada área está en manos de un dirigente (Jesús Gimeno en Política Institucional, Yaneth Giraldo en Relaciones Institucionales, Emilio Argüeso en Organización, Toni Cantó en Comunicación y Marta Martín en Programas). Pero esta forma de funcionar según Emigdio Tormo «no funciona». A su criterio, «tiene que haber un líder autonómico, que conecte las provincias con la dirección nacional, al igual que lo tiene el PSOE o el PP». Y ya puestos a vislumbrar el futuro de Ciudadanos en la Comunidad, Tormo considera que «ese líder autonómico debe ser Toni Cantó, que obtuvo un magnífico resultado en las elecciones autonómicas, con un diputado menos que el PP y más diputados que Compromís». Además, recalcó este diputado, decantado por el bando de Cantó desde hace un tiempo, en esta reunión «nadie pidió la dimisión de Cantó», algo que sí había ocurrido en otros foros pero que al tratarse de Orihuela, se entiende que es poner un pica en Flandes dentro de un territorio «controlado» hasta ahora por el secretario de Organización autonómico, Emilio Argüeso.

Estas pruebas evidentes de «ruido de sables» se produjeron unos días antes de celebrar Cs un consejo general en Madrid, donde se constituyó la gestora que dirigirá el partido hasta el congreso extraordinario del 15 de marzo. Todo apunta que en ese cónclave naranja tomará las riendas Inés Arrimadas, que después será la que tenga que desarrollar los cambios esperados por toda la estructura orgánica de la formación. Por este motivo, Tormo ve positivo que Crisol haya dejado su cargo, pero «no creo que se le deba sustituir de forma provisional hasta después del congreso». Tiempo al tiempo en la cuenta atrás hasta el Ciudadanos postRivera.

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