El presidente de la Generalitat, Xmo Puig ha trata de calmar los ánimos a los representantes del Instituto de la Empresa Familiar, que han manifestado sentirse “defraudados” por el incumplimiento de la promesa de más bonificaciones, anunciados por el jefe del Consell en la campaña de las elecciones autonómicas de 2015.

A falta de conseguir unas ventajas más amplias, que estos días están en fase de negociación dentro del Consell, lo que ha generado fuertes discrepancias entre los socios de Gobierno autonómico, Puig ha asegurado que ya hay una desgravación del 5%, aunque “es razonable que a medio plazo se atienda el interés de la Empresa Familiar”.

El jefe del Consell considera que “lo que se va a aprobar va en el camino correcto”, aunque “no se ha llegado hasta donde yo creo que se debe llegar”. Puig ha señalado que “en política fiscal hay que ser prudentes y trabajar para conseguir el mayor consenso posible, no hay que hacer ningún tipo demagogia”, En todo caso, el presidente ha adelantado que “todo lo que tiene que ver con la política fiscal va a asumir importantes cambios y reformas en los próximos años”.

Puig ha añadido que “debe acabarse con el 'dumping' fiscal y ningún territorio debe ser ajeno a la realidad impositiva que es conseguir recursos para el Estado de Bienestar”.

La rebaja del impuesto de sucesiones y donaciones a las empresas cuando el negocio pasa de padres a hijos fue la promesa "estrella" del jefe del Consell durante la campaña electoral de 2015. Tras una dura negociación entre PSPV, Compromís y Unidas Podemos, el Botànic ha acordado bonificar al 99% el impuesto cuando se trate de negocios que pasan de padres a hijos en el ámbito agrícola y para empresarios individuales y profesionales. Pero la bonificación no se practicará a todas las empresas como quería Puig.