La exalcaldesa de València Rita Barberá ya tiene su retrato oficial, que será colgado este martes en el Ayuntamiento de la capital y que muestra una Barberá "gloriosa y triunfante en su esplendor" sobre un caballete junto a objetos e imágenes que ejemplifican su poder pero también su "final penoso".

Así lo ha explicado en su estudio el autor de la obra, Luis Massoni, a quien la familia de la exalcaldesa del PP -a la que no conoció personalmente- pidió en 2017 que hiciera el retrato oficial que estará colgado en los pasillos de Alcaldía junto al de su predecesora, Clementina Ródenas (PSPV-PSOE), y que mide 146'6 por 110 centímetros.

Ha indicado que nunca ha querido hacer retratos a partir de fotografías, porque no los concibe sin tratar con el modelo, y estuvo a punto de rechazar este encargo, pero el vestido rojo y los efectos personales y fotografías que le entregaron le inspiraron a crear esta "crónica" del paso de Barberá (València, 1948-Madrid, 2016) por el Consistorio, que presidió entre 1991 y 2015.

El cuadro muestra un lienzo de Rita Barberá "poderosa", que "parece asomarse al balcón de su popularidad", sobre un caballete en el que se apoyan objetos como su vara de mando -en la que ponía un anillo de oro en cada mandato-, su collar de perlas o la Guía de València del año que accedió a la alcaldía.

El autor también ha colocado en la repisa del caballete varias fotografías de la exalcaldesa, un compás como símbolo de la transformación urbana de la ciudad, monedas ordenadas cronológicamente para mostrar el paso del tiempo, un joyero y unos naipes con el as de copas, para ejemplificar que fue una "triunfadora".

En el retrato, del que Massoni ha destacado que tiene mucho de Picasso, se puede ver también parte del Guernica, un autorretrato del autor en su juventud, trampantojos, vanitas, collages y una imagen en pequeño de Barberá "con la mirada absorta, dando vueltas a los muchos problemas que la acosaron al final" de su vida.

Massoni, que ha pintado retratos como el de Antonio Asunción para el Ministerio del Interior, ha rehusado especificar el importe que le ha pagado el Ayuntamiento por la obra de Barberá, pues ha dicho que cuando aceptó el encargo lo hizo pensando en tener una obra en el Ayuntamiento y de un personaje "así de notable", no en el dinero.

Respecto al gran tamaño del retrato, el autor ha señalado que "a una alcaldesa excepcional" le corresponde "un cuadro excepcional en el tamaño", y ha desvelado que a la familia de Barberá "le gustó mucho" la obra cuando la vio acabada -aunque él pensaba que les iba a desconcertar- y le dijo que a ella le habría gustado.

El autor ha destacado que cuando la pintura no puede ser fruto de la experiencia directa, el retrato más próximo a las personas es el de sus objetos, con los que ha formado "un puzle" y una especie de memoria "de una mujer que fue poderosa muchos años y de repente cayó en picado" hasta su muerte, de la que se cumplieron tres años el pasado sábado.