Operación cariño a Ciudadanos. El presidente del PP, Pablo Casado, exploró el abrazo del oso al partido de Albert Rivera con su proyecto España Suma y ahora, tras las debacle electoral y la caída del líder, Génova se ha puesto como objetivo prioritario recuperar para la causa popular a quienes puedan no sentirse cómodo en un partido en descomposición. La instrucción, según algunas fuentes, partió hace unos meses, antes de las elecciones, desde la dirección nacional, tras el 10N, se ha convertido en un objetivo estratégico. Y el PP de la Comunidad Valenciana ya está en ello. La operación es ambiciosa, ya que no se trata solo, que también, de recuperar para el partido a aquellos que en su día huyeron de las siglas. Ciudadanos se nutrió en el pasado de los cabreados del PP, pero no solo de ellos, ciudadanos de a pie, algunos incluso de centro-izquierda que no creían en los partidos tradicionales, pusieron sus ojos y sus votos en el partido de Rivera.

En la Comunidad, el partido naranja hizo un roto considerable al PP hasta el punto de que en las elecciones del 28-A, llegaron a disputar el liderazgo del centro derecha. El PP de Isabel Bonig obtuvo 19 escaños en las Cortes Valencianas y Ciudadanos, 18. La legislatura, de hecho, arrancó con un pulso entre la citada Isabel Bonig y el líder de Ciudadanos, Toni Cantó, un enfrentamiento que, ahora Bonig, si sigue las directrices de Génova tendrá que modular. Acercar posiciones en el parlamento valenciano podría ser complicado por la rivalidad entre ambos, pero tambien por la línea que Cs ha llevado este tiempo.

En la pasada legislatura, incluso colaboró con el Botànic. Con el giro a la derecha de Ciudadanos y la llegada de Toni Cantó, el grupo parlamentario endureció el discurso contra la izquierda, aunque hubo pocos puentes con el PP. De hecho, entre unos y otros hubo incluso cruce de acusaciones sobre el plagio de propuestas. Al margen de las Cortes, dirigentes destacados del PP están trabajando ya con esa idea de dar cariño a Cs en previsión de que, si se produce una espantada, no solo sus votantes, sino también sus cargos permanezcan en la órbita popular. Cabe recordar que tanto en la Diputación de Alicante como en el Ayuntamiento de la ciudad, el PP gobierna gracias al apoyo de Ciudadanos. El partido se encuentra en su momento más crítico con el reto de renovar un liderazgo fuerte y presidencialista, como el que ejerció el dimitido Albert Rivera.

No es descartable, de hecho ya ha empezado, que el malestar interno se intensifique y los populares quieren reducir al máximo el posible trasvase de cargos y militantes a opciones como el PSOE. El foco está puesto en todas las instituciones donde Ciudadanos y PP están representados al margen de si gobiernan o no. Buscar puntos de encuentro y huir de las tensiones y de los enfrentamientos en el día a día puede ser una inversión de futuro, piensan en el PP de la Comunidad Valenciana. Fuentes consultadas de la organización autonómica indican que una clave será el congreso extraordinario que Cs convocará para renovar la presidencia.