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Puig intenta rebajar la tensión en el Consell tras el toque electoral

Los socialistas piden «lealtad» a sus socios del Botànic y evitar más enfrentamientos. El debate de presupuestos mide la estabilidad autonómica tras los comicios del 10-N

Puig intenta rebajar la tensión en el Consell tras el toque electoral

Tras el aviso electoral que sufrió la izquierda en la Comunidad el pasado domingo, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quiere intentar sacar al Consell del Botànic del «barro» que ha generado esta cita con las urnas. Un movimiento que se produce después de que la derecha lograra mayoría en la Comunidad tanto en votos como en escaños en esta repetición de las generales originada por la falta de acuerdo en Madrid. Tratará Puig por todos los medios de aparcar conflictos y de calmar las turbulencias internas, especialmente entre los socialistas y Compromís, que vienen marcando este arranque del mandato. La estrategia de Puig tiene como objetivo afrontar en mejores condiciones unos meses que estarán condicionados, sin duda, por el relato que determina esta derrota y que serán muy duros por el aire que toma la oposición en las Cortes con la ultraderecha crecida tras un éxito que pone en jaque, incluso, la estrategia del PP.

En el núcleo duro del Palau de la Generalitat preocupa el impacto que pueda tener el resultado de estos comicios en la estabilidad del «día a día» del Consell y entienden que lo importante es sacar al ejecutivo autonómico de este escenario de convulsión política en toda España. Por eso, apuntan estas mismas fuentes, consideran una prioridad que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, pueda llegar a acuerdos en Madrid lo antes posible con las fuerzas de izquierda que, en el caso de la Comunidad Valenciana, sustentan además el Consell, dos de las tres diputaciones y las mayorías de los principales municipios. En cualquier caso, también consideran que los resultados de unas generales no se puedren extrapolar a unas autonómicas y recuerdan que en abril, cuando se celebraron juntas ambas convocatorias en una decisión de Puig que está en el origen de las tensiones con sus socios de Compromís, también la derecha tuvo ventaja en las urnas para el Congreso por un margen, recalcan, imperceptible.

Ocurre que, aún siendo cierto ese dato, las fuerzas del Botànic retroceden. Hace seis meses, la derecha apenas le sacó cuatro mil votos a la izquierda e igualaron a 16 diputados. Empate técnico. Una brecha que ahora se ha agrandado hasta las 40.000 papeletas, lo que ha decantado la balanza a favor de la derecha con 17 escaños frente a 15 de los socios del Consell. Un bajón que, a pesar de que los socialistas consiguieron erigirse como ganadores en las tres provincias con una pérdida de unos 50.000 sufragios, se registra, fundamentalmente, por la debilidad de sus socios de Podemos y Compromís en la provincia. Los morados perdieron un parlamentario en Alicante -el único que cedieron en toda la Comunidad- que, a la postre y junto a la incapacidad de Compromís para entrar en el reparto, fue determinante para que la izquierda perdiera en las urnas. Ya no le vale al PSPV con ganar su quinta elección seguida en los últimos treinta años. Necesitan que sus socios puntúen y de momento, por contra, muestran debilidad.

La tramitación en las Cortes a lo largo de las próximas semanas del presupuesto de la Generalitat para 2020 después de una negociación muy tensa medirá, sin ninguna duda, la estabilidad del Botànic. Será una piedra de toque del nivel de conflicto que puede afectar a la legislatura. Todo ello, además, una vez que las urnas hayan evidenciado los daños que sufre el Consell en el plano electoral. No parece que habrá problemas a la hora de rechazar las enmiendas a la totalidad de las tres fuerzas de la derecha -PP, Ciudadanos y Vox- que se deben abordar este viernes. Otra cosa serán las parciales que suelen generar un debate mucho más abierto, como ya ocurrió el año pasado. La intención de los socialistas es que los posibles cambios de las cuentas estén pactados e involucren a todo el gobierno además de que esperan un cambio de actitud de Ciudadanos.

Para el síndic socialista en las Cortes, Manolo Mata, «no existe una alternativa clara de la derecha» en la Comunidad. Reclamó que el Botànic sea «sensible a ese resultado», haya «una base de lealtad entre sus socios» y continúe haciendo «políticas útiles». «Contra los socialistas no se resuelve nada y sin los socialistas nada es posible», advirtió Mata en clara referencia a las críticas contra Pedro Sánchez del portavoz de Compromís en el Congreso y diputado electo, Joan Baldoví. En la misma línea y durante la reunión de la ejecutiva del PSPV, el presidente Puig reivindicó el resultado de su partido como un motivo de «confianza y responsabilidad».

Quinta victoria seguida para el PSPV... a la espera de los congresos

Con su victoria del pasado domingo en las elecciones generales, los socialistas valencianos ya acumulan cinco comicios en los que se convierten en la primera fuerza de la Comunidad Valenciana y también de la provincia de Alicante. Un resultado del que el PSPV saca pecho pero que, en realidad, esconde algún «pero» detrás. En esta cita, provocada por la ineficacia total y absoluta de los contactos entre Pedro Sánchez y Podemos para llegar a un acuerdo, el PSPV ha retrocedido en casi 50.000 votos aunque calcando el número de escaños. Ocurre sin embargo, que ese resultado es agridulce, como mínimo en estos comicios, toda vez que, en la suma de bloques, la izquierda sale perjudicada. Los socios del Botànic, en cualquier caso, consideran que el gobierno valenciano tiene todavía recorrido apenas comenzada esta segunda legislatura y recuerdan, a su vez, que estamos ante el único ejecutivo de toda España que tiene aprobados cinco presupuestos consecutivos. Con la botella medio llena o medio vacía, los socialistas valencianos esperan que se forme gobierno en Madrid y, a continuación, iniciarán su proceso congresual en el que Ximo Puig repetirá al frente del PSPV.

El PSPV presiona para que Pedro Sánchez pacte un Ejecutivo progresista en Madrid

Puig reclama «desbloquear» la situación «lo antes posible» y Chulvi, que en la Moncloa tomen el Botànic de ejemplo

El secretario general del PSPV, Ximo Puig, aseguró ayer, tras presidir la reunión de la ejecutiva de su partido, que los socialistas valencianos defienden que «se configure un gobierno, porque no hacerlo sería un insulto a los ciudadanos». El líder de los socialistas valencianos remarcó que de lo que se trata ahora es de que haya «un gobierno progresista lo más rápido posible, que atienda las voluntades que expresamos en la Comunidad de cooperación, de colaboración» para «conseguir una financiación justa y consolidar el Estado del Bienestar». La voluntad mayoritaria del PSPV es que Pedro Sánchez pacte de inmediato una salida a la crisis política en Madrid que, a la vez, pueda compaginar la relación con los socios preferentes del PSPV, en este caso Podemos y Compromís.

En la misma línea, José Chulvi, secretario provincial del PSPV, calificó como «muy positivos» los resultados de la candidatura socialista en las elecciones celebradas y aseguró que España se encuentra ahora ante una nueva oportunidad. «Es hora de superar el bloqueo y hacer un gobierno estable y progresista alrededor del PSOE y de Pedro Sánchez. Estoy seguro, además, que el resto de fuerzas sabrán entender este momento con responsabilidad. Y que pondrán a su país por delante de sus intereses personales», afirmó. Chulvi, en un comunicado de prensa, considera que Pedro Sánchez «puede encontrar un ejemplo perfecto en la Comunitat Valenciana: el Botànic, que lidera Ximo Puig es el resultado de la negociación política, la generosidad y los valores de una sociedad que quiere crecer en armonía, justo lo que necesita ahora España. Estoy seguro de que lo conseguiremos».

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