José Luis, al igual que centenares de madrileños, cogió ayer un tren a primera hora de la mañana. Con un puente festivo de tres días por delante, no había que perder la ocasión de estar en la playa a poco más de dos horas y media de viaje en AVE. A la llegada a la estación de Alicante, le esperaban unos amigos que le llevaron a Benidorm, mira tú por donde, repleta de turistas de todo el mundo y con un buen número de madrileños por metro cuadrado. Una vez situado en la capital del turismo, donde lo recibieron las primeras autoridades del municipio, este visitante ocasional comenzó su misión. Porque, el madrileño en cuestión no era uno más. El José Luis que se subió en Atocha al AVE de las 7.45 era el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, el candidato del PP escogido por el presidente popular, Pablo Casado, en las últimas elecciones municipales de mayo que, después de pactar con Ciudadanos y Vox se hizo con la vara de mando del consistorio madrileño. Pero ayer, el alcalde de Madrid buscaba votos... en el centro de Benidorm.
En esta campaña electoral diferente, el PP montó un acto diferente. La ocasión era perfecta. Puente festivo, Benidorm lleno hasta la bandera, buenísima temperatura, playas llenas y terrazas abarrotadas. Y por supuesto, con la cuenta atrás del 10-N ya activada. Al primero que saludó al llegar a la ciudad fue a su alcalde, Toni Pérez, que le acompañó tan solo unos minutos porque el primer edil debía acudir a la tradicional misa que se oficia cada 1 de Noviembre en el cementerio. Ese fue de los pocos elementos de un día que recordaron que era la festividad de Todos los Santos, además de los huesos de santo que regalaba por la calle Agustín Almodóbar, candidato del PP al Congreso que acostumbra a obsequiar con dulces locales a sus vecinos cuando llegan los procesos electorales. Para que no todo sean piruletas y folletos. Además de Almodóbar, que tras la marcha de Toni Pérez hizo de «cicerone» por las repletas calles de la ciudad, allí estaba otro exalcalde de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll -actualmente diputado autonómico-, los candidatos al Congreso, César Sánchez y Macarena Montesinos, el coordinador de la campaña del PP de Alicante, Raúl Dalmau, y la presidenta regional del partido, Isabel Bonig. La lideresa de los populares valencianos lo dejó bien claro al saludar a Martínez-Almeida. «Hola alcalde, bienvenido a la segunda mejor ciudad del mundo... después de Madrid». Y tras Bonig, empezó la lluvia de besos y selfies.
«El que ha tirado a Carmena»
En cuestión de segundos, nada más llegar a la céntrica Plaça de la Creu, en pleno centro de la ciudad, Martínez-Almeida quedó rodeado de curiosos que daba igual de donde fueran. Que podían venir de Irún o de Cartagena, que igual le pedían que arreglara el mar Menor, que le lanzaban un efusivo «¡qué alegría ver a mi alcalde de Madrid aquí!». Otros no tenían claro quien era ese señor, pero reaccionaban al instante. «Carlos, Carlos, corre, ven», vociferaba una señora a su marido. «¿Qué pasa?», le contestaba el buen señor. «Hazle una foto a ese». «¡Pero si no es tu alcalde!», lamentaba el turista, a lo que le contestó su mujer: «Ya, pero es el que ha tirado a la Carmena». Otros, en cambio, se plantaban delante de «su alcalde» con más afecto, como Marisa, vecina del barrio madrileño de Embajadores, que viene «a descansar de sus cuatro nietos a Benidorm», y que le propinó un «¡ay, alcalde, qué guapo!». Uno piropo seguido de una reprimenda. «A ver cuándo terminan las obras en el mercado de La Cebada, que falta hace». Y con un «pronto, pronto», por respuesta, Marisa quedó contenta. Después de pasar por la carpa del PP, el «turista accidental» quedó patidifuso al llegar a la playa de Levante. «¡Pero qué escándalo!», exclamó en tono castizo José Luis, un madrileño que ayer vio el mar después de pedir votos para el PP.
Una visita relámpago entre carriles bici y Cumbres del Clima
El alcalde de Madrid no viajó solo a Alicante, le acompañaron dos concejales de su equipo de Gobierno, los responsables de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y de Turismo, Almudena Maíllo. A los dos, además de los 28 grados de calor, les chocaron los vistosos carriles bicis de Benidorm, en plena polémica por el cambio de «Madrid Central», convertido por el PP en «Madrid360». El problema llegó al comentarse que Madrid iba a ser la sede la Cumbre del Clima del 2 al 13 de diciembre. Mucho trabajo para un edil de Medio Ambiente que no se separó de su teléfono por muy a gusto que estuviese en Benidorm.
Parada en la playa de San Juan antes de volver a subir al Ave
Antes de regresar a la capital de España, el alcalde madrileño hizo parada y fonda en la playa de San Juan, Allí le esperaban el alcalde de Alicante, Luis Barcala, y el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, además de parte de la candidatura al Congreso y al Senado. Paseo junto al mar por la transitada avenida de Niza y un arroz para comer antes de subir al tren.
