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Diputación

Unanimidad en el plan de obras con Cs lejos del PP y cerca de la oposición

Escenificación en un pleno tenso de las diferencias del equipo de gobierno de la derecha en la institución provincial en vísperas de la campaña

Carlos Mazón y el diputado de Ciudadanos Javier Gutiérrez, ayer en el pleno provincial. jose navarro

En vísperas de que arranque la campaña electoral del 10-N, el pleno de la Diputación aprobó por unanimidad su principal plan inversor. Lo que, en principio, tenía que ser un éxito del equipo de gobierno, en la práctica se convirtió en una escenificación de las diferencias entre los socios del PP y Ciudadanos durante un tenso pleno provincial a escasos diez días de las elecciones generales. La lucha de esta campaña, con Ciudadanos pendiente de sobrevivir a un retroceso electoral en medio de un fuerte nerviosismo interno y con el PP intentando volver a convertirse en la primera fuerza política provincial pero a la espera de que eso no repercuta en el futuro de la Diputación, ha llevado a los dos socios, después de apenas cuatro meses de gobernar juntos, a medir sus fuerzas. Ayer se volvió a dar ese escenario. Aunque con diez meses de retraso, en la sesión se aprobó con el respaldo de todos los grupos el Plan de Obras y Servicios para 2019 dotado con 25 millones con los que se ejecutarán proyectos en 41 municipios, más otras siete ayudas especiales por 6 millones. Pese a que todos los grupos -PP, Ciudadanos, PSOE y Compromís- habían alcanzado un consenso previo sobre el reparto, lo cierto es que la sesión derivó en un áspero debate de fondo en el que tanto la oposición como Ciudadanos focalizaron sus críticas en el PP.

Lejos de mostrar unidad en el gobierno de la Diputación, Ciudadanos aprovechó la ocasión para fiar su estrategia en las próximas semanas hasta ver lo que sale de las urnas a un objetivo: elevar el tono para poner en entredicho la gestión y el reparto de las obras ejecutado durante años por los populares con los que, por cierto, gobiernan desde el pasado mes de julio. Tan solo tres meses después de aquel pacto y a la vista de los malos resultados electorales que prevén, Ciudadanos se ha fijado en tratar de marcar claramente un perfil nítido que le diferencie de los populares y, para ello, quieren demostrar antes del 10-N que no hacen la vista gorda con la distribución de ayudas que se ha aprobado durante los mandatos del PP en los municipios de la provincia durante los últimos 24 años de gobierno ininterrumpido popular en la corporación.

En ese empeño, el diputado de Infraestructuras, Javier Gutiérrez, de Ciudadanos, ya no moduló las críticas hacia sus socios del PP: «No siempre primó el interés general en el reparto de las ayudas de la Diputación y no siempre ese reparto se hizo con el necesario sentido común», aseguró, resaltando que a partir de ahora se establecerán «criterios técnicos» para el acceso a las ayudas. «Quedarán por escrito los requisitos para que no vuelvan a caber dudas sobre el acceso a las subvenciones municipales», zanjó. Un mensaje dirigido a Carlos Mazón, al que no citó, por el reparto de las ayudas directas o «a dedo» que ha heredado de la época de César Sánchez y que ha beneficiado, entre otros, al diputado del PP Alejandro Morant, alcalde de Busot.

Aunque la tensión es susceptible de aumentar, las grietas en el bloque de la derecha ponen de manifiesto que, al menos de puertas hacia fuera, Ciudadanos quiere transmitir la imagen de que puede entenderse también con la izquierda en grandes temas. En todo momento, el diputado de Ciudadanos mostró cercanía con el PSPV y Compromís, partidos que en los últimos días han abierto una vía para intentar alimentar el debate de una moción de censura contra Mazón. En ese nuevo modelo de reparto de obras, Ciudadanos hizo hincapié en la aplicación del «sentido común» para garantizar la igualdad de oportunidad en las subvenciones, estableciendo criterios técnicos que impidan que ningún municipio acceda en condiciones más beneficiosas que otros a las ayudas. En lo que refiere a los denominados planes especiales o ayudas «a dedo», a partir de ahora serán tramitados como subvenciones nominativas para inversiones financieramente sostenibles pero que computarán como si se hubieran otorgado en el plan de obras. Aun estando reflejado en las bases, los naranjas incidieron en la importancia de la renuncia a futuros planes municipales beneficiados con una nominativa para cumplir esos requisitos. Todos los grupos apoyaron la propuesta, aunque el PP se mostró en todo momento ausente del debate sin reaccionar a las críticas de Ciudadanos y sin intervenir lo que, quizá, hubiera evidenciado aún más la distancia.

Por contra, el portavoz de Compromís en la Diputación, Gerard Fullana, mantuvo un relato en el que, más allá de criticar el plan de obras, se dedicó a hurgar en las diferencias entre la gestión del PP y de Ciudadanos. Hasta el punto de elogiar la labor del diputado Javier Gutiérrez y reconocer que «ha hecho las cosas bien». «Va por buen camino», le aplaudió aunque afirmó entre risas que en Ciudadanos se animan con «Manolo Escobar» mientras en Compromís «somos más del Bella Ciao». Fullana destacó el interés de los de Albert Rivera por consensuar el programa de inversiones y tener en cuenta las propuestas de Compromís. Frente a ese perfil de Gutiérrez, «aquí solo veo a diputados tocados por una varita y con traje y corbata», afirmó Fullana mirando al PP. «He hablado más con usted en una semana que con el anterior diputado en cuatro años», añadió en referencia a Bernabé Cano, ahora responsable de Deportes.

El guante de los socialistas

El socialista Toni Francés recalcó que el Plan de Obras acumula diez meses de retraso y que se puede generar una situación de atasco de la ejecución, ya que más del 50% de los programas de 2015, 2016, 2017 y 2018 están por finalizar. «Habrá municipios que se encontrarán con dos planes de obras», advirtió mientras puso encima de la mesa un plan de trabajo para ejecutar los 40 millones en obras pendientes. Esta propuesta contó con el visto bueno de Ciudadanos, cuyos diputados no sólo cogieron el guante de los socialistas sino que, además, aprovecharon ese punto para volver a poner el ventilador contra sus socios y criticar la falta de medios que han heredado en el gobierno.

El portavoz del PP Adrián Ballester cerró filas y defendió la gestión de su partido, dejando claro a este medio que las bases del plan adjudicado «se aprobaron por unanimidad de todos los grupos políticos en el pleno de febrero de 2018» y en alusión a las críticas con Ciudadanos, añadió que «estamos tranquilos con el trabajo que realizamos. Ciudadanos es parte de este gobierno y tiene libertad para expresar sus opiniones». Una vez finalizado el pleno, en los pasillos se vivieron momentos de nervios y reproches entre diputados y asesores del PP y Ciudadanos. Está por ver si Carlos Mazón puede calmar los ánimos en los próximos días con una campaña electoral en marcha y con otro pleno de la Diputación marcado en el calendario político justo para la próxima semana.

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