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Errejón pide el voto para Compromís sin hablar ni de Cataluña ni de Franco

El líder de Más País bendice en Alicante su alianza con la coalición a la que considera la única garantía para lograr un pacto progresista en el Gobierno de España - Oltra pone en valor la política social del Consell como aval

Llum Quiñonero, Mónica Oltra, Íñigo Errejón, Joan Baldoví e Ignasi Candela antes de comenzar ayer el mitin en Alicante. pilar cortés

Con una libreta roja en la mano, sin chaqueta y demostrando que la prisa no está reñida con la agilidad verbal, Íñigo Errejón hizo escala ayer en Alicante para refrendar el primer acuerdo de su marca Más País con otra fuerza política, Compromís, que dio sentido a la plataforma territorial con la que se ha presentado a las elecciones generales del 10 de noviembre. Su presencia en esta ciudad se esperaba casi desde el primer día que se dio a conocer la nueva alianza de fuerzas de izquierdas, un pacto que para el «hijo» de esta fusión, Més Compromís, puede devolver el escaño en el Congreso perdido en esta provincia el pasado 28-A.

Y por aquello tan repetido por los responsables de la nueva alianza electoral que para «combatir los mismos problemas hay que buscar distintas soluciones», ayer, el estandarte de Més Compromís-Más País rechazó la política de «sillas y sillones» porque «con nosotros no va eso». Errejón se presentó en la Fundación Caja Mediterráneo de Alicante como el aval necesario para que una eventual coalición de izquierdas sea la «única posibilidad de gobierno progresista» que permita salir de un bloqueo provocado de «forma irresponsable» por los políticos, y que solo se lo pueden permitir «los dirigentes de los partidos, pero no los ciudadanos». Primero Errejón, y después Mónica Oltra y Joan Baldoví, se reivindicaron como la opción de progreso para «sacar a la gente de la abstención», para atraer a indecisos y hastiados ante la falta de acuerdo entre los socialistas y Unidas Podemos.

Después de escuchar las breves intervenciones de los cabezas de lista al Congreso y al Senado por Alicante, Ignasi Candela y Llum Quiñonero, Íñigo Errejón empezó hablando en valenciano, agradeciendo al «equipo humano» que le ha permitido presentarse a estas elecciones, un detalle muy significativo ya que ese reconocimiento lo hace en la Comunidad Valenciana, donde no tiene estructura como partido y toda su repercusión es la que le concede Compromís. Después bromeó sobre el último sondeos del Centro de Estudios Sociológicos (CIS), publicados ayer, donde dice que «Pedro Sánchez va a ganar 150 escaños, un Goya y la Champions». Y a continuación, en poco más de un cuarto de hora ante el micrófono, reclamó «sensatez y pragmatismo», pidió a Pedro Sánchez que no vuelva a dar «gato por liebre» y advirtió que, por mucho que la derecha haya «rebajado el tono», ya se habla de que Pablo Casado (PP) nombrará a Santiago Abascal (Vox) ministro de Interior, lo que a su juicio sería «la mayor amenaza que existe para la convivencia de los pueblos de España». Y todo pasando muy por encima del conflicto en Cataluña y obviando la exhumación del dictador Franco.

Con Podemos, el partido que ayudó a fundar, Errejón fue mucho más respetuoso. Menos comedido fue el diputado por Valencia, Joan Baldoví, que le recordó al partido de Pablo Iglesias que nadie les dijo que iban a dividir el voto de la izquierda cuando ellos llegaron a la política y Compromís «ya estaba allí». Para cerrar el mitin, una contundente vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, que fue de la ironía a la crítica feroz, destacó los méritos de Compromís como ejemplo de una formación de izquierdas que trabaja para «hacer la vida sencilla a la gente». Frente al resto del fuerzas de progreso, ayer, Més Compromís se adjudicó ser la única garantía de progreso.

Poco más de dos horas en Alicante para sumar seguidores y dar tono a la campaña

Con una intervención desde el escenario de escasos 20 minutos y una presencia en la ciudad de Alicante de poco más de dos horas, Íñigo Errejón tuvo tiempo ayer más que suficiente para constatar que su salto a la política estatal ya le ha granjeado un buen número de seguidores fuera de Madrid. Público en su mayoría femenino y con edad que, posiblemente, no haya votado antes ni a Podemos ni a Compromís, y que ahora le paraba por la calle para hacerse selfis y decirle «te vamos a votar».

Con una agenda de candidato por toda España muy apretada, Íñigo Errejón amaneció ayer en Canarias, voló hasta Alicante y antes de acabar el mitin se marchó del aula de cultura para subirse a un AVE hasta Madrid. Su presencia en la ciudad, por escasas horas que fuera, sí sirvió para que Compromís movilizara a sus cargos (vino hasta el presidente de las Corte, Enric Morera) y a su base para ver y escuchar a su gran aliado en este 10-N. Al amigo Íñigo.

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