El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, exigió ayer «respeto» a su homólogo catalán, Quim Torra, al pedirle que cuando hable de sus «ansias soberanistas» no incluya en ningún momento a la Comunidad Valenciana, pues esta autonomía tiene «una vía propia» que decidió hace muchos años. Puig se refería así al apoyo del presidente catalán a la Declaració de la Llotja del Mar, un manifiesto firmado por una decena de partidos nacionalistas catalanes, vascos, gallegos, baleares y valencianos que, entre otros aspectos, reclama el derecho de autodeterminación.

El jefe del Consell señaló que «lo que le exigimos al president de la Generalitat es lo que me exijo a mí mismo: respeto a la ley y a todos los ciudadanos», y anunció que remitirá una carta a Torra con esta exigencia. Defendió que la obligación más importante que tiene un president es «garantizar la convivencia y la pluralidad, y defender los intereses de todos los ciudadanos, tengan las ideas que tengan», pero no «ponerse como un agitador al lado de una parte contra otra», porque eso, dijo, «rompe la convivencia».

Puig indicó que Torra no tiene «ningún derecho a hablar por la Comunidad Valenciana», a interpretar la voluntad de los valencianos ni a hacer «ningún tipo de insinuación» respecto de cuál debe ser el futuro de esta tierra. En eses sentido, recalcó que «aquí ya decidimos nuestra autodeterminación, entre comillas, con el Estatuto de Autonomía y la Constitución». Además, insistió en que la vía valenciana es la de «la convivencia, la inclusión y la cohesión social», y la de «un país que habla en valenciano y castellano» y que hace de la diversidad un hecho positivo y no de confrontación.