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Pablo Casado evita Cataluña y Franco y se centra en las recetas económicas del PP

El jefe de la oposición se presenta en Alicante como un líder moderado en un acto centrado en su propuesta para la creación de empleo. Alerta de otra crisis con un «irresponsable al timón»

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Pablo Casado centra su campaña en la economía durante un acto del PP celebrado en Alicante

El miedo a que una nueva crisis se cebe con los sectores más vulnerables del país fue el eje central sobre el que el presidente del PP, Pablo Casado, hizo pivotar ayer su discurso preelectoral en Alicante. Con el empeño de eludir avivar debates que puedan favorecer al PSOE como la exhumación de Franco, el líder del PP clausuró la reunión interparlamentaria del PP en el Paraninfo de la Universidad de Alicante ante más de un millar de dirigentes y altos cargos de su partido.

En su argumentario no hubo espacio para el traslado de los restos mortales del dictador al considerarlo un elemento amortizado por los socialistas y que, más que beneficiarle, puede movilizar a la izquierda. En su lugar, se centró en aportar sus recetas económicas y agitar el miedo a una nueva crisis económica señalando con el dedo a los socialistas como los culpables de no haber sabido crear empleo, comparando, además, el legado de antiguos gobiernos del PSOE con el de los populares.

Sobre Cataluña pasó de puntillas y se limitó a criticar que los partidos nacionalistas que han suscrito el manifiesto a favor de la autodeterminación son los «socios y aliados» de Pedro Sánchez, entre los que se encuentran los que le apoyaron en la moción de censura contra Mariano Rajoy. Al margen de esta ligera mención, Casado centró casi la totalidad de su discurso en la economía y dejó de lado el resto de asuntos de actualidad. Eso sí, se comprometió a que será hoy, domingo, cuando hable con motivo de la manifestación convocada por Societat Civil Catalana en Barcelona.

«La agenda pública está muy desenfocada. Por eso, hablo yo de esto (economía) y no de lo que el Gobierno pretende que hablemos», justificó.

Con un perfil más similar al de Mariano Rajoy que al de José María Aznar, al contrario que en la última campaña, Pablo Casado bajó el tono y se mostró como un líder moderado centrado en defender que el PP es «el único partido capaz de afrontar la situación de crisis». Por ello, recomendó «cultivar la concordia política, institucional y también la social». En su opinión, España nunca ha estado «tan lejos de donde deberíamos estar para afrontar una crisis como lo estamos ahora». Ante este escenario de incertidumbre, Casado se mostró categórico al lamentar que el país está con «un irresponsable en el timón», en referencia a Pedro Sánchez, y con un espacio político «más fragmentado y enfrentado que nunca» que impide aplicar una agenda reformista.

A tenor de los pronunciamientos de organismos como la Comisión Europea o el Banco de España, Pablo Casado añadió que incluso el actual presidente del Gobierno en funciones «ya no niega la crisis» y pretende «repartir las cartas entre todos los españoles». También insistió en la idea de que «no hay salida a la crisis por la izquierda».

En su censura al líder del PSOE, Pablo Casado lamentó que «España se empieza a parar. Los españoles sabemos que las crisis se ceban con los más necesitados cuando encuentran el reformismo en vía muerta». Además, recordó que la última vez que llegó una crisis económica con el PSOE en el Gobierno, «nos costó 3 millones de empleos, la congelación de las pensiones y el recorte del sueldo de los funcionarios».

Por su parte, la presidenta del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, advirtió que este territorio transita por el proceso que siguió Cataluña hace 20 años, y, frente a ello,hizo un reconocimiento público de la Constitución Española de 1978.

Parafraseando al expresidente del Gobierno, Adolfo Suárez, Bonig señalo que «la concordia fue posible» con la Constitución y recalcó que ésta ha dado «los mejores años de oportunidades para todos los españoles». Frente a ello, criticó con dureza la gestión del Botànic, en referencia a que el Bloc -partido que forma parte de Compromís-, apostó el pasado fin de semana por pedir la amnistía para los presos catalanes. «Que nadie se engañe, se han quitado la careta», sostuvo considerando que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig «no tiene excusas». En su opinión «su gobierno y su presidencia se sustenta desde la extrema izquierda -Podemos-, y separatistas -Bloc-; solo él es responsable de que la Educación esté en manos de Bloc-Compromís y que haya entregado la televisión autonómica a Bloc-Compromís, y solo él es responsable de regar a entidades secesionistas y separatistas, que aplican la misma ruta separatista de catalanismo», precisó Bonig.

Pleno total de altos cargos del partido y presidentes autonómicos de toda España

La reunión interparlamentaria del PP congregó ayer a altos cargos y dirigentes del partido. Destacaron las intervenciones del secretario general del PP, Teodoro García Egea y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso así como los presidentes de la Junta de Andalucía, la Región de Murcia, de la Xunta de Galicia y de Castilla y León, Juan Manuel Moreno, Fernando López Miras, Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Fernández Mañueco. Además, la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, moderó la mesa «Defendiendo España desde los parlamentos» en la que participaron la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo; el portavoz del GPP en el Senado, Javier Maroto; y la portavoz del PPE en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat. Destacó la presencia del alcalde de Alicante, Luis Barcala y el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, además de otros presidentes autonómicos.

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