Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cataluña le gana a Franco en el «barro electoral» de las Cortes

Puig y Bonig se enzarzan en un pleno en el que la crisis catalana capitaliza el debate y se impone a la polémica por la exhumación del dictador

Debut de la consellera Carolina Pascual en una sesión de control al presidente. EFE / Manuel Bruque

Conflicto catalán, exhumación de los restos del dictador Franco, polémicas varias en la gestión del Botànic II, una crisis política en la ciudad de València... y unas elecciones generales a la vuelta de la esquina. Había ayer ingredientes de sobra para una sesión de control al presidente bronca. Y así fue. La tensión electoral presidió un debate que estrenó la portavoz del PP, Isabel Bonig, con la Constitución en la mano y la palabra «concordia» en la boca, pero que acabó con un enfado mayúsculo entre ella y el jefe del Consell, Ximo Puig.

Una bronca que en parte se sustanció en la tribuna (el presidente llegó a calificarla de «indigna y miserable» por cuestionar su despido improcedente cuando ejerció de periodista), pero que siguió en el ánimo de ambos una vez finalizada la sesión. Ella, ofendida por la descalificación, y él porque considera que la líder popular cruza los límites del debate con cuestiones personales. El traslado de los restos del dictador no capitalizó, sin embargo, la jornada en el parlamento valenciano. Solo la izquierda aludió directamente a este hecho histórico, mientras la derecha, incluido Vox, prefirió la crisis catalana como arma arrojadiza de campaña.

La declaración del Bloc -principal fuerza política de Compromís- a favor de los presos y la autodeterminación fue usada contra Puig: «No estoy de acuerdo con todo», concedió el jefe del Consell, quien subrayó que lo primordial es la «acción de Gobierno» y no la opinión de quienes la sustentan. Sin embargo, ni siquiera el «procés» constituyó la columna vertebral de una sesión que por momentos se inundó de barro. La consellera Bravo llegó a responder al PP a sus críticas por el fallo del desfibrilador en la Ciudad de la Justicia de Valencia recordando la tragedia del metro, mientras que Ximo Puig aireó una nueva sentencia que condena a la Generalitat a pagar más intereses a las constructoras por decisiones tomada por Bonig cuando era consellera de Infraestructuras.

Toni Cantó (Cs) exploró la vía del golpe de efecto y regaló a la vicepresidenta Oltra su ya célebre camiseta de Camps, pero, con el añadido de las caras de dos concejales de Valencia en apuros por su gestión y la del secretario autonómico de empleo, Enric Nomdedéu, a quienes calificó como «los hermanos Dalton de Compromís». Y todo ello, en una sesión, en la que el pleno de las Cortes Valencianas rechazó la propuesta de los ultras de Vox para crear una comisión de investigación sobre las «manipulaciones históricas e ideológicas» en libros de texto de centros educativos valencianos.

Marzà aboga por una solución política y sin presos para el «procés»

Y en medio de toda la polémica por la sentencia del «procés, el conseller de Educación, Vicent Narzà, al ser preguntado si los líderes independentistas son presos políticos, defendió «una solución política» a la situación en Cataluña. El conseller, miembro del Bloc -una de las formaciones que integran Compromís-, recordó que el Consell apuesta por el diálogo y agregó: «No solucionamos nada teniendo a personas encerradas en prisión para mejorar la relación entre los diferentes territorios del Estado».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats