La crisis catalana ha centrado este jueves la sesión de control en las Cortes al president de la Generalitat, Ximo Puig, quien ha llamado a recuperar el diálogo y ha rechazado toda violencia, mientras que el PP y Ciudadanos han pedido la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska.

La sesión de control ha comenzado con la síndica del PP, Isabel Bonig, quien ha condenado los actos violentos en Cataluña tras la sentencia del 'procés' y ha reclamado la dimisión de Marlaska por estar el ministro "de parranda" mientras las Fuerzas del Estado "se jugaban la vida" por defender el orden constitucional.

Puig ha transmitido la solidaridad del pueblo valenciano con el catalán por los episodios de violencia de estos días y ha hecho un llamamiento tanto a "recuperar la vía de la moderación y el diálogo" como a rechazar "cualquier intento de importar conflictos ajenos" a la Comunitat y a que se use esta cuestión de manera electoral.

El síndic de Ciudadanos, Toni Cantó, ha reprochado a Puig que sus socios de gobierno se hayan manifestado "apoyando a los golpistas"; ha opinado que el principal problema en España en estos momentos es el nacionalismo, y le ha preguntado si le parece que Cataluña es "un ejemplo a seguir", a lo que Puig ha respondido: "No, señor Cantó".

Cantó ha reclamado también la dimisión del ministro de Interior, porque "es un problema si se va de copas" mientras pasa lo que está pasando en Cataluña, y ha reprochado a los socialistas que gobiernen "con separatistas en 44 instituciones catalanas".

Puig ha calificado de "enfermiza" la "obsesión" de Cantó por Cataluña; le ha pedido que no intente trasladar ese conflicto a la Comunitat, que no es "nacionalista ni soberanista" y que sufre las consecuencias de la inestabilidad catalana, y ha aseverado que nunca defenderá "el fanatismo ni el nacionalismo excluyente".

PP, Cs y Vox han criticado las ayudas de la Generalitat a Acció Cultural, de las que Bonig ha cuestionado que se pague "bajo mano" a entidades "separatistas y catalanistas", Cantó ha pedido que se deje de subvencionar a quienes se manifiestan "a favor de los golpistas", y Vox ha lamentado que se "riegue" con dinero a quienes apoyan a "los golpistas presos".

Puig ha afirmado que el Consell concede ayudas siguiendo la legalidad vigente y "sin filias ni fobias" ni "revisionismo", a muchas asociaciones, con las que no tiene por qué estar de acuerdo, y que se han otorgado 4 millones de euros a más de 400 entidades, entre ellas Lo Rat Penat, la Real Academia de Cultura Valenciana o el Arzobispado de Valencia.

Además, ha replicado a Vox que la sentencia del 'procés' señala que los condenados cometieron delitos, pero no un golpe de Estado, y ha insistido en que está "radicalmente en contra de los que utilizan la violencia, de todos los violentos".

"Delincuentes" catalanes

En el turno de repreguntas, Vox ha criticado el apoyo de Compromís a los "delincuentes" catalanes, ante lo que el conseller Vicent Marzà ha reprochado que desde esa bancada le llamen "dictador, totalitario, terrorista, golpista, Stalin o delincuente" y ha preguntado si "piensan que con 100 años de prisión se arregla alguna cosa".

La síndica de Unidas Podemos, Naiara Davó, ha agradecido a Puig que ponga "calma" tras el "barullo" del PP y Cs y aporte "sentido común" tras las intervenciones de Vox, y el síndic de Compromís, Fran Ferri, ha manifestado que "cuando la derecha mueve la bandera, los valencianos se echan la mano a la cartera".

La sesión de control ha servido también para que Puig anuncie un plan de incentivos para impulsar grandes inversiones empresariales, dotado con 20 millones de euros, y reivindique las medidas contra el cambio climático, que incluirán la presentación por parte del Consell de una ley de cambio climático