Argumento número 1: «Somos un partido moderado de centro derecha». Argumento número 2: Hay que buscar la unidad de voto para volver «a la casa común». Y argumento número 3: Hablar de Cataluña y de Franco no da votos. Estas son las tres premisas básicas con las que va a desarrollar el Partido Popular la campaña electoral por toda la geografía nacional, razonamientos a los que hay que añadir una demostración de fuerza con el poder local que atesora el PP desde los pasados comicios locales. Una apuesta que cobra un especial sentido en provincias como Alicante, como ayer mismo se pudo comprobar en la presentación de sus candidaturas al Congreso y al Senado. Junto a las personas que figurarán en las papeletas del PP del 10-N, ayer se dejaron ver a las puertas de la Subdelegación del Gobierno -la aparente «oficina» de la Moncloa en Alicante-, el presidente provincial del PP y alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón; el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón y el alcalde de Alicante, Luis Barcala. Dirigentes que gobiernan dos de las tres ciudades más pobladas de la provincia, además de la propia Diputación. Tres «escaparates» de poder municipal -como también lo son Benidorm y Orihuela- que jugarán un papel decisivo a la hora de pedir el voto en unas elecciones donde se debe elegir al presidente del Gobierno de España.

Dejando a un lado el simbolismo de buscar como fondo de la foto de grupo la sede de la Subdelegación del Gobierno, en la plaza de la Montañeta, el PP lanzó ayer varios mensajes que desarrollará con mimo los próximos 25 días. Palabras fuerza repetidas por unos y otros, que estas semanas no vamos dejar de oír. «Única alternativa al bloqueo», «centrados en las personas», «apoyo a pymes y los autónomos», «bajada de impuesto» y «capacidad de gestión». Además de querer aglutinar el voto de la «casa común del centroderecha», una máxima que no van a abandonar sobre todo después de no conseguir la alianza bajo las siglas España Suma, el PP apuesta por plantear más medidas económicas que políticas.

Acatar sentencias

Sin abandonar el concepto de la unidad de España, asuntos como el conflicto catalán o la exhumación de Franco van a estar en segundo término. El PP tiene asumido que bregar por estos temas no les va a dar votos. Este nicho de electores está más dirigido a Ciudadanos o Vox, con los que ahora los populares no quieren entrar en la misma puja. Ellos prefieren la cercanía de una campaña que piensan llevar «pueblo a pueblo» y «rincón a rincón». Sabiendo que van a encontrarse con muchos municipios afines, la campaña del PP quiere combatir el hartazgo de la ciudadanía acudiendo a mercados, calles y plazas. Más saludos estrechando la mano que lanzando proclamas desde mítines multitudinarios. Por otro lado, algo cada vez más difícil de lograr. Por eso, ya se ha lanzado la idea de que la movilización del partido para llenar grandes auditorios sea casi la mínima. Por no decir ninguna.

La excepción será con el presidente nacional Pablo Casado, cuya próxima presencia en Alicante esta prevista, en un principio, para el 26 de octubre, fecha de XXIV Unión Interparlamentaria Popular, el encuentro anual que reunirá, esta vez en Alicante a más de 300 diputados nacionales, autonómicos y europeos. Por eso no es de extrañar que otro día de la campaña veamos a Pablo Casado recorriendo un mercadillo.