El multitudinario acto celebrado ayer en La Lonja de Orihuela para celebrar el 9 d´Octubre, día de la Comunidad Valenciana, dejó claras dos cosas. Por un lado, el empeño del Consell en transmitir que continúa al lado de la Vega Baja en estos duros momentos y, por otro, que el espíritu de unión entre administraciones y partidos políticos surgido de la catástrofe que ha azotado la comarca sigue vivo. Para la gran mayoría de alcaldes de la Vega Baja, por no decir todos, que acudieron ayer al acto era la primera vez que asistían a un 9 d´Octubre, aunque adelantado un día, fuera de su municipio y presidido por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, en su enésimo viaje a la comarca desde aquel fatídico 12 de septiembre, cuando empezaron las lluvias torrenciales que dejaron tres muertos, cultivos arruinados y miles de familias con lo puesto.
Una tragedia que ha tenido una respuesta a la altura por parte del Consell que dirige Ximo Puig. Ayer, precisamente, todos los alcaldes, sin excepción, valoraron el gesto de traer hasta la capital de la comarca un acto que los habitantes de la Vega Baja siempre han sentido muy lejano, como es el del día de la Comunidad Valenciana, que asocian a un «valencianismo» mal interpretado y a una reivindicación del valenciano que no se habla en la comarca, salvo contadas excepciones, también influidos por los mensajes de los políticos locales en ese día tan señalado que no contribuyen en nada a hacer Comunitat. Y, ayer, sí se escenificó la valencianidad de la Vega Baja, con más sentimiento de Comunitat que nunca.
Esa sensación de agradecimiento al Consell por darle el protagonismo que merece la Vega Baja y acercarla más a la capital de la Comunidad lo resumía muy bien la alcaldesa de Bigastro, la popular Teresa Belmonte. «Son de agradecer estas muestras de apoyo del Consell que nos hacen sentir que no estamos tan al sur ni tan lejos de València, el centro de poder de nuestra comunidad autónoma». Durante años la Vega Baja se ha sentido olvidada por los dirigentes autonómicos, hasta el pasado 12 de septiembre. La catástrofe ha puesto en el mapa autonómico y nacional a una comarca puntera en muchos sectores productivos, pero no siempre bien tratada. «A veces de las cosas malas surgen cosas buenas, como ha sucedido aquí, y esperemos que de esta situación catastrófica saquemos algo bueno, que esta comarca deje de estar olvidada porque estamos muy al sur, pero formamos parte de esta Comunidad y le aportamos riqueza cultural y un apoyo económico muy importante y era hora de que se nos diera visibilidad», añadía la regidora bigastrense.
Unas palabras que suscribían el resto de alcaldes que ayer escucharon con atención los discursos de los diferentes representantes políticos. De uno y otro color. El alcalde de Dolores, el socialista Joaquín Hernández, sostenía que «era un acto necesario que se hiciera en la Vega Baja» y agradecía la presencia constante de Puig en la comarca desde el primer día que se decretó la gota fría. «Ximo (Puig) está cada dos por tres visitando la comarca, que está recibiendo su apoyo incondicional. Hay unión, es lo que hemos ganado, y lo que hay que hacer es que no se pierda porque ha tenido que venir una desgracia para que las administraciones nos unamos, y no solo las administraciones, también los distintos pueblos de la Vega Baja», reflexionaba el alcalde dolorense.
Simbolismo
El acto de ayer, muy simbólico por el día tan señalado que se celebraba, también fue el de los gestos, la mayoría de complicidad entre los políticos de distinto signo y entre las administraciones gobernadas por diferentes partidos. El resumen del buen ambiente en este sentido es la fotografía con el cariñoso abrazo entre Ximo Puig y el alcalde de Orihuela, el popular Emilio Bascuñana, ante el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, que aplaude, tras el discurso del presidente de la Generalitat. La expresión en el rostro de Puig dice mucho, de todas estas más de tres semanas en las que ha estrechado lazos con Bascuñana, ambos tan distantes ideológicamente y que han mantenido más de un encontronazo -sin ir más lejos, el discurso que ofreció el alcalde de Orihuela hace un año, en la celebración del 9 d´Octubre en la capital de la Vega Baja, donde acusó al Consell de usar el valenciano para «agredir»-. Ayer el escenario era, evidentemente, distinto y el regidor oriolano decidió pasar por alto su discurso más ideológico para acercar posturas con quien se ha volcado estos días con los damnificados, como es el presidente de la Generalitat. Y Bascuñana, tanto en privado como en público estos días, ha agradecido a Puig su apoyo a Orihuela y la Vega Baja, siendo también el ejecutivo valenciano el primero en aprobar ayudas para quienes lo han perdido todo. Puig también fue el artífice de que, por primera vez, se celebrara un pleno del Consell en Orihuela.
Tras los discursos y esas palabras de unión entre todos, los asistentes pudieron degustar unas viandas. Y, claro, fue el momento de hacer corrillos y fotos para el recuerdo. Aunque tanto los corrillos como las fotos de grupo fueron monocolor y no evidenciaron esa unión que, sin duda, la hay y que se espera no se diluya como un azucarillo. Los del PP, en unas mesas, los del PSOE haciéndose una foto grupal y los de Ciudadanos por otro lado, protagonizaron esos corrillos de conversaciones.
Mientras, otros aprovecharon la presencia de altos cargos de la Diputación y el Consell para hacer sus justas reivindicaciones. Así, se pudo ver al juez de Aguas de Orihuela, Pedro Mompeán, apartarse a una esquina para conversar con la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, con quien se le vio buena sintonía, Los representantes de los regantes y de los agricultores fueron, sin duda, protagonistas ayer en su lucha porque se lleven a cabo las infraestructuras hídricas necesarias para evitar otra catástrofe y las anunciadas ayudas y, por ello, no dudaron en dirigirse a quien pudiera hacer fuerza para ello. No desaprovecharon la cita que tuvo como espectadores de excepción a los alumnos de los colegios Oratorio Festivo (concertado) y Miguel Hernández (público).
