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Todos con la Vega Baja

El acto conmemorativo celebrado en Orihuela con motivo del 9 d'Octubre aúna a Generalitat y Diputación con el objetivo de reconstruir una comarca asolada por la gota fría - Ximo Puig le garantiza a Carlos Mazón que no habrá recortes para atender asuntos fundamentales

Todos con la Vega Baja

La Vega Baja no está para celebraciones, pero sí tiene los brazos abiertos para recibir todas las muestras de apoyo que le ayuden a sacar fuerzas debajo del barro. Y ayer, las instituciones políticas dieron una imagen de unidad y compromiso como paso previo a la reconstrucción de una comarca destrozada por el temporal catastrófico que soportó hace menos de un mes.

Tal y como estaba previsto, el acto conmemorativo del Día de la Comunitat Valenciana celebrado ayer en Orihuela, organizado a partes iguales por la Diputación de Alicante y la Generalitat como antesala al acto institucional y solemne que tendrá lugar hoy en el Saló de Corts del Palau de la Generalitat, sirvió para escenificar la implicación de la administración autonómica en que la comarca recupere la normalidad lo antes posible, sin que la distancia y el olvido impidan este renacimiento de la Vega Baja.

Con los campos que rodean Orihuela mostrando su heridas en forma de bancales agrietados, y con camiones pasando por delante del Auditorio de la Lonja cargados con muebles y enseres inservibles por culpa de la devastadora gota fría, el recinto elegido para celebrar el 9 d'Octubre más solidario se llenó de representantes políticos de todas las instituciones. Numerosos políticos alicantinos con escaño en el Congreso de los Diputados, en el Senado, en las Cortes Valencianas y en la Diputación Provincial acudieron a un acto de gran calado político donde, por una vez, sin que sirva de precedente, primó un componente poco habitual en estos casos como es la humanidad. Entre las paredes de la rehabilitada Lonja de Orihuela, ayer se habló de personas que habían perdido su casa, su coche, su negocio e, incluso, su vida. En el día previo al 9 d'Octubre, en el día de todos los valencianos, el pensamiento se centró en los miles de vecinos que viven al sur de una comunidad diversa y singular. Gente que estos días, como aseveró el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, «he visto llorar dignamente».

En una jornada que pronto se ganará el reconocimiento de histórica, al ser la primera vez que la Generalitat promueve y participa en una doble celebración de la Día de la Comunidad Valenciana, el jefe del Consell, acostumbrado estas últimas semanas a pisar suelo de la Vega Baja, trasladó a esta comarca la esencia del mensaje que la Generalitat está difundiendo este Nou d'Octubre, como es el respeto a una tierra diversa que es tierra de igualdad. Para Puig, la situación generada en la Vega Baja por el temporal de lluvias de septiembre ha de servir de «acicate» y «punto de inflexión» para huir del centralismo y profundizar en la cohesión territorial de la Comunidad Valenciana. Para «coser» este extenso territorio, otro término utilizado ayer por Ximo Puig, el presidente destacó decisiones concretas, como la implantación de la Conselleria de Innovación en Alicante o reconocimientos simbólicos como la declaración del Canto de la Pasión e Orihuela como Bien de Interés Cultural Inmaterial. Puntadas cosidas a mano, siguiendo patrón de la vertebración.

Dosis de autocrítica

Con un ejemplo muy gráfico, Puig sacó el mapa de carreteras y situó en el plano dos extremos geográficos de la Comunidad: Morella, su municipio, y Orihuela, donde tenía lugar el acto. Entre la localidad castellonense y el Palau de la Generalitat hay 175 kilómetros, algo menos de los 210 kilómetros entre este mismo punto y Orihuela. Con un punto de autocrítica, el presidente de la Generalitat reconoció la existencia de «muestras de lejanía en el pasado» que hoy en día, en su opinión, deberían erradicarse por completo.

Es más, Puig cerro su discurso asegurando que «si los valencianos no queremos sentirnos discriminados, no podemos olvidar ningún territorio», incluida, claro está, la Vega Baja, cuyo «espíritu nos debe iluminar el camino» añadió máximo responsable del Gobierno valenciano.

Antes de escuchar a Ximo Puig, abrió el turno de palabra el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, que ejerció de anfitrión y transmitió en su discurso el sentimiento de una ciudad maltrecha y de una comarca herida. Bascuñana, en un todo de voz bajo, casi tenue y emocionado, pidió a la Diputación de Alicante y a la Generalitat en nombre de las 27 localidades afectadas que «no se olviden de nuestra comarca, no se olviden de Orihuela, y den respuesta a las necesidades de la Vega Baja con la máxima prioridad». Y no tarden, insistió, «antes de que otro episodio de inundaciones se vuelva a repetir».

La siguiente intervención fue la del presidente de la Diputación, Carlos Mazón, que en un papel más reivindicativo -sin olvidar el tema de la lengua al recordar que estábamos en una comarca que «habla castellano sin complejos»-, puso el acento en la llegada urgente de financiación, a todos los niveles, autonómica, nacional y europea, para completar el mapa de infraestructuras y dotaciones culturales y sociales en la provincia con la finalidad de seguir aportando «rentabilidad al conjunto del territorio nacional». Mazón recordó que infraestructuras básicas que llegaron a la provincia hace unos años como el AVE, la nueva terminal de Aeropuerto Alicante-Elche o la Autovía Central, «han sido inversiones mucho más rentables con posterioridad» que han obtenido beneficios «para la caja común» de la Comunidad Valenciana». Con esos antecedentes, el presidente de la Diputación se mostró convencido de que «una provincia fuerte hace una Comunitat más potente y para ello es fundamental seguir avanzando desde el sur y por el sur del territorio».

Estas afirmaciones no cayeron en saco roto, ya que minutos después, Ximo Puig tuvo respuesta al llamamiento humano de Bascuñana, al decirle al alcalde que la Generalitat «estará ahí» y, sobre todo, fue contundente con Mazón al asegurar: «No habrá recortes, tranquilo, president». Con la cantinela permanente estas últimas semanas del «tijeretazo» que el Consell debe acometer sobre los Presupuestos de la Generalitat por culpa de la falta de financiación autonómica, en plena precampaña de unas elecciones convocadas al no formarse Gobierno en Madrid, Ximo Puig fue tajante al afirmar que «nadie dude la Generalitat aportará todos los recursos necesarios para la reconstrucción de la Vega Baja».

De Hernández a Lorenzo

Entre los tres dirigentes políticos que intervinieron ayer, además de compartir el tema de fondo, evocaron al eterno poeta oriolano. El alcalde, el presidente de la Diputación y el presidente de le Generalitat recordaron versos de Miguel Hernández. Mientras Emilio Bascuñana comparó la labor de los voluntarios que desataron una ola de solidaridad con la metáfora de la «luz que aparece en el túnel», para Carlos Mazón, quien se lamenta contra el desaliento «no será un vencedor, será un vencido lento». Por su parte, Ximo Puig, en ese papel de defensor de una Comunidad diversa y rica, sugirió tanto al «compañero del alma» de Miguel Hernández como a que cada persona es «un entre tants», como decía el poema de Andrés Vicent Estellés. Y más unidad en torno a los elogios hacia el cantautor de Rafal, Jesús Lorenzo, que interpretó en directo su canción «Fuerza Vega Baja», convertida estos días casi en un himno por poner voz y música a un sentimiento. Entre sus estrofas, insiste en un mensaje que ayer, en la Vega Baja, quedó muy presente: «Entre todos te vamos a levantar».

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