Entre las variadas definiciones de «paciencia» está la capacidad de «soportar contratiempos», de «hacer cosas pesadas o minuciosas» o la facultad de «saber esperar» cuando algo se desea mucho. Y en esas está en la provincia el Partido Popular, con la mente puesta en las elecciones generales del 10 de noviembre. Esperando con paciencia mientras sus compañeros y rivales del bloque de la derecha ven como van perdiendo fuelle a medida que pasan los días en esta nueva contienda electoral. Por eso, desde la bancada de los populares, estos comicios se presentan como una oportunidad de recuperar gran parte del terreno que perdieron en relación a Ciudadanos y Vox, especialmente en provincias como Alicante.
Si al PP se le distingue estos días por estar agazapado a la espera de que la presa regrese a su terreno, a Ciudadanos le pesa como una losa ser el partido con más porcentaje de infidelidad de voto y a Vox ya no le sirve el factor sorpresa con el que irrumpió en la política española como «elefante en cacharrería». Con el respaldo en Alicante de haber sido, de largo, el grupo de diputados que más iniciativas ha presentado en los cinco meses de la está legislatura estéril en la Cámara Baja, el PP sabe que tiene por delante el reto de intentar ser la primera fuerza política en la provincia. Es complicado pero, a diferencia de abril, no es descartable. Lo admiten hasta en el PSPV. Con la tensión que se respira entre las fuerzas de izquierda, temerosas de una atomización del voto que les puede perjudicar en demasía, y con las dudas con las que afrontan estos comicios tanto Cs como Vox, la cúpula del PP se plantea una campaña de perfil bajo, sin hacer demasiado ruido y sin riesgos. Mejor no moverse y quedarse a verlas venir, un pensamiento que se traducirá en la calle con una campaña de gasto reducido, sin publicidad en vallas y banderolas y confiando casi por completo en el «mailing» a cada domicilio.
Algunos sondeos que circulan estos días, sin darle al PP una recuperación ostensible, sí que vislumbran una mejoría en la Comunidad Valenciana, pero sobre todo concentrada en la provincia de Alicante. Por otro lado, el fracaso del proyecto «España Suma», con el que Pablo Casado quería aglutinar votantes de la derecha pensando, sobre todo, en formar un grupo mayoritario en el Senado, no ha mermado que los populares sigan insistiendo con su idea de unidad. Voto útil como elemento central. Sus mensajes de esta semana, colgados en pancartas gigantes o en muros de redes sociales, hablan en plural. Ante el «¿ellos o nosotros», la respuesta es «todos». Ante el «¿pasado o presente?», la contestación es «soluciones». Un plural mayestático para referirse a uno mismo con la primera persona del plural.
Esa es su baza, sumada al «trabajo bien hecho en Alicante» como los dos máximos responsables del PP, su presidente Pablo Casado y su secretario general Teodoro García Egea se han encargado de recordar en sus recientes visitas por la provincia. Después de la debacle del 28 de abril, las siguientes visitas a las urnas para las elecciones locales, permitieron a los populares recuperar cuota de poder local, con los añadidos de hacerse con alcaldías como Alicante, Benidorm, Torrevieja u Orihuela y con la Diputación merced a un pacto con Ciudadanos. Y desde plataformas tan visibles como esas, en plena etapa de «renovación tranquila» al frente de la dirección provincial del PP -con Eduardo Dolón y Toni Pérez dirigiendo el partido mientras llega un congreso provincial que sitúe a Carlos Mazón al mando-, estos comicios serán un perfecto escaparate para aprovechar el viento que favorece a los populares.
Tendencia a la baja
Desde Ciudadanos se quiere dar una imagen de confianza con respecto a sus resultados electorales que les concedieron dos diputados por la provincia. Los sondeos actuales coinciden en la tendencia de que Cs es quien más va a pagar el pato de la repetición de elecciones, un descenso de votantes que no les hace temer por su segundo parlamentario en Alicante ya que este diputado (Ignacio López-Bas) está «consolidado», ya que quedó por encima de la media del porcentaje de voto que logró Cs en toda España, y muy cerca de la cifra de votos que sumó el PP para obtener tres diputados. Este jueves deben presentar sus listas, donde desaparecen en los puestos de segunda línea el número 3, José Cano, actual asesor en Diputación, y el 4, Adrián Santos, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Alicante. Y por parte de Vox, apurando los plazos, no registrarán sus listas hasta el último momento. En ellas solo habrá un candidato al Senado, Pascual Moxica, y el militar Manuel Mestre repetirá al Congreso con cambios en los puestos de relleno. La formación ultra luchará por retener a sus afines con un mayor despliegue en la calle y un gran acto multitudinario con Santiago Abascal o a Javier Ortega Smith. Unos no quieren hacer ruido, otros despliegan todo su arsenal.
Eva Ortiz vuelve a dirigir el comité del PP en la Comunidad
El consejo de dirección del Partido Popular de la Comunitat Valenciana aprobó ayer la composición del comité de campaña de las elecciones generales del próximo 10 de noviembre. La directora de campaña será la secretaria general del PPCV, la oriolana Eva Ortiz, responsable de dirigir los últimos comicios. Otros dos alicantinos, Fernando Pastor y José Juan Zaplana, ocupan otros dos cargos en el comité de campaña. El alcoyano Pastor ostenta una vocalía del área de Actos Públicos y Sectoriales, mientras que el sanvicentero Zaplana, es uno de los responsables del área de Acción Política. Para la provincia de Alicante cabe recordar que la campaña de las elecciones generales convocadas el 10 de noviembre estará dirigida por el coordinador provincial del partido, Raúl Dalmau.
