Alicante se perfila como uno de los epicentros de la campaña del 10-N. De una campaña electoral y de unos comicios no deseados por la mayoría de partidos -para algunos, incluso temidos- que ahora, cosas de la política, se han convertido en una buena oportunidad para que Compromís, de la mano de Íñigo Errejón, intente recuperar terreno en esta provincia y, como mínimo, esté en condiciones de disputar el escaño en el Congreso de los Diputados que perdió en las generales del 28 de abril. El pacto entre la coalición de Mónica Oltra y el partido de Errejón, mediante el cual se crea una plataforma progresista que crecerá en breve con otras formaciones territoriales, además de servir a Compromís para coger impulso en unos comicios que le pillaban a contrapié, le otorga un espacio de notoriedad propio dentro de unas elecciones donde va a primar la confrontación estatal y, entrando al detalle, permite a Compromís volver a pensar en la provincia de Alicante, su «asignatura pendiente», donde la formación que lidera Mónica Oltra ha sufrido retrocesos en las últimas y recientes convocatorias electorales de abril y mayo.
Escasas horas antes de la disolución de las Cortes, Compromís ya sabía que el 10 de noviembre se presentará a las urnas con un cartel diferente. La marca Més Compromís, que tal y como avanzó este periódico es la que más opciones tiene de que aparezca en la papeleta -donde se fusiona y se valencianiza el «Más» que ha acompañado a Errejón desde su ruptura con Podemos, partido que él mismo ayudó a fundar-, tiene un candidato prácticamente decidido por la provincia de Valencia: Joan Baldoví. Nadie discute que portavoz de Compromís en el Congreso, el político mejor valorado de la Cámara Baja y uno de los principales adalides del pacto con Íñigo Errejón -con quien coincidió tres años en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, entre 2016 y 2019- será el cabeza de lista. Tendrán que buscar número dos tras la marcha de Isaura Navarro a la conselleria de Sanidad. Otro asunto es quién lidera las candidaturas de Castellón, donde hay opciones remotas, y Alicante, en la que podría estar más abierto el resultado. En ambas circunscripciones, Compromís no logró escaño el 28 de abril, lo que fue especialmente doloroso para la formación en tierras alicantinas, donde el diputado Ignasi Candela se quedó fuera del Congreso después de una legislatura activa y muy brillante.
Cinco meses después, el crevillentino Candela no tiene claro que vuelva a liderar la lista. Ayer reconocía a INFORMACIÓN que aún es «prematuro» y no ha tenido «tiempo para decidir» ni se sabe cual va a ser «el procedimiento», pero las dudas de Candela, apartado en los últimos meses de la primera línea política se acrecentan cuando cada minuto que pasa coge más fuerza la idea que comparten Compromís y Más Madrid de buscar un candidato independiente que lidere la lista por la provincia, al igual que también se podría utilizar esta fórmula para Castellón. Lo que parece bastente evidente es que las primarias, santo y seña de Compromís en cada proceso electoral para elegir sus candidaturas, será muy difícil que se puedan cuadrar en esta ocasión para sustituir a Candela. Hay poco tiempo para organizar el proceso. La semana que viene tienen que presentarse ya las listas.
Esa exploración para buscar un «número uno» de consenso abre otro horizonte para la imagen que la coalición quiere mostrar en los próximos comicios. Un nuevo cabeza de cartel, con opciones si Compromís retiene a una parte de sus votantes autonómicos y si consiguen atraer vía Errejón los apoyos de una parte del electorado de Podemos con la que rivalizaron en los últimas elecciones, concede a Compromís la posibilidad de competir en la provincia de Alicante con Podemos e incluso, como aseguran los más optimistas de la coalición, disputarle votos a los socialistas. Lo cierto es que la irrupción de Errejón en la campaña de Compromís le ha dado un empuje en Alicante. De plantearse una campaña de mínimos centrada en la defensa del escaño de Baldoví sin «mailing electoral», la dirección de la coalición ve ahora una vía de esperanza. A ello se suma la visión que tiene Errejón de la jugada: considera que puede colaborar más con el proyecto en la provincia que en Valencia, donde Compromís se mantiene fuerte.
El mensaje de la coalición de Oltra y su apuesta electoral, que en contra de lo que suele ser habitual fue ratificada por una amplísima mayoría de sus dirigentes, pone también el foco en salir del debate que ha enzarzado todo este verano a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Ni con uno ni con otro, han pensado los responsables de Compromís, que han preferido salirse del cuadrilátero donde socialistas y podemitas van a emplear unas cuantas horas en esta próxima campaña. Lejos de seguir el enfrentamiento entre Sánchez e Iglesias, en conflicto permanente desde hace meses, Oltra, Baldoví y otros destacados dirigentes quieren situar a Compromís como una referencia propia para el electorado. Con esta vuelta de tuerca, de momento Compromís se ha situado en el escaparate de la precampaña. Desde la coalición asumen que estas próximas semanas habrá desgaste entre socios del Botànic, pero quieren hablar en «clave valenciana», mirando a Madrid para exigir financiación e inversiones en la Comunidad y Alicante.
