El Consell ya tiene asumido que el complejo decorado político, a las puertas de otras elecciones generales y en medio del desconcierto político que se vive en Madrid que impide la formación de gobierno, conduce a un cuadro con mayor retraso en los pagos a proveedores y una crisis de liquidez. El apunte de la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre los problemas que se le avecinan a la Comunidad Valenciana y a Murcia como los dos territorios más afectados por el bloqueo de la financiación autonómica se tradujo ayer, a modo de confirmación, en un SOS en toda regla del conseller Vicent Soler. O llegan fondos extraordinarios a las arcas valencianas o, en un plazo de pocas semanas, habrá problemas de liquidez para atender las facturas del día a día. Un panorama, junto al aire preelectoral que se puede concretar en la próxima semana, diabólico para la recta final de este 2019.
En los pasillos de las Cortes, Vicent Soler lanzó una llamada de socorro apenas 24 horas después de que la ministra Montero descartara una inyección para la Comunidad y Murcia -los dos territorios más perjudicados por el actual sistema de financiación- a pesar de reconocer que a finales de octubre o principios de noviembre pueden empezar a pasar serias dificultades de tesorería que dificulten su gestión. Un dato como ejemplo de las curvas que se avecinan: la Generalitat necesita cada mes algo más de 300 millones de euros para afrontar las nóminas de sus empleados públicos, en su inmensa mayoría trabajadores de Sanidad y de Educación. De ahí el extraordinario aprieto en el que está sumido un Consell en el que, a día de hoy, los socialistas y Compromís -principales socios del Botànic- están a la greña sobre las fórmulas para tratar de abordar el problema.
Para intentar salvar ese decorado tan adverso y aunque defendió a la ministra a pesar de anular esta semana su encuentro con Ximo Puig, el conseller Soler volvió a insistir en el cobro inmediato de las entregas pendientes de la liquidación del sistema de financiación -unos 450 millones- para evitar el «estrés de tesorería» a sabiendas de que es probable que no llegue hasta finales de año. Pero, además, aprovechó para introducir una nueva vía de financiación. El titular de Hacienda puso encima de la mesa la posibilidad de recibir una transferencia extraordinaria del Fondo de Liquidez correspondiente al cuarto trimestre. Eso serían unos 250 millones y permitirían salvar los muebles en noviembre hasta que se pudieran ingresar las liquidaciones. Imaginación contable en un momento muy delicado en el que, además y de forma quizá inconsciente, el conseller Soler transmitió una cierta imagen de debilidad y hasta de resignación. «No depende, en todo caso, de mi gestión. Tengo la conciencia muy tranquila sobre mi labor», apuntó.
«Lo que quiero es que llegue el dinero lo antes posible, cuanto antes mejor», aseguró recordando el compromiso de la transferencia de los anticipos antes del 31 de diciembre, un reparto que Ximo Puig quiere desvincular del color político que haya en La Moncloa. «Yo soy muy pesado con esto con el Ministerio, por parte nuestra no quedará», reiteró. Si no llegan fondos bien a través de las entregas a cuenta o de la aportación extraordinaria del Fondo de Liquidez, advirtió Soler, el periodo medio de pago a proveedores será más largo y no por voluntad del Consell, porque esa situación de dificultades en la liquidez, recalcó, no depende de su gestión. El departamento de Vicent Soler baraja, en estos momentos, todas las opciones a la espera de lo que pueda ocurrir con el bloqueo político en Madrid. Desde ampliar las medidas de contención a cerrar el presupuesto como ha hecho Cataluña o prorrogar las cuentas. Todo es posible.
Compromís pide a los socialistas firmeza frente al Gobierno
La portavoz de Compromís, Aitana Mas, aseguró no conformarse con la posición de Madrid. «Nosotros reclamamos, al margen de las entregas a cuenta y el IVA, además el pago al 50% de la dependencia, incrementar las inversiones en Alicante y un calendario para la puesta en marcha de todo esto, un compromiso firme, no de boquilla», subrayó la parlamentaria alicantina. «A Puig y Soler les pido que no caigan en la trampa de decir una cosa en Valencia y hacer otra en Madrid», insistió.
