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La alianza de las derechas que impulsa Casado choca con los intereses de Bonig

La presidente del PPCV no contempla un acuerdo con Cs y Vox e insiste en recuperar votos en el centro político

La alianza de las derechas que impulsa Casado choca con los intereses de Bonig

Formalmente todos los cargos del PPCV a quienes se les ha interrogado estos días por el proyecto España Suma (y su marca autóctona Comunitat Valenciana Suma) han evaluado de forma positiva la idea de Génova de promover una alianza electoral de las derechas. La oferta, que en un primer momento se centró en Ciudadanos, fue calificada de «saludable» por el diputado y presidente del PP de Castellón, Miguel Barrachina, y por el portavoz de Economía en las Cortes, Rubén Ibáñez. Este último, no obstante, introdujo el pasado lunes un matiz al precisar que plasmar esta unión en un acuerdo electoral podría quedar lejos de la realidad. Génova lanzó la marca España Suma bajo la influencia de Navarra Suma, la plataforma que aglutinó a UPN, PP y Ciudadanos en la comunidad foral y ganó las elecciones generales y autonómicas.

Aunque Casado solo ha encontrado desplantes por parte del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, decidió replicar la marca en todas las regiones sin excepción y ahora ha extendido la oferta a Vox. La mano tendida a la formación de ultraderecha, incluso a Cs, chirría en una organización territorial como es el PPCV, que poco o nada tiene que ver con la realidad electoral de Navarra. De hecho, los populares que dirige Isabel Bonig evitan choques con Génova pero están más cerca del presidente gallego Alberto Núñez Feijóo respecto a este asunto.

El gallego vino a poner negro sobre blanco una realidad: que cada territorio es diferente y que lo que vale en uno, puede ser contraproducente en otros. Y eso, aunque sin verbalizarlo, es lo que se reflexiona en el PP valenciano. Tras los últimos fiascos electorales, Bonig trasladó a Pablo Casado la conveniencia de que Génova diera cierto margen de maniobra a las organizaciones territoriales. Los de Bonig creen que el discurso nacional y autonómico puede ser compatible, pero siempre y cuando la tendencia a la recentralización de la actual dirección no trastoque los intereses y el discurso del PPCV.

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