El cinturón sigue bien apretado. Los ayuntamientos de la provincia de Alicante han podido aflojar un agujero de la correa que les oprime desde hace años, pero las arcas municipales todavía están muy condicionadas por el dinero que se debe a las entidades bancarias, una deuda viva que, según los datos facilitados por el Ministerio de Hacienda, a cierre de ejercicio de 31 de diciembre de 2018, es la más baja de la última década. Si el año pasado ya se marcó el mínimo con 535 millones de euros, esta cifra global alcanzada por los 141 municipios ha bajado aún más, en concreto un 27%, para situarse en 390 millones de euros.
Si tenemos en cuenta que en 2012 se registró el máximo histórico de «números rojos», con un importe acumulado de 1.211 millones de euros pora toda la provincia, lo cierto es que seis años después, las corporaciones alicantinas han conseguido sanear su deuda un 67'8%, por lo que empiezan a ver algo más despejado el horizonte. Los efectos de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera -aprobada en 2012-, con los consiguientes planes de ajustes impuestos por el ministro Cristóbal Montoro, obligó a reducir el déficit público de forma drástica. Desde aquel momento, los ayuntamientos tenían -y todavía tienen- la obligación de dedicar el remanente de tesorería que consiguen cada año a pagar deuda bancaria, una imposición gubernamental, con Mariano Rajoy al frente del Gobierno -que no ha cambiado con la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia-, que ha mantenido atada de pies y manos la gran mayoría de las arcas municipales.
Descenso no uniforme
Descenso no uniformeEn todo caso, el descenso generalizado de la cantidad que los ayuntamientos deben a los bancos por los préstamos concedidos, no mantiene una línea uniforme en todas las poblaciones. Hay corporaciones locales que le pegan un «bocado» tremendo a su deuda en un año, como es el caso de la ciudad de Alicante, donde los más de 83 millones de deuda se dejaron en poco menos de 25 millones; otras que apenas han reducido el déficit, como Torrevieja, que no ha bajando ni un millón de euros de los 23 millones que arrastraba dede 2017; y otras que lejos de sanear sus cuentas han aumentando su deuda. Este es el caso de 11 localidades, de tamaño diverso, donde Hacienda les recuerda que deben más que antes. Beniarrés, Bigastro, El Campello, Crevillent, Daya Vieja, Dénia, La Nucía deben más al acabar 2018 que al final del año 2017, y Agost, Cox, Mutxamel, San Miguel de Salinas, aunque sea por poco -salvo Cox que debe cerca de 2 millones de euros-, vuelven a entrar en déficit después de haber alcanzado la «deuda cero».
Cerca de la mitad de los 141 municipios alicantinos (un 45,4%) ya pueden presumir de tener «deuda cero», aunque si el año pasado alcanzaron este hito 62 localidades, un año después solo se mantienen a cero 64 ayuntamientos. Es decir, muchos municipios optan por devolver préstamos de forma lenta, aunque eso conlleve un aumento de intereses, a dejar de acometer inversiones en sus poblaciones, sobre todo teniendo en cuenta que 2018 fue año preelectoral. Los alcaldes reclaman desde hace años que el Ministerio de Hacienda abra la mano para poder gastar el superávit que generan, no sólo en inversiones sostenibles sino también para contar con liquidez y poder atender gasto corriente y mejorar servicios públicos básicos como la limpieza o la seguridad.
Grandes ciudades
Grandes ciudadesEntre los grandes municipios alicantinos, Elche (con 37 millones de euros) y Benidorm (con 35), le han «arrebatado» a la ciudad de Alicante un primer puesto que ostentaba desde 2012 con unos más que preocupantes 176 millones de deuda viva, que en 2017 dejó en 83 millones y que, a cierre del ejercicio de 2018, ha rebajado hasta algo menos de 25 millones. En un lustro, con el plan de ajuste impuesto por el Gobierno Central condicionando toda la gestión local, la capital de la provincia consiguió disminuir 93 millones de euros su deuda, mientras que tan solo en un año, se ha recortado la cifra en otros 50 millones. De hecho, el plan de ajuste obligado por Hacienda ha desaparecido.
El gran descenso de la ciudad de Alicante hace que su deuda bancaria también se vea superada por Dénia. La población de la Marina Alta es la ciudad con más de 40.000 habitantes que mantiene la mayor «deuda per cápita» entre localidades de similar población, un «mérito» que se consolida al aumentar en solo un año otros 8,5 millones de euros, un 42% más de los 20 millones de euros que alcanzó en 2017. En cambio, Elche sí ha reducido su deuda unos 20 millones y Benidorm más de 14. Lo cierto es entre los diez municipios más endeudados -que por orden de «números rojos», de más a menos, son Elche, Benidorm, Dénia, Alicante, Alcoy, Torrevieja, Calp, Novelda, Orihuela y Bigastro), suman 242 millones de euros, más del 60% de los 390 millones que ha registrado Hacienda entre las 141 poblaciones alicantinas.
Si nos centramos en un hipotético reparto de «deuda per cápita», entre los diez municipios de la Comunidad Valenciana con más endeudamiento por habitante aparecen los consistorios de Daya Vieja (3.741 euros por vecino), Bigastro (2.382 ?) y Finestrat (2.140 ?). Son varias localidades con menos de 1.000 habitantes las que están en todo lo alto de la clasificación, aunque de este baremo tan poco edificante no se escapan urbes con más de 20.000 ciudadanos empadronados, donde cada uno de ellos tendría que aportar a las arcas municipales más de 500 euros para dejar de alimentar a los bancos, como es el caso de Calp (890 ?), Novelda (714 ?), Dénia (691 ?) y Benidorm (519 ?). De alguna forma, la mayoría de los municipios -en su gran parte localidades costeras y turísticas- sigue haciendo los deberes desde que existe la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
En cualquier caso, la provincia de Alicante sigue estando muy por debajo de la media autonómica, lastrada sin duda alguna por los 1.173 millones que deben los ayuntamientos de la provincia de Valencia. El conjunto de los 542 municipios de la Comunidad Valenciana mantenían a 31 de diciembre de 2018 una deuda viva con entidades financieras de 1.705 millones de euros, 386 millones menos que los alcanzados en 2017. Teniendo en cuenta que 141 son de la provincia de Castellón y 390 de todos los municipios alicantinos, el trozo más grande del paste se lo quedan las poblaciones valencianas. De hecho, en números absolutos, la ciudad de València es la que acumula más deuda de toda la Comunidad con un agujero de 439 millones de euros, cantidad que sigue bajando de forma constante pero que, aún y todo, la deja como «líder» destacada.
Sacrificios municipales
Sacrificios municipalesAl margen de las cifras mareantes, la realidad diaria de los ayuntamientos pasa por tener que gestionar la economía local con muchas restricciones. El presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y alcalde de Elda, Rubén Alfaro, insiste en que «los ayuntamientos hemos realizado un esfuerzo muy importante para cumplir los ajustes que en su día fijó el Ministerio de Hacienda, aunque el sacrificio ha sido de los ciudadanos que han visto cómo no se ha podido realizar inversiones durante los últimos años», asegura Alfaro.
El primer edil eldense repite al frente de su ayuntamiento después de ganar las elecciones con mayoría absoluta y también seguirá al mando de la FVMP al designarlo de nuevo el PSOE, el partido con más poder local. Alfaro destaca que «en los últimos meses se ha rebajado algo la presión sobre los ayuntamientos y con el visto bueno del Gobierno central hemos podido hacer algunas inversiones financieramente sostenibles», afirma. En todo caso, el «alcalde de los alcaldes» sostiene que «evidentemente, no podemos seguir en una situación que limita la capacidad inversora de los ayuntamientos y, por lo tanto, su autonomía como administración más cercana a los vecinos. No hay que olvidar que los consistorios somos los encargados de gestionar el día a día de los ciudadanos y de hacerles más fácil la vida en cuestiones importantes», sentencia.
La Diputación Provincial aumenta el endeudamiento
La Diputación Provincial aumenta el endeudamientoEl endeudamiento de las tres diputaciones provinciales de la Comunidad en 2018 ha reflejado tendencias contrarias. Mientras la elevada deuda de la de València sigue bajando y se ha quedado en 113 millones, la Castellón ya es de cero euros y la de Alicante ha crecido ligeramente, al alcanzar 778.000, unos 50.000 euros más que los datos registrados en 2017.
