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Sin financiación, sin inversión nueva y con daños colaterales en el Consell

El bloqueo en Madrid deja a la Comunidad sin la posibilidad de empezar a negociar el reparto de fondos autonómicos y a la provincia con los peores presupuestos de su historia y alimenta posibles diferencias en el Botànic II

Sin financiación, sin inversión nueva y con daños colaterales en el Consell

El bloqueo político en Madrid supone un problema de primera magnitud para la provincia de Alicante y el conjunto de la Comunidad Valenciana. La incertidumbre sobre la formación de gobierno o, incluso, una hipotética repetición de las elecciones generales para el 10 de noviembre impide abrir cualquier vía de negociación sobre la reforma de la financiación autonómica, arruina las posibilidades de empezar a elaborar unos presupuestos que saquen a la provincia de Alicante de los niveles de inversión más bajos de toda su historia y puede terminar alimentando diferencias en el Consell, del que forman parte los mismos protagonistas de este fallido episodio que, de momento, aleja a Pedro Sánchez de la continuidad en la Moncloa. Un triple conflicto con una evolución que culminará a la vuelta de las vacaciones de verano cuando haya que decidir si se afronta una nueva investidura o, definitivamente, la falta de acuerdo conduce otra vez a una cita con las urnas.

Entre los socios del Consell se miraba de reojo los problemas para formar gobierno en Madrid. Había interés dentro de la izquierda valenciana en que el ejemplo de la Comunidad con el gobierno a tres bandas entre los socialistas, Compromís y Podemos se pudiera reproducir en España. Pero, finalmente, los peores presagios se han cumplido. Por lo pronto, la interinidad de Pedro Sánchez se alargará. Hay muchas dudas sobre la posibilidad de que se pueda celebrar una segunda investidura en septiembre. Las relaciones de los socialistas con Podemos y otros potenciales socios han salido muy desgastadas del proceso. Y sobre la mesa está la posibilidad de unas nuevas elecciones generales que llevarían la designación de un nuevo presidente del Gobierno, como pronto, a Navidad, lo que tampoco garantiza a estas alturas, desde luego, una formación de gobierno inmediata.

Todo ese escenario es letal para la Comunidad. Un escenario que pone en cuarentena cualquier opción de desplegar la «agenda valenciana», parte fundamental del relato político del Consell y del presidente de la Generalitat, Ximo Puig. No hay posibilidad a corto plazo, de hecho, de empezar a negociar una reforma del sistema de financiación autonómica, una modificación fundamental para la suficiencia financiera de la Generalitat. Como se recordará, en su visita del pasado miércoles al Rey Felipe VI, el jefe del Consell, Ximo Puig, trasladó al monarca su preocupación por el retraso del nuevo sistema, que lleva cerca de seis años caducado. La Comunidad es la más perjudicada, junto a Murcia, por el actual sistema de financiaciación, que se remonta a 2009 y que se tenía que haber renovado en 2014. Ni los gobiernos de Mariano Rajoy ni tampoco esta última etapa del socialista Pedro Sánchez han abierto una vía para poder resolver este problema. Todo lo contrario. Las tensiones territoriales con Cataluña en el centro del tablero han enquistado una solución. Y, de hecho, durante su discurso de investidura, el presidente del Gobierno y candidato socialista pasó de puntillas sobre este asunto. Apenas lo despachó con una referencia de cuatro segundos y sin ningún tipo de compromiso. Ni concreto, ni claro.

Sin financiación autonómica para poder cubrir los servicios públicos que son competencia de la Generalitat pero también sin nuevas inversiones. El retraso en la formación de gobierno impide por lo pronto empezar a elaborar los presupuestos del Estado para 2020 que, en condiciones normales, tendrían que registrarse en el Congreso a finales del mes de septiembre. Dilatar la confección de unas cuentas devuelve a la provincia de Alicante a continuar con los últimos presupuestos de Mariano Rajoy, correspondientes a 2018 y que incluían el nivel de inversiones más bajo de la historia. Mientras persista el bloqueo, la provincia no tendrá nuevas infraestructuras. Cabe recordar que el único presupuesto de Pedro Sánchez, vetado en febrero como detonante de la convocatoria de las elecciones generales, le concedía al conjunto de la Comunidad una notable mejoría con casi un 10% de fondos pero, sin embargo, volvía a relegar a la provincia de Alicante cuando se bajaba al detalle de esa distribución.

Sin financiación autonómica, sin nuevas inversiones y con una inestabilidad política en Madrid que habrá que ver cómo evoluciona en la Comunidad. Aunque con muchos problemas, los mismos protagonistas que han fracasado a la hora de conformar gobierno en España, sí lograron cuadrar un acuerdo autonómico. Eso es un arma de doble filo. Puede ejercer como elemento de cohesión del Botànic II. Pero también, desde luego, alimentar las diferencias. Las relaciones entre los socialistas y Podemos se han deteriorado notablemente con este episodio de investidura fallida. Pero, de la misma manera, también se han producido notables diferencias entre el PSOE y Compromís, que se ha sentido ninguneado en el Congreso. Con nuevas elecciones, las diferencias se pueden acrecentar todavía más. Socialistas y morados lucharán para imponer su relato sobre la culpabilidad de los desencuentros de la izquierda y Compromís para mantener su espacio político en la Comunidad en una operación que le puede llevar a un pacto con la plataforma de Íñigo Errejón al margen de Podemos. Escenario diabólico.

Joan Baldoví pide a Pedro Sánchez «respeto» para la Comunidad

Durante su intervención en la segunda sesión de la fallida investidura de Pedro Sánchez, Compromís afeó al candidato socialista que quiera «ganar por rendición» y ser presidente «sin negociar a fondo». El diputado Joan Baldoví pidió mayor respeto para formaciones como Compromís que propiciaron la moción de censura que le llevó a Moncloa hace poco más de un año. «Usted quiere ganar por rendición. Quiere ser presidente sin negociar a fondo con nosotros, sin buscar claramente un acuerdo», aseguró censurando la «soberbia» del discurso de Pedro Sánchez y pidiendo respeto para el pueblo valenciano. De todos modos, Baldoví, que se volvió a abstener, pidió a Sánchez que negocie en los meses de agosto y septiembre. «Ahí estará Compromís si usted quiere», añadió para pedir al PSOE que pase página y empiece a trabajar desde hoy mismo. Con todo, el diputado valencianista recalcó que queda «esperanza» y la izquierda no puede «defraudar» dejando «morir» los meses de verano «sin hacer nada» y yendo a otras elecciones. «Muchas personas están deseando que haya gobierno y que se resuelvan sus problemas», insistió Joan Baldoví durante su discurso.

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