Al menos en este arranque del mandato tras el ciclo electoral autonómico y municipal, habrá un primer intento para intentar destensionar la complicadísima relación que durante los cuatro años de César Sánchez en el Palacio Provincial ha presidido los contactos institucionales entre el Consell y la Diputación. El titular de la Generalitat, Ximo Puig, ya ha confirmado su presencia en el acto institucional que se celebrará mañana al mediodía con motivo de la toma de posesión de los nuevos diputados provinciales y la elección de Carlos Mazón, del PP, como nuevo mandatario de la Diputación con el respaldo de Ciudadanos. El jefe del Consell ya estuvo en la constitución de las corporaciones de Castellón y Valencia, ambas encabezadas por los socialistas en coalición con Compromís. Pero en Alicante volverá a presidir el PP, igual que hace cuatro años cuando Puig, que entonces ya llevaba casi un mes en el cargo, evitó acudir a la toma de posesión de la principal institución que quedó en manos de los populares en toda la Comunidad.
Ahora, sin embargo, la presencia del jefe del Consell en la investidura de Carlos Mazón supone un giro de 180 grados respecto de la incomunicación casi absoluta que ambas instituciones han mantenido en este mandato que se inició en 2015 y que termina ahora. De hecho, Ximo Puig no acudió a aquella accidentada investidura a la que se llegó con César Sánchez como candidato «de rebote» tras la presión de Ciudadanos para descabalgar a José Císcar, entonces líder provincial del PP y ahora ya dimitido del cargo hace unas semanas. Pero no solo no estuvo en aquella convocatoria sino que, además, posteriormente no se registró ni una sola presencia de Puig en el Palacio Provincial durante los cuatro años de mandato. Hasta su presencia en esta sesión de mañana, retrasada por el recurso electoral que se presentó en Sant Vicent del Raspeig.
Fuentes de Presidencia apuntaron que la voluntad de la Generalitat es tender puentes para intentar que el mandato transcurra por la senda de la colaboración entre todas las instituciones. Y en esa idea se tiene que enmarcar, señalaron, la presencia del jefe del Consell en el Palacio Provincial. No será una agenda de corte testimonial toda vez que Puig estará acompañado, en principio, por el nuevo secretario autonómico de Cohesión Territorial, Alfred Boix, y por el director general de la Administración Local, Toni Such. La Generalitat y la Diputación han mantenido pulsos durísimos a lo largo de este último mandato.
Desencuentros y batallas a cuenta del intento del Consell de vaciar de competencias la Diputación, del rechazo de la institución provincial a medidas de normalización lingüística, de la oposición del PP a la gestión en Educación del conseller Vicent Marzà o del rechazo frontal a iniciativas legislativas como la Ley de Mancomunidades o la de Servicios Sociales que se han traducido en una serie de accciones judiciales de la Diputación contra la administración autonómica. Cabe recordar que la corporación provincial es la principal institución bajo mando del PP en toda la Comunidad y, por tanto, una referencia en la oposición a los gobiernos acordados por la izquierda. Está por ver cómo asume Mazón ese papel.
La presencia de Ximo Puig en el Palacio Provincial será un primer gesto con Alicante, uno de los grandes objetivos del jefe del Consell para este mandato que ahora arranca. Tendrá continuidad el próximo martes con un segundo hito: la recepción que el presidente Puig ofrecerá en el Palau de la Generalitat al alcalde Luis Barcala, una reunión que ambos dirigentes ya acordaron realizar justo antes de la celebración de las Hogueras. La asistencia del jefe del Consell al arranque de la Diputación y la reunión con Barcala deben contribuir a rebajar la tensión.
