Ciudadanos ha perdido una gran oportunidad de sacarle más tajada al pacto con el PP en la Diputación de Alicante en base a un resultado final que no ha sido especialmente favorable para los de Albert Rivera ni en el rédito político ni tampoco en las áreas de gobierno. Partían de una posición clave y de ventaja en el tablero al convertirse en la llave para garantizar un gobierno estable tanto para el PSPV como para el PP, con 14 diputados cada uno. Pero para los populares, el concurso de los naranjas era decisivo. Sin su apoyo, la presidencia era automática para los socialistas. Por ello, esos dos representantes eran los más cortejados. Pese a que el tiempo jugaba a favor de los naranjas, días antes de la investidura de Luis Barcala, Ciudadanos ya anunció que, además del Ayuntamiento de Alicante, también elegía al PP como socio, descartando de un plumazo las ofertas del propio Ximo Puig. Primer error que les dejó a merced de los populares.
Toni Cantó, encargado de los contactos, puso sus cartas sobre la mesa con tanta facilidad que a la vez perdió sus intentos de sacarle más al PP. Y en tan solo unos días, Ciudadanos pasó de ser la novia más deseada a convertirse en el apéndice de los populares. Todo el mundo sabía, desde el primer momento, que el pacto estaba hecho entre Ciudadanos y el PP. Y ya se sabe que en cualquier juego de estrategia mover ficha antes de tiempo conlleva el riesgo de perder la partida. A ello se le suma una negociación posterior en la que los de Albert Rivera han ido perdiendo fuerza acuciados por sus problemas internos. El PP ha ganado la partida al mostrarse como el más interesado en presionar a Ciudadanos con la «imperiosa» necesidad de evitar gobiernos con «la izquierda de nacionalistas y populistas», consiguiendo que la formación naranja no quisiera oir hablar de un acercamiento con los socialistas. Toni Cantó tampoco ha jugado la baza de forzar la negociación con base en la trayectoria de los populares al frente de la institución provincial durante los últimos 24 años, trufados de casos de corrupción y oscurantismo político. Ni tan siquiera el síndic naranja en las Cortes quiso pronunciarse ayer sobre el casi medio millón de euros de transferencias sin justificar del grupo popular de la Diputación a la cuenta del partido durante este último mandato. Pacto de no agresión en todos los sentidos. Un acuerdo de bajo coste político del que el PP sale con gran ventaja y Ciudadanos, más allá de colocar con la letra pequeña a unos cuantos cargos públicos, tendrá dificultad para establecer un relato político que le permita evitar el riesgo de acabar engullidos por los populares. El desenlace ha sido el previsible desde el principio: en la piscina de las dos derechas había más agua para el PP.
Como estaba cantado, ambas formaciones firmaron ayer en Elche el acuerdo de investidura para la Diputación, cuya presidencia recaerá en el popular Carlos Mazón. Con la asistencia del presidente provincial popular, Eduardo Dolón, y el alcalde de Alicante, Luis Barcala, diputados provinciales y dirigentes de los dos partidos se congregaron en el Museo de Pusol de Elche para tratar de evidenciar su empeño por vertebrar la provincia. Ante un mural del espacio expositivo que reflejaba las tareas de los palmereros y los trabajos de recolección del cultivo y la explotación de la palmera, Toni Cantó y Carlos Mazón firmaron el acuerdo para el mandato 2019/2023 que contempla una vicepresidencia para Cs, seguramente para Julia Parra aunque no está cerrado,y de forma confirmada entregar el área de Infraestructuras a Javier Gutiérrez y Cultura a la citada Parra. Además, los socios del PP gestionarán el nuevo observatorio de la transparencia, además de coordinar oficinas comarcales. El documento distribuído anoche fruto del pacto es una sucesión de lugares comunes de cinco páginas con muy poca concreción.
Carlos Mazón quiso hacer hincapié en que esto es un pacto que suma, «y no es un dique de nada», ya que cuanto «más fuerte sea la provincia de Alicante, más lo será la Comunidad». El futuro presidente recalcó que en los próximos días comenzará una nueva etapa «apasionante», en un periodo con «expectativas» en el que el PP y Cs «se sienten con fuerza para afrontar el reto». También señaló que ambas formaciones han puesto en común «lo que nos une y aparcado los matices distintos que existen al ser partidos diferentes». La próxima semana se firmará el decreto del reparto de competencias y, según señaló, habrá cambios para relanzar las oficinas comarcales como «ejemplo» de vertebración. Por su parte, Toni Cantó afirmó que podrían haber apoyado al PP o al PSPV pero aclaró que que tenían claro que no estarían con los socialistas, «que en el Gobierno valenciano se alían con los populistas de Podemos y los nacionalistas de Compromís». Para Cantó, la labor de Cs en el reparto de obras estará «al servicio de los municipios medianos y pequeños que, a veces, se han visto abandonados». En la gestión de la política cultural, criticó la «manía» del Consell de «programar solo para los suyos» y, en este sentido, dejó claro que habrá propuestas para todos y en todas las lenguas.
El pleno de constitución de la nueva corporación provincial que tendrá lugar mañana contará con la presencia de la cúpula alicantina, regional y nacional del PP y Ciudadanos, entre los que destaca el secretario general del PP, Teodoro García Egea, quien respaldará con su presencia la cita. Se inicia así una andadura en la que está por ver a día de hoy si Ciudadanos consigue alzar más la voz y avanzar posiciones.
