Compromís y el PSPV sellaron ayer el pacto en el Ayuntamiento de València, después de una tortuosa negociación, que se desatascó con la creación de dos vicealcaldías: una para la socialista Sandra Gómez -que hasta ahora había reclamado una vicealcaldía únicamente para su partido- y otra para el partido ganador de las elecciones municipales para Sergi Campillo, persona de la absoluta confianza del alcalde Joan Ribó.

El nuevo equipo de gobierno municipal se distribuirá en nueve áreas, frente a las diez actuales: cinco para Compromís y cuatro para el PSPV. Aunque está por decidir el nombre de las concejalías, cada grupo mantendrá las que ya tenía mientras que se reasignarán las que se encontraban en manos de València en Comú, socios en el anterior mandato. Las conversaciones se restablecieron el jueves y se prolongaron hasta ayer, después de que tras la reunión del martes, Compromís amagara, incluso, con gobernar en solitario.