Un Consell con 12 consellerias, 29 secretarios autonómicos, 12 subsecretarios autonómicos, 84 direcciones generales y 116 asesores. Una cifra total por todos los conceptos de 253 cargos, 73 más que la estructura orgánica del primer Botànic. La reedicción del gobierno de progreso en la Comunidad Valenciana, con la entrada de Podemos en el ejecutivo que formaban ya el PSPV-PSOE y Compromís, ha ampliado un 30% la cantidad del personal que forman el primer, segundo y tercer escalafón de la administración. La arquitectura más importante y amplia de la historia del autogobierno.
El Consell aprobó ayer viernes el decreto por el que se establece la estructura básica de Presidencia y las 11 consellerias, con un total de 84 direcciones generales, a las que se suman otras dos más, Abogacía e Intervención, que han tenido todos los gobiernos. En todo caso, además de una veintena más de direcciones generales, el ejecutivo tendrá un total de 116 asesores, que trabajarán como personal eventual, cuando en la anterior legislatura había 74. Al ser preguntada sobre si no le parece excesivo este número de direcciones generales y el hecho de que se vayan a superar ampliamente el centenar de asesores, la vicepresidenta y portavoz, Mónica Oltra defendió que «es la estructura necesaria para llevar a cabo los objetivos que están plasmados en el Botànic II» y si la consideraran excesiva no la habrían aprobado. Respecto a las razones que justifican ese incremento del personal eventual, indicó que «han cambiado muchas cosas, para empezar la transparencia en este Consell», y se ha remitido a la etapa del PP, recordando que en 2011 había un total de 125 asesores «al que había que sumar el personal eventual que había entrado por la puerta de atrás, el oculto», hasta 169 «en plena crisis». En 2012, prosiguió, ese personal sumaba un total de 146 personas y en 2103 era de 143.
Mónica Oltra remarcó que ahora «ha desaparecido el personal oculto, han desaparecido figuras que trabajaban en empresas públicas pero que en realidad ejercían como asesores» y en estos momentos, «con arreglo a unas necesidades de estructura hay un número transparente, claro y que todo el mundo sabe a qué se dedican». «No entran por la puerta de atrás, no se funcionariza lo que no se debe funcionarizar ni hay trabajadores zombies», señaló, recordando el caso de Ciegsa. Sobre si podría dar la sensación de que se ha decidido para «contentar» a las tres fuerzas del Botànic, la vicepresidenta indicó que no tiene esa sensación porque si fuera así todas las consellerias tendrían los mismos departamentos y no los tienen, sino que se establecen por su complejidad y alcance. Según fuentes de la Generalitat, del total de las 12 consellerias, con las 84 direcciones generales -más Abogacía e Intervención- el reparto concede 42 al PSPV; 32 a Compromís; y 10 a Unidas Podemos-EU.
Milagro de panes y peces
Por su parte, el vicesecretario general del PPCV, Rubén Ibáñez, afirmó ayer «el milagro de los panes y los peces se queda corto al lado de la multiplicación de sillones y cargos del Botànic II». Así se pronunció tras la comparecencia de la vicepresidenta, Mónica Oltra, para dar cuenta de los nombramientos correspondientes al tercer escalón. «Menudo papelón el de la vicepresidenta tener que salir a defender este disparatado número de altos cargos y de personal eventual sin sonrojarse y en comparación con lo que decía hace solo unos años», apuntó el PP.
